El pase sanitario, obligatorio desde los 12 años y sin descartar prórroga hasta verano de 2022
Desde este jueves, 30 de setiembre, el pase sanitario será obligatorio también para los chavales de entre 12 y 17 años. Era el único segmento de edad hasta ahora exento de presentar un documento que el Gobierno de Emmanuel Macron pretende conservar «como comodín» hasta el verano de 2022.
A partir de este 30 de setiembre se exigirá el pase sanitario también a los y las jóvenes de entre 12 y 17 años de edad en Ipar Euskal Herria.
Único segmento de población exento hasta la fecha, los chavales de esas edades deberán también acreditar desde mañana que están vacunados, que han pasado la enfermedad recientemente o que se les ha realizado un test con resultado negativo en las anteriores 72 horas.
Ese pasaporte no es obligatorio para acudir a los centros educativos. Sin embargo, impacta en no pocas actividades docentes. Por ejemplo, a la hora de ir a la piscina, práctica deportiva que se inicia habitualmente en primaria y suele extenderse hasta el liceo en Ipar Euskal Herria.
En general, los jóvenes deberán presentar el pase sanitario en todos los lugares y servicios en que este es requerido, desde el pasado verano, a sus mayores.
Sin embargo, su impacto promete ser mayor en las actividades extraescolares, caso de acudir a un club deportivo o de seguir un curso en el conservatorio de música, sin ir más lejos.
Evitar los conflictos y la segregación
Entre tanto, en los centros escolares, se opta por evitar el conflicto, y el riesgo de segregación del alumnado en que puede derivar una aplicación al pie de la letra del protocolo.
Nathalie Bachacou, profesora en el Liceo de Nafarroa, de Donibane Garazi, explica a Kazeta.eus que han optado por cancelar la excursión que realizan cada curso al Estado español.
«Allí los test son muy caros y, en cualquier caso la norma hace muy difícil organizar las salidas, porque el principio es que todos puedan participar en esa y otras actividades», asegura.
A partir de los 12 años los alumnos de Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi realizan prácticas en empresas, una actividad destinada a facilitar la orientación pedagógica y que, en el caso de los chavales de 14-17 años que siguen una formación profesional sirve además para preparar la inserción laboral.
El confinamiento marcó un parón, y el temor es que en este nuevo curso muchas empresas sigan declinando esas visitas, de una o dos semanas, que realizan los estudiantes, para evitar problemas ligados a la gestión del pase sanitario.
Cambio del protocolo escolar sobre la marcha
Philippe Mayte, director en el liceo Argenté de Baiona confirma «el ambiente de incertidumbre» que reina en los centros a punto de cumplirse un mes del inicio del curso.
El protocolo sanitario marca que, a excepción de primaria, en el resto de niveles cuando aparece un caso positivo los alumnos vacunados sigan en el centro, pero los no vacunados se aíslen en casa durante siete días. Ello implica «un tratamiento diferenciado entre alumnos», que preocupa a la comunidad educativa, más allá de las dificultades de reactivar el sistema online, que ya demostró sus limitaciones en 2020.
Para más complicaciones, el ministro francés de Educación, Michel Blanquer, ha optado por cambiar el paso sobre la marcha al anunciar un experimento, de momento limitado a una decena de departamentos, y que consistirá en no enviar a casa a los alumnos caso de aparecer un positivo, aunque esa era la regla que el mismo fijó hace un mes para el alumnado de primaria.
Se hará un test a toda la clase y se mandará a casa solo a los positivos. No es el único cambio que se atisba en primaria donde desde el 4 de octubre en los centros situados en territorios con menos de 50 casos por 100.000 los-as alumnos-as podrán prescindir ademas de la máscara.
Las cifras de la pandemia son esperanzadoras, especialmente en Ipar Euskal Herria, pero el Gobierno francés no parece dispuesto, pese a ello, a prescindir de algunas medidas.
Así el portavoz del gobierno, Gabriel Attal, ha anunciado hoy que el ejecutivo propondrá al Parlamento extender el periodo de vigencia del pase sanitario, que caduca el 15 de noviembre, hasta el verano del 2022.
Ello no implica que se aplique la medida, sino más bien que se pueda utilizar. Se trata de evitar, ha explicado Attal, que una vez el Parlamento entre en funciones, en febrero, por la campaña presidencial y luego legislativa, se produzca un vacío que impida al Gobierno recurrir, «solo si fuera necesario y ojalá que eso no ocurra», ha dicho, a la eventual reimplantación del pase sanitario.