Baskonia, en su laberinto, apura sus últimas opciones de Copa ante San Pablo Burgos
Amén de ganar de paliza al cuadro castellano, los gasteiztarras deben esperar el tropiezo múltiple de Lenovo Tenerife, aunque quizá lo más urgente sea recuperar la comunión con su gente. Bilbao Basket juega en Sevilla un duelo en el que puede apuntalar su posición en la zona templada.
Andrea Trinchieri se puso poeta en la sala de prensa del Buesa Arena cuando analizó la Euroliga en tiempos de covid-19, luego de que su Bayern de Múnich superase a Bitci Baskonia por 77-84. «Ustedes en el País Vasco tienen el Mar Cantábrico, un mar muy bravo que pone a los barcos en dificultades en las tormentas. La competición en tiempos de covid-19 es como gobernar un barco en plena tormenta en el Cantábrico. Puedes tener a los jugadores en buena forma, crear una buena química, estar en racha... y de pronto viene un brote de la covid y te lo arruina todo. Te lo arruina porque no sabes cómo saldrán los jugadores; hay algunos que padecen secuelas físicas, falta de fuerza, falta de resuello; otros, sin más, pierden la buena forma y la química se resiente. Es muy difícil llevar un barco recto en plena tormenta», declamó.
Neven Spahija no estaba presente en la sala de prensa cuando el entrenador elevado a vate de la Lombardía describía la tempestuosa temporada; normal que no estuviera, porque sin pretenderlo, se convirtió en un personaje descrito por el propio Trinchieri.
«No quiero buscar excusas, pero el parón por la covid-19 nos ha machacado. Jugadores como Steven –Enoch– han perdido mucha fuerza por culpa del virus y el propio Lamar –Peters– también tiene problemas. Necesitamos parar para recuperarnos física y mentalmente, y es difícil que los errores no se repitan jugando tan seguido sin poder entrenar», admitió, convertido en un improvisado piloto bordeando el Cabo Matxitxako, con el obstáculo añadido de la baja de Alec Peters, alcanzado este también por el maldito coronavirus.
Pero sea el Matxitxako, el Cabo de Buena Esperanza, el Cabo de Hornos o el Estrecho de Magallanes lo que deba doblar el preparador de Sibenik, lo cierto es que añadió una gran verdad antes de afrontar un gran reto la tarde de este domingo en el Buesa Arena. La verdad es que «no se nos ha olvidado jugar». El gran reto es que este Baskonia en su laberinto debe quemar su último cartucho ante San Pablo Burgos para no quedar apeado de forma matemática de la pelea por la Copa.
La derrota frente al Breogán del pasado miércoles dejó al Baskonia prácticamente descabalgado de la pelea por acabar la primera vuelta en el Top 8 de la Liga ACB. Los errores en forma de pérdidas y desajustes defensivos, la falta de un norte en el juego desplegado y los altibajos a lo largo del partido, amén de que otros rivales directos como puede ser el Baxi Manresa o el propio Breogán sí han hecho sus deberes.
Todo ello produjo, además, el desencanto más notorio de la grada de Zurbano, que desertó en buena medida de acudir al partido del viernes, y de entre los 5.587 valientes que asomaron por el Buesa Arena, unos pocos dejaron salir algún silbido contra sus propios jugadores en momentos de pura desesperación, viendo a su equipo en descomposición, cuando todavía queda media temporada de calendario. Solo durante el tercer cuarto ante el Bayern hubo una mínima comunión entre jugadores y aficionados, con la guinda puesta por «Indar Baskonia Hintxa Taldea», acordándose de Dusko Ivanovic con el partido ante el Bayern ya perdido y las gradas en desbandada.
El juego de las cábalas
Por ende, ahora Saski Baskonia debe ganar de paliza al San Pablo Burgos de Landry Nnoko este domingo a las 17.00. Pero ganar significa hundirlo en la miseria, porque el average general en estos momentos le obliga a remontarles a los de Spahija la friolera de 55 puntos a Valencia Basket, 61 puntos al Río Breogán o nada menos que ¡89 puntos! a UCAM Murcia –teniendo que perder ellos sus partidos, además– para poder colarse en el Top 8 liguero.
