Etna, Vesubio, Estrómboli, Grimsvotn y Eyjafjallajokull, los volcanes más peligrosos de Europa
En el mundo hay unos 1.500 volcanes y aunque hay continentes como Asia y América donde están especialmente presentes, algunos de los más activos se encuentran en Europa, como Etna, Vesubio, Estrómboli, Grimsvotn y Eyjafjallajokull. Los italianos, más cerca de Euskal Herria que los canarios.
Aunque el fenómeno de los volcanes parece más propio de continentes como Asia y América, en Europa no faltan montañas de fuego que periódicamente despiertan para demostrar toda la belleza y el poder de destrucción de la naturaleza, como ha sucedido recientemente en la isla de Palma.
Las erupciones más potentes que ha registrado el viejo continente en los últimos años han tenido lugar también en una isla, aunque en unas latitudes bastante más frescas. Se trata de Islandia, donde se encuentran el volcán Grimsvotn y otro que se hizo especialmente famoso por lo complicado de su nombre: Eyjafjallajokull.
La última erupción del Grimsvotn se produjo el 21 de mayo de 2011 y provocó columnas de diverso material de 12.000 metros. Llegó a liberar tal cantidad de ceniza que obligó a interrumpir el tráfico aéreo del país, medida que se tuvo que extender a Dinamarca, Alemania, Noruega, Irlanda, Escocia e incluso Groenlandia.
Un año antes se había hecho famoso el volcán de nombre impronunciable para los no islandeses: Eyjafjallajokull. Está considerado como el más longevo de Europa, ya que se habría originado hace unos 780.000 años y cuando entró en erupción en marzo de 2010, también obligó a interrumpir el tráfico aéreo en el norte y centro de Europa.
Girando hacia el sur del continente, Italia también es un lugar especialmente afectado por el fenómeno volcánico. De hecho, en su suelo tuvo lugar una de las erupciones más recordadas de la historia. Se produjo en el año 79 después de Cristo y su protagonista fue el Vesubio, que sepultó las ciudades de Pompeya y Herculano. El balance de la tragedia fue de más de 40.000 muertos, entre los que figuraba Plinio el Viejo que, como un moderno periodista, acudió a cubrir el acontecimiento movido por su interés científico y terminó perdiendo la vida en la erupción.
Lleva 75 años dormido y los vulcanólogos lo vigilan de cerca, ya que es el período más largo que ha estado tranquilo en los últimos 500 años, lo que puede ser el preludio de una potente erupción que podría afectar a una población de más de tres millones de personas.
El Etna, el más activo
En Sicilia se encuentra el Etna, el volcán más activo del continente. Su última erupción se produjo el 24 de diciembre de 2018, pero en lo que llevamos de siglo ya ha registrado una docena. Se han hecho conocidas las imágenes de satélite en las que se aprecia la larga columna de humo que, en esos casos, surge de los cuatro cráteres con los que cuenta en su cumbre.
Su erupción más catastrófica se produjo en 1669 y destruyó quince pueblos de la antigua Catania, dejando a su paso entre 15.000 y 20.000 víctimas. También destaca la de 1928, que sepultó totalmente la ciudad de Mascali.
Siguiendo en Italia, el Estrómboli es también uno de los volcanes más vigilados del continente europeo. Una de sus últimas erupciones se produjo el 4 de julio de 2019 y fue captada por un grupo de turistas. Causó un muerto y dos heridos. Tan conocida es esta montaña de fuego entre los expertos que da nombre a uno de los cinco tipos de explosiones que se pueden producir en un volcán.
Aunque estos son los más famosos y vigilados del continente, existen otros volcanes en Europa, aunque, por el momento, no revisten peligro, como el Teide, en Canarias o Santorini en Grecia. Pero nunca se sabe, sobre todo después de lo ocurrido con el volcán de Cumbre Vieja, en Palma. La erupción se está produciendo a 2.000 kilómetros en línea recta de Euskal Herria, unos 500 más que la que nos separa de los volcanes italianos.