Lakua achaca al socio americano que la planta de electrolizadores no se construya en la CAV
El proyecto impulsado por Iberdrola e Ingeteam –dos firmas vascas– para construir una planta de electrolizadores –elemento básico para producir hidrógeno– se construirá en Guadalajara, no en la CAV como había insinuado el Gobierno de Iñigo Urkullu, que reprocha la «fuga» al socio estadounidense.
La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno de Lakua, Arantxa Tapia, ha indicado este miércoles que la planta de electrolizadores impulsada por Iberdrola e Ingeteam se ubicará finalmente en Guadalajara porque Cummins, el inversor y socio tecnológico estadounidense, había puesto el «foco» en las ayudas a fondo perdido que se podían ofrecer que, en el caso de la CAV, «podía llegar a un 10% de máximo».
Entrevistada en Radio Popular, Tapia ha optado por echar balones fuera, incluso subrayando que la ubicación de este proyecto, un elemento clave para producir hidrógeno verde, «en primer lugar nunca estuvo en Euskadi». Sin embargo, así se había anunciado en la mayoría de los medios siguiendo las filtraciones que llegaron desde Lakua.
«Pero intentamos ponernos en esa posición y hacer una oferta interesante», ha indicado, asegurando que se ofreció «todo el listado de colaboración, ayudas y programas de los que disponíamos, no solamente el Gobierno Vasco, sino también la Diputación Foral de Bizkaia».
Ofertas que no fueron suficientes
Según ha detallado, se llegó a plantear la posible participación del Gobierno de Lakua en el capital de la nueva empresa, «en un porcentaje mínimo», a cambio de poner a disposición los terrenos e incluso la construcción de la propia planta a instalar.
Sin embargo, ha dicho que fueron opciones que «no se tuvieron en cuenta», ya que Cummins «solo consideraba lo que podían ser ayudas a fondo perdido» y, en ese caso, la CAV «no podía, en ningún caso, igualar las ayudas de Guadalajara puesto que la Unión Europea no nos considera una zona tan deprimida».
En resumen, ha señalado que «cuando una empresa no valora ese tipo de capacidades, poco más podemos hacer, pero la disposición ha sido absoluta».
Además, la consejera ha precisado que, en el caso de la planta de electrolizadores, no se trata solo de inversiones, sino también de los «empleos que se podía generar», por lo que es «una lástima» que no se instale en la CAV.
En el caso de Azpeitia, a favor de la empresa
Esa justificación contrasta con los reproches que la propia Arantxa Tapia lanzó el martes contra el Ayuntamiento de Azpeitia y, directamente, contra su alcaldesa, Nagore Alkorta, después de que CL Grupo Industrial anunciase el lunes que abandonaba su supuesto plan para reactivar la planta de Corrugados.
Hoy la consejera ha rebajado el tono de las críticas, pero ha seguido cargando el peso de la prueba en el Consistorio guipuzcoano, no en la compañía extremeña. Así, ha pedido al Ayuntamiento que hable con la empresa de «forma clara» y, si considera que la puesta en marcha de la planta no es posible, se lo explique «adecuadamente».
Tapia, que el martes dijo sentir «malestar, tristeza y bochorno» por el comportamiento del Ayuntamiento de Azpeitia y acusó a la alcaldesa de mentir y de «echar balones fuera», ha reconocido que utilizó «expresiones duras» por considerar que, entre instituciones, no se puede estar realizando «falsas acusaciones».
Lejos del Corredor Vasco
Volviendo al proyecto de la planta de electrolizadores, Tapia ha señalado que, en cualquier caso, el Gobierno de Lakua apuesta por seguir trabajando «de la mano de Ingeteam y de Iberdrola para que podamos aprovechar al máximo esa oportunidad que se instala en el Estado».
Fue el propio presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien presentó el lunes este importante proyecto inversor, que supondrá la instalación de una fábrica en Guadalajara que hará posible el inicio de la producción en serie de hidrógeno verde en el verano de 2023. Llegará a producir 500MW/año y creará en la zona unos 350 empleos.
De esta forma, Sánchez puso fin a las aspiraciones del Gabinete de Urkullu, que creía contar también con el respaldo del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, quien se había mostrado partidario de instalarla en Ezkerraldea «pero sin descartar que se pueda ubicar en otros territorios».
La futura planta de Guadalajara queda lejos del ‘ecosistema’ planteado en el Corredor Vasco del Hidrógeno (BH2C), impulsado por Petronor y Repsol con el aval del Gobierno de Lakua. En su presentación, el pasado 22 de febrero, ya sumaba a 78 organizaciones: 8 instituciones, 12 centros de conocimiento y asociaciones empresariales y 58 empresas.
El Corredor Vasco del Hidrógeno se desarrollará en dos fases y culminará en 2026, con una inversión prevista de 1.300 millones de euros.
Para materializarlo se construirán tres instalaciones: la primera, de Petronor, servirá para alimentar el Parque Tecnológico de Abanto; la segunda, de Petronor, EVE y Enagas, estará ubicada en el Puerto de Bilbo; y la tercera servirá para descarbonizar el proceso productivo de Petronor, así como abastecer las necesidades del propio Corredor.