INFO

Dan Carter, el zurdo que superó los 1.500 puntos con los All Blacks

A punto de cumplir los 39 años, Dan Carter dice adiós. El director de orquesta de la selección neozelandesa de rugby durante más de una década lo deja tras ganar dos Mundiales y tres trofeos de mejor jugador del planeta, entre otros numerosos títulos y galardones.

Dan Carter, tras ganar la Copa Webb Ellis en 2015. (Gabriel BOUYS / AFP)

Tenemos debilidad por los zurditos que la patean bien y llevan el 10 a la espalda, sea con la redonda, como Messi o Maradona, o con la ovalada, como Jonny Wilkinson.

De esa misma estirpe es Daniel William Carter, el apertura que marcó una época en los All Blacks y que el sábado pasado anunció que cuelga las botas, al borde de los 39 años de edad.

Nacido en Southbridge, una pequeña ciudad de la isla sur de Nueva Zelanda, cerca de Christchurch, empezó a jugar a rugby en el equipo local con solo cinco años. Nada extraño en el País de la Nube Blanca, donde este es el deporte más practicado.

Con 20 años comenzó su carrerá profesional en Canterbury Crusaders, con los que ganó tres veces el Super Rugby. También ha jugado en el Top 14 francés, primero en Perpignan y luego, ya en la recta final de su carrera, en Racing. Tanto con los catalanes como con los parisinos consiguió el Bouclier de Brennus.

Pero fueron sus prestaciones como apertura de los hombres de negro las que le dieron el estatus de estrella internacional, siendo elegido en tres ocasiones mejor jugador del planeta (2005, 2012 y 2015). Debutó contra Gales en junio de 2003 y firmó 20 puntos –con un ensayo incluido– en la contundente victoria por 55-3. Nada más que un primer paso hacia una marca de 112 encuentros y 1.598 puntos, el récord mundial con una selección.

En su palmarés aparecen dos Copas del Mundo, las de 2011 y 2015, si bien en la primera sufrió una grave lesión que le dejó fuera de los partidos decisivos. Se sacó la espina cuatro años más tarde, con una actuación estelar en la final frente Australia (19 puntos), lo que le valió para ser elegido Man of the Match. Fue la mejor despedida posible antes de dejar paso a otros más jóvenes.

Como anécdota, Carter reveló más tarde que en aquel momento un equipo de la NFL, New England Patriots, le ofreció un contrato como pateador. Si hubiera que elegir una palabra para definirle sería «elegancia», un jugador que gobernaba los encuentros como si fuera un letal agente de Kingsman vistiendo su traje confeccionado en Savile Row.  

Se marcha un grande pero la cadena no se detuvo, Beauden Barret y Richie Mo’unga tomaron su testigo, y tras ellos vendrán otros de esa inagotable cantera kiwi.