Así las cosas, la opción más «factible» es poder colarse de rondón ante el Lenovo Tenerife. Los de Txus Vidorreta lleva más tiempo que nadie sin poder jugar debido a la covid-19, al punto de que juegan el domingo al mediodía en la cancha del UCAM Murcia el domingo a las 12.30 –buena noticia para el Baskonia, ya que los dos no pueden ganar–, y los otros dos duelos enfrentan a los entrenados por Txus Vidorreta ante San Pablo Burgos a domicilio el jueves 27 a las 20.30 y Valencia Basket en casa, el domingo 30 a las 20.00.
Los gasteiztarras precisan que el cuadro aurinegro gane como mucho un partido de esos tres y además, en el average general se encuentra a solo 13 puntos de distancia del Baskonia. Pero en todo caso, si Saski Baskonia no gana y de soberana paliza a los que ahora entrena Paco Olmos, todas las cábalas sobre las opciones de meterse en la Copa de Granada se perderán como el humo cuando se disipa.
«Hay problemas, pero seguro que volveremos a pelear y ganar», prometió Neven Spahija tras caer el viernes ante el Bayern de Múnich. Es lo único que puede y debe hacer el Baskonia en estos momentos, en realidad, porque sus opciones de Copa ahora dependen de sus rivales.
Bilbao Basket, en Sevilla
Surne Bilbao Basket, por su parte, no recordaba momentos más tranquilos en su seno desde el parón previo a la pandemia, en la campaña 2019/2020. Los hombres de negro juegan el domingo a las 12.30 en la cancha del Betis, colista de la Liga ACB, y todo apunta a que los bilbainos van a tener una oportunidad única para empezar a huir de las quinielas sobre los equipos que pueden descender.
En estos momentos, el conjunto vizcaino suma siete triunfos, después de haber ganado sus cuatro últimos partidos, incluyendo el 91-96 frente al Obradoiro, con lo que sumaron por fin su primera victoria lejos de Miribilla.
Por poder, la web de la Liga ACB le añade una remotísima opción de acceder a la Copa, pero decir que en Sevilla –y en el siguiente duelo del Bilbao Arena, ante Unicaja, el domingo 30 a las 12.30– se juega sus bazas de meterse en la Copa es encomendarse a un milagro, ya que los bilbainos deben ganar esos dos duelos y esperar las derrotas de Saski Baskonia y Lenovo Tenerife, cosa que, lógica en mano, no sucederá.
Pero meterse en la zona templada de la clasificación sí es un objetivo factible para los de Alex Mumbrú, pese a la duda de Stefan Peno, a la espera de una PCR negativa para poder recibir el permiso de la ACB para poder jugar, y el improbable concurso del alero David Walker, fichado tras la marcha de Khyry Thomas al Maccabi pero que apenas si ha entrenado una o dos veces a las órdenes de Alex Mumbrú, después de que llegará más tarde de lo esperado desde los Estados Unidos a causa de la nieve.
«No podemos pensar que por tener alguna victoria más no vamos a tener que jugar cada partido como si fuese el último. Juegan en casa, lo harán al 200% y tenemos que estar preparados para igualar su nivel físico y las ganas que van a poner en la pista», incidió el propio Alex Mumbrú en la previa al duelo de este domingo, sin olvidar que el pívot Jeff Withey advertía durante la semana que «si piensas que vas a ganar porque tu rival está peor que tú en la clasificación, lo más normal es que pierdas».
Así las cosas, Bilbao Basket, con el recuerdo de la exhibición de Ondrej Balvin el año pasado, cuando lideró el triunfo bilbaino en tierras hispalenses por 89-96, asegura que prepara este encuentro totalmente centrado para así dar otro paso más en el camino hacia la calma.