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Sturgeon afronta 2022 con la presión de una cuenta atrás ya en marcha

Nicola Sturgeon lleva tiempo huyendo hacia adelante. Desde que asumiera el poder en 2014 y, sobre todo tras las elecciones escocesas de 2016 y el referéndum sobre el Brexit, ha prometido en infinidad de ocasiones una nueva consulta. La cuenta atrás se ha activado junto con el inicio de año.

Nicola Sturgeon, en la Cámara escocesa. ( JEFF J MITCHELL | AFP)

«Escocia celebrará un nuevo referéndum sobre la independencia antes de que finalice 2023». Esta es, quizá, la frase más repetida por Nicola Sturgeon, ministra principal escocesa, a lo largo de 2021. A una frase muy repetida durante los últimos siete años, la líder del SNP se atrevió a añadir un «antes de que finalice 2023», activando una cuenta atrás que ya aprieta. Eso sí, se cubrió las espaldas sumando un «siempre que la situación creada por el covid-19 lo permita».

Ese anuncio se realizó en el contexto de unas elecciones en las que la sociedad escocesa secundó el proyecto político de Sturgeon, que rozó una mayoría absoluta completada con Los Verdes y rechazando las voces independentistas críticas con la gestión del SNP, aglutinadas en el Alba Party de Alex Salmond, que no consiguió entrar en el Parlamento de Holyrood.

«Tengo la intención de hacer todo lo que esté a mi alcance para permitir que ese referéndum se lleve a cabo antes de finales de 2023», insisitió este lunes por la noche en una entrevista ofrecida al canal STV.

Pero el tic-tac aprieta. A partir de las elecciones, los hechos relevantes han caído a cuentagotas y se han limitado a anuncios y promesas. En setiembre Sturgeon anunció que su Ejecutivo retomaba los trabajos para organizar la consulta, en stand-by por la pandemia, y que en primavera se reanudaría la campaña.

El año, sin embargo, comienza con la pandemia en su punto álgido. El pasado viernes Escocia registró casi 15.000 positivos en un día y 15 decesos y las hospitalizaciones crecieron un 50% durante la últimas semana, convirtiéndose en las cifras más altas de la pandemia, por lo que parece que ese «siempre que la situación creada por el covid-19 lo permita» puede resultar, una vez más, la claúsula a la que se agarre la líder independentista.

A ello hay que añadir que este 2022 ha comenzado con un debate cuanto menos curioso. Voces independentistas, incluso algún excargo del SNP, han hecho público su deseo por añadir una tercera opción al referéndum. Es decir, al yes/no añadir una tercera opción denominada devo-max que consitiría, según su consideración histórica (no ha habido una definición explícita), en una autonomía fiscal absoluta. Escocia tendría el máximo control sobre sus finanzas, manteniendo todos los ingresos fiscales recaudados en el país, en lugar de la asiganción que hace Westminster desde 1999 para las áreas transferidas. Otras como Defentsa o Exteriores quedarían en manos de Londres.

Resulta curioso que esta opción haya tomado volumen cuando las encuestas de los últimos meses oscilan sobre el 50%. Las cifras favorables a la independencia bajan de forma ostensible cuando lo que se plantea es un referéndum no acordado con el Gobierno británico.

Pregunta y fecha

La tercera y última parte del Proyecto de Referendums entrará en el Parlamento de Holyrood a principios de la primavera y fuentes del SNP aseguran que incluirá la pregunta del referéndum, que sería la misma de 2014 ( ¿Debería Escocia ser un país independiente?), sin la opción devo-max, y las opciones de fecha sugeridas. Al parecer, 21 de setiembre de 2023.

Todo lo que no sea cumplir con estas fechas puede suponer el final de un mandato más que asentado del SNP, que suma ya 15 años al frente del Gobierno escocés y logrando amplias victorias en todas y cada una de las elecciones. Sin embargo, para muchos politólogos británicos, es el independentismo el pegamento que une a un SNP en el que confluyen líneas políticas muy diversas. También es el debate independenista por el único flanco por el que se ven grietas. 

En mayo los escoceses acuden a las urnas de los ayuntamientos y concejos locales, donde se espera que el SNP mantenga sus posiciones, a pesar de que bastiones importantes como Glasgow, donde la COP26 ha dejado una larga resaca, o Aberdeen y el noreste, donde el gas y el petróleo han dividido la política escocesa, pueden deparar sorpresas. Con o sin fecha concreta del referéndum, la consulta será uno de los temas principales en campaña, pero para entonces el SNP y el Ejecutivo de Sturgeon ya deberían de haber movido ficha.