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Bielorrusia desvía un avión para detener a un opositor y desata otra ofensiva diplomática

Bielorrusia ha interceptado y desviado un avión de Ryanair con destino a Lituania en el que viajaba el opositor Roman Protasevich. La operación ha desatado una oleada de críticas desde la UE, algunos de cuyos socios demandan una reacción contundente.

Registro en el aeropuerto de Minsk del equipaje del avión desviado. (AFP)

Las autoridades bielorrusas han obligado a desviarse y aterrizar en Minsk a un avión de la aerolínea irlandesa Ryanair que cubría un trayecto entre Atenas y Vilnius para al parecer detener a un opositor exiliado, Raman Protasevich.

El Gobierno bielorruso ha alegado una amenaza de bomba y, según la oposición, incluso ha enviado un avión de combate para obligar al avión comercial a aterrizar.

El avión volaba en el espacio aéreo de Bielorrusia y a minutos de la frontera con Lituania se ha desviado a Minsk en lugar de proseguir hacia la capital lituana.

La tripulación del avión ha sido alertada por las autoridades bielorrusas de una posible amenaza para la seguridad del aparato y obligada a aterrizar cerca de Minsk, según Ryanair, que ha confirmado que no se ha hallado «nada inapropiado» en su registro.

El avión, un Boeing 737-800, ha reanudado su ruta finalmente tras varias horas en tierra, pero Protasevich no está entre los pasajeros, según ha informado el presidente lituano, Gitanas Nauseda.

Canal clave en las protestas

El aterrizaje de emergencia en Minsk ha permitido la detención de Protasevich, uno de los fundadores del canal de Telegram Nexta, que jugó un papel clave en la coordinación de las protestas que siguieron a la reelección del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.

En noviembre pasado, el Comité de Seguridad de Bielorrusia (KGB) incluyó a Protasevich y a otro fundador de Nexta, Stepan Putilo, en su lista de personas implicadas en «actos terroristas».

Nexta ha afirmado que agentes de seguridad bielorrusos que viajaban en el aparato han comunicado la alarma y han llegado a provocar una pelea con la tripulación del avión, para arrestar a Protasevich.

Ofensiva diplomática

La operación ha desatado inmediatamente una ofensiva diplomática y una oleada de críticas desde la Unión Europea y de sus socios, que este lunes comienzan una cumbre en la que cobran protagonismo el dosier de Bielorrusia y las exigencias de más sanciones.

El Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha condenado la «inadmisible» decisión del Gobierno bielorruso y ha exigido que «todos los pasajeros puedan continuar con el vuelo».

«Cualquier violación de las normas internacionales de transporte aéreo debe tener consecuencias», ha tuiteado por su parte la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen

El presidente lituano, Gitanas Nauseda, ha criticado el «abominable» arresto de Protasevich, a quien concedió el estatus de refugiado político, y ha exigido su liberación inmediata. Además ha pedido a la UE y a la OTAN una reacción ante «la amenaza que supone para la aviación civil internacional el régimen de Bielorrusia».

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores griego ha «condenado contundentemente» el «secuestro» del avión que «ha puesto en peligro la vida de todos los pasajeros –11 de ellos griegos– y es inaceptable», así como la detención de Protasevich.

También el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán ha exigido «explicaciones inmediatas» por el desvío del avión y la detención del periodista; Austria ha demandado una investigación internacional y Gran Bretaña ha advertido a Minsk de «graves consecuencias».

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha llegado a hablar de un acto de «terrorismo de Estado» y ha demandado «sanciones inmediatas» contra Bielorrusia.

También el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha denunciado «un incidente serio y peligroso» y ha reclamado una investigación internacional.

Bielorrusia ya ha sido objeto de una batería de sanciones por parte de la UE, que extiende sus críticas también a Rusia. Precisamente, Lukashenko tiene previsto reunirse esta semana en Sochi con el presidente ruso, Vladimir Putin.