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Una Naqba permanente en Palestina

El pueblo palestino acaba de conmemorar la Naqba, el recuerdo de la catástrofe que comenzó en 1948. Las escenas que llegan de Gaza muestran una realidad extremadamente cruel, pero el proyecto sionista avanza en varios escenarios.

Soldados israelíes detienen a un palestino cerca de la puerta de Damasco de Jerusalén. (Ahmad GHARABLI/AFP)

Palestina conmemoró ayer una nueva Naqba, el recuerdo de la catástrofe de 1948. Y lo ha hecho en un contexto marcado por una nueva matanza. Lamentablemente, no es la primera vez que nos llegan cruentas imágenes de Gaza. Se repiten cíclicamente en el marco de una estrategia sionista de afianzar un proyecto en el que los palestinos no tienen sitio. El foco mediático se centra en Gaza. Es comprensible por su crudeza, pero el tablero se sitúa también en Jerusalén, en Cisjordania (donde la colonización no cesa) y en los Territorios de 1948, entre los palestinos que viven dentro del Estado de Israel. Este último ha cobrado una relevancia inusitada.

Jerusalén. Parece que ha pasado un mundo, pero hace escasas jornadas en Jerusalén la tensión crecía en torno a la Explanada de Al-Aqsa, uno de los símbolos del Islam. La represión del Ejército israelí, en Ramadán, suponía echar sal a una herida abierta. Y más sal era ver a judíos celebrando un incendio en Al-Aqsa. Hablan de 600 heridos en un escenario marcado por los sentimientos religiosos y que no deja de ser un paso más de un proceso de judaización de la simbólica ciudad que lleva años. Los cohetes lanzados por Hamas fueron una respuesta a los ataques a palestinos en Jerusalén.



Sheikh Jarrah. En este proceso de judaización de Jerusalén, en las últimas semana se ha vivido también el intento de expulsar a 28 familias palestinas del barrio Sheikh Jarrah, un barrio de Jerusalén Este a apenas dos kilómetros de la Ciudad Vieja. Sus habitantes sufren desde hace años el hostigamiento para que abandonen sus casas para ser sustituidos por colonos. Estas últimas jornadas la tensión ha aumento en esta zona.

EEUU. En esta aceleración del proceso de judaización de Jerusalén el reconocimiento por parte de EEUU de la ciudad como capital de Israel supone un espaldarazo importante. Washington es más que un valedor de Israel en el mundo pero la decisión de Donald Trump ciscándose en la legislación internacional supone elevar el nive hasta un punto desconocido hasta el momento. A ello, hay que añadir el reconocimiento del Estado sionista por parte países árabes. Si alguien piensa que con la Administración Biden pueden cambiar las cosas, que abandone toda esperanza. La Casa Blanca ya ha proclamado el derecho de Israel a defenderse. Sí, hablamos de masacrar Gaza. Estos días las redes sociales han recuperado el discurso de la «progresista» Kamala Harris en el Aipac, el lobby sionista de EEUU, tan influyente que su apoyo es necesario para hacer carrera política en Washington. Todos los candidatos, también Barack Obama, pasan por este «trámite». Y también lo hizo Harris para asegurar que EEUU seguirá financiando al Ejército israelí para, entre otras cosas, masacrar Gaza.



Gaza. Bombardear una zona tan densamente poblada como Gaza no tiene justificación. Por mucho que se diga que son bombardeos «selectivos». Por mucho que se diga que Hamas empezó tirando cohetes. No hay justificación. Punto.

Netanyahu. Todo esto ocurre mientras Israel está inmersa en negociaciones para formar Gobierno, con un Benjamin Netanyahu acosado por cargos de corrupción e incapaz de formar mayoría suficiente. El escenario de unas quintas elecciones cada vez parece más real con los ultraortodoxos teniendo cada vez más peso político. ¿Qué mejor que una guerra para cerrar filas? .

Territorios de 1948. La situación de marginación que vive la llamada «minoría árabe de Israel», los palestinos que se quedaron en su casa en 1948, ha quedado en evidencia estos días. Han sufrido ataques en ciudades como Haifa y Jaffo y se han registrado enfrentamientos en Lod. La situación es tan grave (y tan novedosa), que en plena ofensiva contra Gaza, el Ejército se ha desplegado en estas zonas.

Mahmud Abbas. ¿Alguien ha escuchado al presidente de la Autoridad Palestina? Pues lleva en el poder desde 2016 y ha vuelto a retrasar las elecciones. En esta ocasión porque no se puede votar en Jerusalén Este.

Juana Ruiz. Una detención como la de Juana Ruiz no es algo inusual pero evidencia una voluntad de criminalizar la solidaridad con Palestina.  

Vacunación. ¿Hay que recordar que la cara B del aplaudidísimo éxito israelí en la vacunación del covid-19 es impedir su acceso a los palestinos?