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Migrantes encerrados en Bélgica intensifican su protesta con una huelga de sed

Algunos de los cientos de migrantes encerrados en una iglesia y centros universitarios de Bruselas para reclamar su regularización colectiva han iniciado una huelga de sed que suman a la huelga de hambre que llevan a cabo hace dos meses como forma de presión al Gobierno belga.

Los huelguistas en la iglesia de San Juan Bautsita. (François WALSCHAERTS/AFP)

Tras sumar dos meses en huelga de hambre, algunos migrantes sin papeles han dado este lunes un paso más en su acción de protesta y han anunciado que han dejado de beber para expresar su malestar con la gestión de esta crisis por parte del Gobierno belga.

Los huelguistas exigen al Ejecutivo belga una regularización colectiva de los ocupantes de la iglesia de San Juan Bautista y de dos de los campus de la Universidad Libre de Bruselas (ULB y VUB).

La prensa local ha informado que la huelga de sed la inciciaron aproximadamente una veintena de los 430 manifestantes que desde mayo dejaron de comer para «impactar en la opinión pública», según explicó el portavoz de la Unión de Inmigrantes Indocumentados por la Regularización, Ahmed (prefirió no dar su apellido), y que ahora intensifican al ver que el equipo del liberal Alexander De Croo «no avanza ni un paso» hacia una propuesta que desbloquee la situación.

Hospitalizaciones

El estado de salud, tanto físico como mental, de los migrantes se deteriorará muy rápidamente en caso de continuar con las huelgas de hambre y de sed, advierten organizaciones como Médicos por el Mundo o Cruz Roja, por lo que el Gobierno envió equipos médicos el domingo por la noche con el propósito de realizar un chequeo a quienes lo desearan.

El portavoz de los huelguistas indicó que ayer hubo doce hospitalizaciones de entre los ocupantes de la iglesia, cuatro en el campus de la ULB y otras tres en el de la VUB, incluyendo un caso de insuficiencia renal por el efecto de la huelga de sed y, entre hoy y mañana, prevé más viajes al hospital.

El secretario de Estado de Asilo y Migración, Sammy Mahdi, recordó la existencia de «zonas neutrales» donde los huelguistas pueden ponerse en contacto directo con la oficina de Extranjería, situada a escasos metros de una de las ocupaciones, donde se les permitirá presentar un expediente para conocer sus posibilidades de quedarse en el país.

El ministro no cede

Pese a la creciente presión, Mahdi se mantiene en contra de la regularización colectiva de todos los manifestantes y se muestra favorable a la tramitación caso por caso de los expedientes.

«Estamos recibiendo señales de que la presión del grupo en algunos sitios es tan alta que ciertamente me preocupa. Pero seguimos esperando que la gente quiera ver su caso tratado individualmente, porque no habrá solución colectiva ni concesiones para los huelguistas de hambre. Si no, mañana puede haber huelgas de hambre en todas las iglesias del país», ha indicado Mahdi a la emisora RTL.

Una reunión ministerial ha debatido este lunes la situación de los migrantes sin papeles y se ha decidido nombrar a un enviado especial para dirigir a los solicitantes de asilo en huelga de hambre hacia los procedimientos existentes.

Sin embargo, Ahmed ha indicado que no se conforman con las soluciones del Gobierno y ha defendido que los migrantes participan masivamente en el tejido económico belga, ya que pagan «vivienda, facturas de agua y electricidad, comida y ropa», y ha calculado que la última oleada de migrantes contribuyó al 3,5% del PIB del país.

El pasado martes, la Unión de los Sin Papeles por la Regularización recibió la notificación del premio al orgullo cívico otorgado por la organización internacional solidaria Foro Cívico Europeo.