Osasuna quiere sorprender a un Barça en gran momento, pero también diezmado
Tres victorias en las últimas cuatro jornadas avalan las opciones de un Osasuna que recibe en El Sadar –sábado, 21.00, Movistar Partidazo– a un Barcelona que llega en su mejor momento, pero también diezmado por el ritmo competitivo.
Osasuna tratará de minimizar las muchas virtudes azulgranas que ha puesto de manifiesto el cuadro de Ronald Koeman en sus dos últimos encuentros frente al Sevilla y aprovecharse del desgaste físico y lesiones con las que arriba el Barcelona al estadio iruindarra, pendiente además de jugar el próximo miércoles la vuelta de Champions ante el PSG.
Los culés acuden a la cita con muchas bajas en defensa –la última, la de Piqué–, algo de lo que tratarán de sacar tajada los pupilos de Jagoba Arrasate, aunque conscientes de que, pese a esas trabas, el conjunto catalán dispone de suficiente talento como para ser un rival temible, tal y como lo ha dejado patente en sus últimos compromisos deportivos.
A diferencia de otras semanas, el técnico rojillo se ha guardado dar la convocatoria hasta el último momento, a la espera del resultado de la segunda PCR de Darko Brasanac. Caso de que sea negativa, el propio míster ha confirmado que el serbio formará parte de la lista.
En todo caso, el de Berriatua dispondrá prácticamente de todo su vestuario para tan exigente duelo, algo que no ha ocurrido en la mayor parte de la temporada, con lo que podrá poner en práctica la variante que más le convenga para hacer frente al coloso blaugrana, desde jugar directo con dos puntas hasta cimentar el medio campo con mayor hormigón.
Osasuna no gana en su campo al Barcelona desde hace casi una década –11 de febrero de 2012–, pero desde entonces, de los cuatro envites posteriores, en la mitad ha conseguido al menos sumar, un resultado que también se daría por bueno.
Y es que, ahora mismo, después del arreón de las útimas jornadas y a seis puntos del descenso, todo lo que sea añadir algún punto al casillero en un partido de estas características es bienvenido para un club que sabe que todavía le resta mucho esfuerzo si quiere alcanzar el premio de la permanencia.
Como ha recordado Arrasate, quedan por delante 13 encuentros para concluir la competición, «los mismos que estuvimos sin ganar en la primera vuelta», toda una advertencia para quienes tengan la osadía de pensar que ya está hecho el que Osasuna continúe un ejercicio más en la máxima categoría.
«Menos piedras en la mochila»
«Cada vez tenemos menos piedras en la mochila y hemos abierto un hueco, pero con 28 puntos no nos vamos a salvar», ha insistido el de Berriatua, quien ha avisado de que los suyos deberán «rozar la perfección» para sacar algo positivo ante el Barcelona.
Ello pasa por protagonizar «mucha efectividad, replegar y presionar bien, e incluso hasta cruzar los dedos», en un planteamiento de partido en el que se prevé que la escuadra navarra intercalará la presión arriba con una defensa de perfil más retrasado.
Arrasate espera a un rival «que llega en su mejor momento, sobre todo en confianza» y que viene de «realizar dos partidos buenísimos», además de ser capaz de «sacar el balón desde atrás rompiendo la línea de presión, para empezar por el hecho de que el que mejor lo hace es el portero», ha destacado.
Pese a ello, ha contrapuesto que Osasuna no puede estar todo el encuentro metido en su área y sí, en cambio, «jugar en campo rival y darles sustos», sabiendo que «nos manejamos bien a un ritmo alto».
El preparador rojillo ha resaltado la efectividad de los cambios durante los partidos, lo que ha traído consigo importantes puntos, aunque es un tema «que no es fácil gestionarlo, porque todos los futbolistas quieren ser titulares».
Ha recordado, además, que, de ganar a los azulgranas, «superaríamos la barrera de los treinta puntos». «Puede ser un punto de inflexión para demostrar que también podemos sacar los partidos adelante ante adversarios poderosos», ha concluido.