Bruselas declara ilegal el rescate de la aerolínea Alitalia, que ya está en quiebra
Los 900 millones de euros inyectados por el Gobierno italiano a Alitalia no han servido para evitar la quiebra de esta compañía aérea, cuyos servicios pasarán a ser prestados por la nueva ITA a partir del 15 de octubre. En este contexto, ahora Bruselas declara ilegal el rescate.
La Comisión Europea ha declarado este viernes como ayuda ilegal dos préstamos, de 600 y 300 millones de euros, que el Estado italiano concedió a Alitalia en 2017 y ha exigido que recupere ese dinero más los intereses.
Bruselas estima que Roma «dio a la empresa una ventaja injusta sobre sus competidores, en violación de las normas sobre ayudas estatales de la UE», según ha declarado en un comunicado la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Competencia, Margrethe Vestager.
Según las reglas de competencia de la Unión, los poderes públicos pueden intervenir en favor de empresas sin incurrir por ello en ayudas de Estado ilegales, pero siempre que se comporten como lo haría un inversor privado en una economía de mercado.
En el caso de Alitalia considera que, al conceder los citados prestamos a la aerolínea, el «Estado italiano no actuó como lo habría hecho un inversor privado porque no evaluó la probabilidad de antemano de reembolso de los préstamos y de sus intereses».
Bruselas cree que era «poco probable» que Alitalia pudiera «generar suficiente liquidez para devolver los préstamos de Estado antes de su vencimiento o que pudiera vender activos» para obtener efectivo con el que abonar la deuda.
Esta decisión contrasta con las sucesivas autorizaciones a otros estados miembros para rescatar a sus principales aerolíneas a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus, como ha sucedido con Alemania (Lufthansa), Portugal (TAP) o el Estado francés (Air France).
La compañía ya ha echado la persiana
Se da la circunstancia de que Alitalia ya ha anunciado que echará el cierre definitivo a su actividad después de que el Gobierno italiano no lograra encontrar inversores para salvarla de la quiebra tras ser puesta bajo administración estatal en 2017.
A finales de agosto, la compañía anunció, a través de su cuenta de Twitter, que suspendía la venta de billetes para viajar a partir del 15 de octubre y canceló los vuelos programados desde entonces.
El periódico ‘Corriere della Sera’ estimó que unas 250.000 personas debían volar con Alitalia después del 15 de octubre, por lo que el Gobierno italiano ha puesto a disposición un fondo de 100 millones de euros que será destinados a reembolsos y reubicación de los pasajes en otras empresas.
La Comisión Europea avala la sucesión de empresas
En paralelo a esta situación, Italia Trasporto Aereo (ITA), creada en 2020 con inyecciones de capital por 1.350 millones de euros del Estado italiano, ha comenzado a vender sus primeros billetes para funcionar a partir del 15 de octubre.
La Autoridad Nacional de Aviación Civil italiana (ENAC) expidió el 18 de agosto el certificado de operador aéreo (COA) y la licencia de explotación de transporte aéreo a Italy Transport Air (ITA), sucesora de Alitalia.
La nueva compañía operará inicialmente con una flota de 52 aviones, de los cuales 7 serán de fuselaje ancho, con la previsión de alcanzar los 80 aviones a finales de 2022 y más de 105 en 2025. Esta flota es menos de la mitad que la de Alitalia y se centrará en rutas rentables.
La Comisión Europea ha decidido que no reclamará a ITA el dinero concedido por Roma a Alitalia al considerar que no es su sucesora porque hay una «discontinuidad económica» pese a que ITA se haga cargo de algunos de los activos y derechos de Alitalia.
«Italia ha demostrado que existía una neta separación entre Alitalia y la nueva compañía aérea ITA, y que esa inversión en ITA era conforme a las condiciones que habría aceptado un inversor privado», ha declarado Vetager al justificar esta segunda decisión.