La Policía ratifica que el PP tuvo una caja B que pudo financiar su sede de Bizkaia
Los principales investigadores de los ‘papeles de Bárcenas’ han ratificado que el PP se nutrió de una caja B, a la que llegaban fondos en efectivo que después se ingresaban fraccionados en la cuenta del partido para dar «apariencia de legalidad» y con la que pudo financiar su sede de Bizkaia.
La sede de Bizkaia del PP se pudo financiar con la caja B del partido, según han señalado seis miembros del equipo de policía judicial que analizaron los apuntes de entradas y salidas de dinero registrados por Bárcenas durante años.
Estos expertos han protagonizado una pericial conjunta en la jornada del juicio por la supuesta caja B del PP con la que se sospecha que se pagó parte de la reforma de la sede del partido en la calle Génova.
Durante tres horas y media, los investigadores han ido ratificándose, uno a uno, en todos los informes que elaboraron en la causa y que sentaron las bases para la celebración de este juicio en la Audiencia Nacional española.
Ha sido el inspector jefe Manuel Morocho, que también dirigió las pesquisas del caso Gürtel, quien más ha tomado la palabra y ha afirmado que encontraron una correlación «directa, temporal, cuantitativa y objetiva» entre las cantidades de dinero anotadas por Bárcenas, el principal acusado, y los ingresos que llegaban a las cuentas del PP de forma oficial.
Distribuir fondos opacos
La dinámica, ha explicado, era la siguiente: llegaban fondos «en efectivo» a la sede del PP, que «se transforman mediante su ingreso fraccionado» (a veces varios el mismo día) en las cuentas de donativos del partido (los de carácter anónimo estuvieron permitidos hasta 2007) y en otras cuentas de funcionamiento.
Es decir, «dinero ajeno al sistema económico» que se adentra en el circuito legal «mediante el ingreso» en efectivo en esas cuentas, ha ilustrado el inspector, que ha explicado que el fraccionamiento del dinero que se ingresaba perseguía «dotar de apariencia de legalidad» esos fondos para que no rebasasen el umbral máximo permitido por la ley y así evitar que el Tribunal de Cuentas pudiese sospechar.
Se trata de un «proceso habitual cuando uno tiene fondos opacos», ha señalado Morocho, que ha citado varias operaciones en las que hallaron indicios de que el partido se habría servido de esa supuesta contabilidad B: la compra de la sede del PP de La Rioja, la reforma de la de Bizkaia y la adquisición de acciones del diario ‘Libertad Digital’. No ha entrado, sin embargo, en la reforma de la sede del PP en la calle Génova, en la que abundará en la jornada de mañana.
Durante años y a petición del juez, estos investigadores escrutaron los ‘papeles de Bárcenas’ para ver «de dónde procedía el dinero y a qué iba destinado», o si existía una relación entre las donaciones de empresarios y los procesos de contratación pública a los que concurrían.
Hallaron, por ejemplo, una «correlación» entre 14 salidas de dinero reflejadas en la caja B hacia la cuenta de donativos anónimos del PP y acabaron conectando la contabilidad del Grupo Correa, epicentro del caso Gürtel, con los ‘papeles de Bárcenas’.
Lo que no encontraron fue relación entre la caja B y los fondos que Bárcenas mantenía ocultos en Suiza y que empezó a manejar un año después de hacerse cargo de esa supuesta contabilidad opaca del partido que, ha subrayado el inspector, ya declaró probada el Tribunal Supremo español en el caso Gürtel.
Sin embargo, ha continuado, «los ingresos lícitos» que tenía Bárcenas por sus cargos de senador o tesorero del partido y sus negocios de compraventa de arte «no son justificativos de esa fortuna», que llegó a ascender a 48,2 millones de euros.
Lo que sí descubrieron es que también se nutrió de comisiones de Gürtel por mediar en la adjudicaciones públicas y que calcularon ascendieron a 957.000 euros, y sus inversiones en valores bursátiles «aumentaron enormemente su patrimonio».
Los ‘papeles de Bárcenas’ recogen entradas y salidas de dinero desde 1990, cuando éste anota ocho millones de pesetas que le da el antiguo tesorero Rosendo Naseiro días antes de su detención por el caso que llevó su nombre, hasta 2009; y en ellos figuran referencias como ‘R. Rato’, ‘Mariano’ o ‘Javier’ que, según infieren los informes, corresponderían a Rodrigo Rato, Mariano Rajoy y Javier Arenas, a quienes Bárcenas acusa de recibir sobresueldos.
Para establecer esa relación indiciaria, ha explicado el inspector, evaluaron «en conjunto» la documentación para encontrar «un patrón de identificación» y «elementos de coincidencia entre las formas de identificar a unas personas o a las otras» a lo largo de esos años, teniendo en cuenta, ha precisado, que «estamos hablando de la sede nacional del PP (...) de un órgano central de la formación política y qué personas pudieran tener relación con esos fondos».
Preguntado por las defensas, ha reconocido que en la contabilidad de Bárcenas no consta como preceptor de ninguna cantidad, y ha admitido también que «presenta algún descuadre» que, sin embargo, «no es anómalo» porque era «un soporte manual» sujeto a errores u omisiones voluntarias y obedecen «a razones lógicas».
Operaciones «ciertas»
«La verificación del conjunto de apuntes en el procedimiento», ha expuesto es lo que le permitió «establecer que las operaciones que se trasladan a estos documentos son ciertas» y sobre los apuntes que no se han podido verificar, lo ha achacado a la «propia naturaleza» de esta contabilidad en la que es uno mismo el que la hace «y no reporta a nadie».
Morocho ha recordado también las presiones que sufrió durante la instrucción de esta causa, como la apertura de una investigación interna por filtración de información que lo que buscaba, ha dicho, «era generarnos una tensión para que doblegáramos y no ejerciéramos la función que teníamos encomendada: el esclarecimiento de una serie de hechos».
Esta pericial conjunta continuará mañana y se centrará en el pago de la reforma de la sede del PP, que la UDEF concluyó que se abonó en parte con fondos procedentes de la contabilidad paralela.