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El Estado escenifica en un cuartel el desarme que ETA hizo real hace 1.425 días en Baiona

Han pasado casi cuatro años desde que ETA se desarmó ante la sociedad vasca y la comunidad internacional pese a la oposición de los estados. Tras 1.425 días, el Gobierno español lo ha escenificado en un cuartel de la Guardia Civil, en Valdemoro (Madrid). Pedro Sánchez ha dicho que estaba pendiente.

Esta máquina ha sido la protagonista del evento, ante múltiples cuerpos poiciales. (Javier SORIANO | AFP)

Entre el 8 de abril de 2017 y este 4 de marzo de 2021 han pasado casi cuatro años, un total de 1.425 días. Es el tiempo que ha necesitado el Estado español para escenificar lo que la ciudadanía vasca hizo aquel día en Baiona, cuando se produjo el desarme unilateral de ETA ante Euskal Herria y la comunidad internacional. Un desarme que había sido boicoteado durante años por los estados llevando incluso a la Audiencia Nacional a los miembros de la Comisión Internacional de Verificación.

El Estado ha optado además por hacerlo en un cuartel de la Guardia Civil, concretamente en la Academia de Valdemoro. Ha sido un acto muy breve, menos de media hora, en que el presidente español, Pedro Sánchez, ha admitido que era una cuestión pendiente.

En aquel 2017 hubo una recreación previa, con la entrega del llamado «archivo de ETA» por parte de las autoridades francesas a las españolas el 1 de octubre, seis meses después de la jornada ciudadana del 8 de abril en Baiona. Sánchez ha dicho que ya aquel 1 de octubre quedó de manifiesto «el éxito de la estrecha colaboración» entre ambos estados pero que faltaba un acto más contundente.

Según se ha afirmado, en el evento se han destruido 1.377 armas, fundamentalmente de ETA pero también en torno a un centenar del GRAPO, que habrían sido incautadas en operaciones en el Estado español y alimentado los sumarios de la Audiencia Nacional.

Entre ellas no están las que ETA entregó aquel 8 de abril, puesto que la Policía francesa afirmó haberlas destruido todas. De hecho, según el listado ofrecido se trata de armamento antiguo que la AN autorizó a destrozar en 2016. Había sido interceptado a los comandos Mutriku (1978); Donibane (1981), Pepe Barrios (1984); Olloki (1986); Txalupa (1987); Txarito (1988); Lanbroa (1994); Sugoi (1996); Galizia (1996); Andalucía (1998) y Bakartxo (2002).

Al acto han acudido diferentes cuerpos policiales implicados en la lucha contra la organización vasca, incluidos Ertzaintza y Policía Foral, aunque por el escenario obviamente eran muy mayoritarios los uniformes de la Guardia Civil. Se ha recordado a las víctimas de ETA. Y una máquina de gran tonelaje se ha encargado de aplastar las armas depositadas en el suelo por los diferentes cuerpos policiales.

Del acto se ha desmarcado Covite, calificándolo de «propaganda» y denunciando que «más de la mitad de los crímenes de ETA siguen sin resolverse» en su totalidad.