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Las personas de mayor edad lideran una mejora evidente pero aún frágil

En un contexto de mejora general, las personas mayores muestran la mejor evolución, con caídas en la incidencia superiores a la media. Un dato positivo por sí mismo que podría suponer, quizá, que se empieza a notar el efecto de la vacuna; Gipuzkoa lleva siete días sin sumar casos en las residencias.

Las personas mayores son las que mejor evolución mantienen en las últimas jornadas. (Jagoba MANTEROLA I FOKU)

Con Bizkaia y Nafarroa encadenando respectivamente siete y ocho días de bajada en la incidencia acumulada del covid, y Gipuzkoa y Araba siguiéndoles los pasos, la mejora epidemiológica parece asentarse en Hego Euskal Herria, aunque todavía se mantiene en cifras muy altas, que descartan, o deberían hacerlo, cualquier sugerencia de alivio en las medidas preventivas. Con más razón cuando la presión asistencial no solo no afloja sino que sigue al alza en los hospitales de Osakidetza y apenas cambia en Nafarroa.

La situación continúa siendo «grave» y «comprometida», según dijo ayer la consejera de Salud de Lakua en Radio Euskadi, pero el cambio de tendencia es evidente. Y se está notando sobre todo entre la gente que forma parte de las franjas de edad más altas, donde la evolución es bastante mejor que en el resto.

En la CAV, si la incidencia general ha caído 43 puntos en una semana, de 667 a 624 casos, en ese mismo periodo de tiempo ha bajado prácticamente el triple entre los mayores de 80 años, de 596 a 476. Y el descenso también ha sido algo más acentuado entre quienes están en la horquilla de 65 a 79 años, donde han pasado de 478 a 422 casos.

En Nafarroa sucede algo parecido. Según los datos difundidos ayer por el el Instituto de Salud Pública y Laboral, solo un 4% de los contagios detectados el domingo correspondía a personas mayores de 75 años, frente al 7% del domingo de la semana anterior. Asimismo, entre quienes están en la horquilla de 60 a 75 años de edad, el porcentaje ha pasado del 14% al 11%.

Por tanto, se constata una mejor evolución entre las personas mayores, que aumenta de grado según se eleva la edad, lo que constituye por sí mismo una buena noticia, pues es en esas franjas donde el covid causa las más altas tasas de mortalidad. 

Así, según los datos de Osakidetza, el porcentaje de fallecidos entre las personas de 80 a 89 años que contraen la enfermedad es del 17,2%, y sube hasta el 26% para mayores de 90 años. En Nafarroa, la tasa de decesos alcanza el 22% en mayores de 85 años y está en el 7,1% en la franja entre 75 y 84 años de edad.

¿Se empiezan a notar las vacunas?

Más allá de este dato, la caída acusada de los contagios en ese sector tiene otros hilos de los que tirar; por ejemplo, el de las razones de la misma. Cabe preguntarse, en concreto, si ya se está notando el proceso de vacunación, que está cerca de acabar en las residencias de mayores.

Porque, aunque en Hego Euskal Herria hay doscientos mil habitantes de más de 80 años, según el INE, y el número de usuarios de residencias se limita a 25.000, los focos de covid en esos centros suponen una parte importante de los contagios en las personas mayores, y alcanzar la inmunidad allí afectaría sin duda a la cifra total de positivos.

A este respecto, la Diputación de Gipuzkoa informó de que en los siete últimos días no se ha registrado ningún nuevo caso, un dato llamativo que podría apuntar en ese sentido y que, de confirmarse, sería esperanzador. En Nafarroa, ayer había 70 casos activos, frente a los 91 del viernes, y los residentes de Mutiloa contagiados y ya vacunados permanecen asintomáticos.

Pese a ello, los contagios ocurridos anteriormente siguen causando muertes. Uno de los tres fallecimientos notificados ayer se produjo precisamente en Gipuzkoa, en la residencia Otezuri de Zumaia, y la Diputación de Bizkaia informó de otros dos.

Oñati, del día a la noche

Por otra parte, dentro de ese cambio de tendencia a mejor, la evolución de Oñati en esta última semana es el mejor ejemplo de la imprevisibilidad de esta pandemia y de la facilidad con la que las situaciones pueden empeorar con una rapidez increíble. Y es que, la afección del covid-19 en esta localidad se ha disparado, y de ser el municipio de más de cinco mil habitantes que mejores números tenía en la CAV ha pasado a ser el que mayor preocupación despierta.

En el informe del lunes de la semana pasada, Oñati tenía una incidencia acumulada de 78 casos por cien mil habitantes, y su casilla aparecía de color amarillo, pero cerca del verde que marca el listón de los 60 casos  –alcanzar esa cifra es el objetivo que se ha marcado el Gobierno de Lakua–. Ayer, sin embargo, la incidencia ya estaba en 470 casos, tras haber sumado 51 en los últimos siete días, a punto por tanto de entrar en zona roja.

Precisamente, este ejemplo muestra las fallas de un sistema que actualiza el listado de localidades afectadas por las restricciones más severas dos veces por semana  –lunes y jueves–, pues Oñati, que se ha quedado a las puertas de los quinientos casos, no se va a ver afectada por ellas hasta el viernes, pese a ser, con diferencia, la que tiene una peor evolución epidemiológica.