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La esperanza de vida retrocede en toda Hego Euskal Herria a causa del coronavirus

Nafarroa y Araba son los más afectados, con retrocesos de más de un año. En Bizkaia y Gipuzkoa, donde el punto de partida era más bajo, la caída es también algo menos acentuada. El cálculo lo han hecho investigadores de Catalunya. Eurostat también ha publicado datos en la misma línea sobre la UE.

Imagen de una mujer en la residencia Caser Bentaharram de Hondarribia. (Gorka RUBIO/FOKU)

Los pequeños altibajos en el cálculo de la esperanza de vida al nacer son algo habitual cuando hablamos de pequeños territorios. Sin embargo, cuando la caída es generalizada en grandes grupos de población, es que algo serio ha ocurrido. Históricamente: una guerra, una gran catástrofe… o una pandemia. En el Estado español, por ejemplo, en el siglo XX se registraron dos grandes retrocesos, los cuales nos hablan de dos sucesos traumáticos: la guerra del 36 y la gripe del 18.

Aunque el impacto del SARS-CoV-2 está lejos del causado por la llamada gripe española de 1918 –en buena medida porque esta última se cebó sobre todo con jóvenes–, todo indica que la actual pandemia va a dejar huella en el registro de la esperanza de vida. Son varios los estudios que, con cifras todavía provisionales, apuntan en esa dirección.

El más reciente, publicado el 17 de diciembre como preprint –no ha sido todavía revisado por otros académicos– ha sido liderado por investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), y realiza una estimación de la caída de la esperanza de vida en las provincias del Estado español. Algo que permite conocer la estimación que realizan para los cuatro territorios de Hego Euskal Herria.

Entre las mujeres, los investigadores calculan un descenso de 1,28 y 1,25 años en Nafarroa y Araba, respectivamente. La esperanza de vida al nacer cae de los 86,95 años a los 85,67 en el caso de Nafarroa, y de los 87,74 a los 86,49 en Araba.

Entre los hombres, la caída principal corresponde de nuevo a la Comunidad foral, que baja de los 82,14 años a los 80,48 (-1,66). En Araba, el retroceso también sigue siendo considerable, de los 81,81 años a los 80,78 (-1,03).

Las caídas son algo menores en Bizkaia y Gipuzkoa, donde la esperanza de vida de partida, en 2019, era también un poco más baja. En Gipuzkoa, la cifra para los hombres pasa 81,45 años a 80,48 (-0,97); y para las mujeres, de 86,70 a 86,11 (-0,59). En el caso de Bizkaia, la reducción es de 0,41 años para los hombres (de 80,54 a 80,13), y de 0,8 para las mujeres (de 86,55 a 85,75).

Eurostat pone cifras a los Estados europeos

El estudio citado cifra el retroceso de la esperanza de vida para todo el Estado español en 1,1 años para las mujeres y en 1,2 para los hombres. La cifra se queda corta en comparación con la que calcula Eurostat, que el 7 de abril dio a conocer sus estimaciones para el conjunto de Estados europeos. Según este organismo comunitario, el retroceso en el Estado español en 2020 fue de 1,6 años. De 84 años de esperanza de vida a 82,4.

Según Eurostat, la caída ha sido sensiblemente inferior en el Estado francés, donde la estimación pasa de 83 años de 2019, a 82,3 el pasado año (-,07).

Un impacto desigual

Hay más estudios, y es previsible que llegarán todavía más. Los demógrafos se afanan a consultar los datos de mortalidad de diferentes países en la búsqueda de la huella de la pandemia. Aunque son estimaciones provisionales –los datos sobre mortalidad en 2020 no son definitivos en muchos lugares– y aunque los cálculos varían, el impacto es evidente en todas las aproximaciones.

Una de las más extensas es la realizada por investigadores de la Universidad de Oxford y publicada como preprint –sin revisión de pares– el 6 de abril. Este paper calcula y compara el retroceso en la esperanza de vida al nacer de 29 países, y concluye que se han registrado caídas nunca vistas desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Los principales retrocesos, según esta investigación, se dieron en el Estado español y EEUU, en el caso de las mujeres, y en EEUU, Bulgaria, Polonia y Suecia en el caso de los hombres. Se trata de disminuciones de la esperanza de vida de cerca de 1,5 años.

Una investigación previa de los propios Center for Diseases Control (CDC) de EEUU, de la que nos hicimos eco en NAIZ, cifró en un año la caída general de la esperanza de vida, pero puso el acento en la diferente distribución del retroceso. En el caso de los hombres negros, por ejemplo, la caída fue nada más y nada menos que de tres años, casi cuatro veces más que en el caso de los hombres blancos. El impacto, por tanto, es generalizado, pero su distribución es desigual.