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Acuerdo de gobierno entre SNP y los Verdes: otro pequeño paso en Escocia

La premier escocesa Nicola Sturgeon sigue reforzando su posición y, con ello, su estrategia pausada hacia el segundo referéndum de independencia. El último logro, el acuerdo de Gobierno con los Verdes.

Nicola Sturgeon, junto a los verdes Patrick Harvie y Lorna Slater, en la presentación del acuerdo. (Jeff J MITCHELL / AFP)

Nicola Sturgeon se sabe fuerte. Los meses previos a las elecciones de mayo al Parlamento escocés fueron agitados para la premier. El enfrentamiento directo con su excompañero Alex Salmond y las voces críticas dentro del independentismo por la falta de avances hacia un nuevo reférendum dibujaban un gran interrogante sobre la campaña de la líder del SNP. Sin embargo, los resultados electorales fueron claros. Sturgeon rozó la mayoría absoluta (se quedó a un escaño) en un sistema preparado para evitarlo.

Los escoceses avalaban su estrategia. Sí al referéndum pactado con Londres. Sí al referéndum sin prisas, una vez superada la crisis sanitaria provocada por el covid-19. Y desde esa posición está contruyendo su proyecto.

Si bien se quedó a un asiento de la mayoría absoluta, Sturgeon ya se ha asegurado una legislatura estable en lo que al trabajo parlamentario se refiere. La semana pasada firmó un acuerdo de gobierno con los Verdes que, con dos ministerios, entran por primera vez en el Ejecutivo de Edimburgo. La militancia de estos últimos debe refrendar el acuerdo este sábado, pero todo hace indicar que no será un escollo.

Y con ello da un paso más hacia ese nuevo referéndum. Suma a los Verdes a su tempo, ya que si bien estos son partidarios del acuerdo con el Gobierno británico, en su programa electoral no descartaban otras vías. En esa línea, con los Verdes en el Ejecutivo, se da por hecho que el proyecto de ley para un nuevo referéndum presentado en marzo superará el trámite parlamentario. 

Incluso refuerza la campaña independentista. Una de las principales críticas dentro del movimiento Yes durante la campaña de 2014 fue que el SNP capitalizó, casi por completo, un espacio político mucho más amplio. La presencia de los Verdes fue mínima y la de otros movimientos como RIC (Radical Independence Canpaign), prácticamente nula. Con esta amplia mayoría independentista unida, Sturgeon proyecta una imagen mucho más plural y alcanza a abarcar el pequeño espectro social al que su partido todavía no había sido capaz de acercarse. También se presenta en una posición inmejorable a la cumbre climática COP26 que acogerá Glasgow en noviembre.

Para muchos en el movimiento Yes la pregunta tras el acuerdo gira en torno a cómo esta mayoría solidificada a favor de la independencia en Holyrood promoverá el objetivo de lograr un segundo referéndum.

El documento presentado por ambas formaciones describe las áreas en las que las dos partes están de acuerdo, incluida la necesidad de «acelerar el camino de Escocia hacia la renovación democrática y la independencia en Europa». Del mismo modo se afirma que el acuerdo «reafirma nuestro compromiso compartido con la independencia y con garantizar que el pueblo de Escocia tenga voz sobre el futuro constitucional del país, subrayando el claro mandato democrático asegurado en las recientes elecciones». Apuestan por una independencia dentro de la Unión Europea y reafirman el compromiso porque el referéndum se realice durante esta legislatura. Es decir, antes de 2026.

Votar y ganar

El objetivo, hacerlo en la primera mitad de mandato, en otoño de 2023, siempre y cuando se haya superado la crisis del covid-19 con tiempo previo suficiente como para que se pueda debatir sobre las consecuencias de la independencia.

El acuerdo, asimismo, señala que los dos partidos están «comprometidos con la participación democrática más completa posible en Escocia» y reconoce que en la actualidad en algunos grupos sociales la participación electoral es menor. Así, apuestan por promover que los jóvenes de 16 y 17 años y los ciudadanos extranjeros puedan votar. Esto podría inclinar la balanza ante un segundo referéndum de independencia.

La pared (o el abismo, según se mire), sigue estando en Londres. Este acuerdo también hace más complicado que Boris Johnson ignore los deseos escoceses sobre celebrar una nueva consulta. Por el momento, ha guardado silencio, algo no muy habitual en el premier británico.