Al Eibar sólo le queda la fe (1-0)
El equipo armero cae en Cádiz (1-0) y se mete en descenso en una jornada nefasta para sus intereses. Dmitrovic ha fallado un penalti en la segunda parte.
Sin puntos y, aparentemente, sin recursos, al Eibar sólo le queda la fe. El equipo azulgrana ha tocado fondo en Cádiz en una jornada nefasta. Empezando por su derrota, de nuevo ante un rival directo que ha necesitado muy poquito para hacerse con los tres puntos, y acabando por los resultados en otros campos. De hecho, el Eibar ha saltado al césped del Carranza en descenso, tras la inesperada victoria del Elche ante el Sevilla, y ahí pasará toda la semana.
Como mínimo. Se hace realmente difícil creer que será algo transitorio. Son ya nueve partidos consecutivos los que ha saldado el Eibar sin ganar. Nueve jornadas en las que apenas ha podido sumar tres puntos y eso pese a que el calendario era sumamente propicio, no en vano se ha enfrentado a cinco rivales directos en las cinco últimas semanas. Es decir, partidos con doble premio y teóricamente más asequibles, tratándose de los peores equipos de la categoría.
El problema es que el Eibar ha sido aún peor. Ha tenido sus momentos, algún punto le ha podido volvar por mala suerte, pero la mala racha es responsabilidad exclusiva de un equipo al que no le meten demasiados goles pero que tiene tantos problemas para marcar, que rara vez puede aspirar a algo más que el empate. Lo peor es que, desde hace tiempo, no es una cuestión exclusiva de puntería. No se acierta pero es que tampoco se remata entre los tres palos, en muchas ocasiones ni siquiera se prueba y ya escasean hasta los centros al área. La sensación de impotencia, que se retroalimenta con la delicada situación, va in crescendo y no invita al optimismo.
Fue patente la semana pasada en la segunda parte ante el Huesca, con un Eibar al que se veía sin ideas y claramente frustrado, aunque acabó sacando fuerzas de algún lado para salvar un punto tras encajar un gol en la recta final, y también lo ha sido hoy en Cádiz. Sobre todo en un segundo tiempo al que ha llegado ya con el marcador en contra y en el que se ha llevado el mazazo definitivo con el penalti fallado por Dmitrovic. Los azulgranas, al menos, no han bajado los brazos pero el único fundamento para pensar en un marcador positivo ha sido lo ajustado de la desventaja y que el Cádiz es un equipo al que tampoco le son ajenos los reveses.
El partido ha pintado bastante mejor en los primeros minutos. El Eibar, con Dmitrovic, Arbilla –por Yoel y Bigas– y Bryan, de nuevo discreto, en el once titular, se ha visto mejor que un rival al que le costaba alejar el balón de su área. Diop y Pedro León han conectado bien con los delanteros, que han tenido un par de buenas ocasiones. Sobre todo Enrich, que primero ha avisado con un remate a la media vuelta que se ha estrellado en el lateral de la portería y al cuarto de hora ha cabeceado el 0-1… que no ha subido al marcador por mano del delantero.
Por suerte tampoco lo ha hecho el de Salvi en el 25, en lo que era la primera llegada del Cádiz, por fuera de juego del futbolista local. Poquito más han hecho uno y otro hasta que, a seis minutos del descanso, Negredo se iba de Cote para cabecear un centro de Espino y marcar el 1-0.
El Eibar ha sido capaz de sobreponerse y ha vuelto con ganas del vestuario. Pedro León ha forzado un córner tras una buena jugada, Bryan Gil ha rozado el gol tras una dejada de Kike y otro remate del andaluz ha dado en la mano de Juan Cala. Dmitrovic, que se estrenó como goleador ante el Atlético, ha querido repetir. Pero Ledesma le ha leído la intención y ha despejado su lanzamiento a córner en una acción que, comprensiblemente, ha apuntillado a los armeros.
Mendilibar ha movido banquillo y sus jugadores han tenido la suficiente entereza para volver a apretar pero las dos ocasiones más claras han sido de un Cádiz que ha rozado la sentencia. No le ha hecho falta. Ya aventaja en seis puntos, además del golaverage, a un Eibar que marca ahora mismo la frontera del descenso.
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