La ponencia de EH Bildu marca un camino a la República vasca con perspectiva de década
La dirección de EH Bildu ha aprobado y difundido a sus bases la ponencia política para este II Congreso, válida para cuatro años pero que en realidad tiene como horizonte una década. Su hoja de ruta apuesta por un proceso popular, alianzas «valientes» y buscar ventanas de oportunidad.
«Proceso popular autocentrado», «ventanas de oportunidad», «política de alianzas valiente» y «tranquilidad estratégica» son algunos de los conceptos clave de la propuesta política presentada por la dirección de EH Bildu para el II Congreso que ya está en marcha y concluirá en mayo. Ha sido aprobada y difundida a las bases este sábado y a ella ha accedido NAIZ.
El horizonte es claro y rotundo: avanzar hacia la República vasca, en un contexto de «desorden planetario», de crisis del Régimen del 78 en el Estado español que puede empeorar todavía y de «claroscuros» en Euskal Herria. En general, la ponencia cree que «se avecinan tiempos de alto riesgo», entre otras cosas por el auge del autoritarismo, y que «sin embargo pueden multiplicar las posibilidades de crítica sistémica y de contraponer agendas democratizadoras a la contrarreforma». «Queremos una República vasca para encender una luz de esperanza en este mundo distópico», se apunta a modo de ubicación del proceso vasco en el contexto global.
«Estamos en el tránsito del autonomismo a la soberanía –constata el documento–. Se ha evitado una muerte segura y, gracias a la recuperación impulsada por diferentes tradiciones políticas, Euskal Herria ha llegado viva al siglo XXI. En la década pasada hemos acumulado las condiciones para dar saltos cualitativos en el camino de la liberación. Ahora vamos en busca de esos saltos cualitativos».
A continuación, una advertencia realista: «No habrá un momentum a corto plazo. El Estado no acordará nada que pueda suponer una ruptura de su soberanía mientras no sea desbordado por amplias mayorías democráticas, y, por el momento, tampoco se dan condiciones para esa confrontación democrática. Es necesaria la configuración de un proceso sólido y autocentrado de país hacia la construcción de una nueva correlación de fuerzas».
Dos «hipótesis optimistas» y cuatro objetivos
Pese a las dificultades enunciadas, la ponencia política expone también dos «hipótesis optimistas»: que «se imponga en la sociedad vasca un sentido común igualitario-transformador (o, si se quiere, un horizonte postneoliberal)» y/o que Euskal Herria pueda sumarse a un ciclo por la soberanía y la autodeterminación en Europa (Escocia, Irlanda, Córcega, Catalunya...)
En esa perspectiva se plantea trabajar cuatro objetivos: construir un «bloque histórico progresista-republicano-soberanista», «reforzar la cohesión territorial a través de la cooperación político-institucional entre los territorios vascos» («juntos mejor»), operativizar las mayorías autodeterministas y resolver íntegramente las consecuencias del conflicto.
Ello le da pie a plantear una «cartografía del proceso soberanista» que tiene como punto de partida el llamado «proceso popular autocentrado». Su punto de partida puede resumirse en este extracto: «El soberanismo debe demostrar que es funcional para dar una respuesta positiva a escala vasca a los colosales desafíos de la época (...) Tenemos la urgencia de poner sobre la mesa un proyecto de país que dé soporte público para una vida digna (...) Un refugio a medida de la escala humana (persona) y ecológica (planeta) basado en el cuidado mutuo». Se traducirá en la propuesta ‘EH 2030: Merezi Duzun Herria’.
En esta hoja de ruta no se obvia la dialéctica con el Estado, y al respecto se plantea combinar bilateralidad y unilateralidad. «Los acuerdos de hoy pueden ser la llave para la confrontación democrática de mañana», puede leerse más adelante en esta ponencia de casi 30 páginas.
El Estado está de vuelta. La República Vasca es un proyecto político contemporáneo
«Hay que correr riesgos»
Tampoco se elude en la ponencia la necesidad de un «juego táctico» que dé respuesta a preguntas como estas: «¿Cómo acelerar el pulso político a favor de la soberanía formal en Euskal Herria? ¿Qué iniciativas podemos poner en marcha para llevar los debates sobre el estatus político a la primera línea de la agenda política en Nafarroa y la CAV? ¿Cómo romper las inercias? ¿Cómo superar los bloqueos? Y sobre todo, ¿cómo conectar este debate con la sociedad?»
En coherencia con todo esto, la ponencia que pasará a debate de las bases aboga por una política de alianzas «adecuada», lo que se traduce en que «debe ser valiente, generando contradicciones, aportando tensiones, que es lo que ocurre cuando se sale de los espacios habituales. Hay que correr riesgos porque, de lo contrario, no será posible cambiar la actual correlación de fuerzas».
El soberanismo debe dar una respuesta positiva a escala vasca a los colosales desafíos de la época
La ponencia empieza y acaba con una reflexión sobre la década pasada, que ha sido también la primera de la historia de EH Bildu. Indica que «el camino ha tenido oscilaciones pero ha sido fructífero» y añade que «vamos por el buen camino, pero esta época compleja y nuestra ambición de llevar a este país a la libertad exigen que demos un salto».
Un salto en el que incluye «prepararnos para gobernar las más altas instituciones de nuestro país» siempre desde la premisa de que «la pugna por el poder es una cuestión más profunda que alcanzar mayorías electorales». A tal efecto, «debemos dar un salto en nuestra capacidad propositiva», propone la dirección de EH Bildu.
«Una fuerza dinámica»
Garikoitz Mujika, director general de EH Bildu, ha destacado la situación «situación inusual y grave» en la que se ha realizado este congreso por las consecuencias de la pandemia. «Nos ha demostrado que necesitamos herramientas de Estado para gestionar nuestras vidas».
Mujika ha remarcado que la coalición «es una fuerza dinámica y en continuo movimiento buscando las mejores soluciones y propuestas políticas para conseguir cuotas más altas de libertad y justicia social y política». En ese sentido, ha destacado que «cuando los partidos convencionales están mostrando síntomas de agotamiento, EH Bildu se presenta como una herramienta dinámica y de transformación».
En esa línea, el director general de EH Bildu ha destacado «la tendencia claramente ascendente» en los últimos ciclos electorales. «Cada vez son más los ciudadanos y las ciudadanas que confían en EH Bildu. Y cada vez somos más determinantes en diferentes espacios políticos».