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El presidente de Guinea Bissau asegura el control de la situación tras un intento de golpe

El presidente de Guinea-Bissau, Umaro Sissoco Embalo, ha asegurado que su Gobierno tiene el control de la situación horas después de un intento de golpe de Estado que este martes ha dejado varios muertos, en una región que ha vivido cuatro golpes en dos años.

Un soldado patrulla el área de edificios gubernamentales en Bissau. (AFP)

«Estoy bien Alhamdulillah [gracias a Dios]. La situación está bajo el control del Gobierno», ha escrito este martes el presidente de Guinea-Bissau, Umaro Sissoco Embalo, en su cuenta de Twitter después de incidentes que los países vecinos han calificado como un intento de golpe de Estado.

Poco después, Embalo tenía previsto dirigirse a la nación desde el palacio presidencial para confirmar el control de la situación.

«Los asaltantes podrían haber hablado conmigo antes de estos hechos sangrientos que han causado varios heridos graves y muertos», ha afirmado. No ha señalado a los autores del golpe, pero lo ha atribuido a «decisiones tomadas contra el narcotráfico y la corrupción».

El presidente ha asegurado que este intento de golpe de Estado ha sido un «acto bien preparado y organizado» y ha rechazado cualquier implicación en estos hechos, remarcando que es «un hombre de paz» y su compromiso con la no violencia. «Pido a la población que esté tranquila», ha dicho el presidente, quien ha informado de que tras cinco horas enfrentamientos se han producido algunas muertes y varios detenidos.

La capital de Guinea-Bissau ha sido el escenario este martes del último de una serie de golpes en África occidental en menos de dos años.

Según varios testimonios, hombres armados han entrado a primera hora de la tarde al complejo del palacio de Gobierno, que alberga a los distintos ministerios en las afueras de la capital, cerca del aeropuerto, y donde se había reunido un consejo de ministros extraordinario en presencia del presidente y primer ministro Nuno Gomes Nabiam, que han quedado retenidos.

Luego se han escuchado fuertes disparos durante gran parte de la tarde, mientras en los alrededores del palacio los habitantes huían de la zona.

Hombres fuertemente armados han rodeado el complejo, donde se creía que el presidente y los ministros estaban inmovilizados, y no estaba claro si se trataba de amotinados o fuerzas leales al poder.

Lo que ha sucedido a continuación dentro del palacio y la identidad de los perpetradores del golpe sigue sin determinarse en la noche de este martes y no se han comunicado posibles víctimas.

Se ha establecido un gran cordón de seguridad alrededor del palacio, manteniendo la distancia a los periodistas y curiosos.

La CEDEAO, la UE y la ONU denuncian un intento de golpe

Antes del mensaje del presidente, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) había condenado «este intento de golpe» y responsabilizado a los militares «de la integridad física del presidente Umaro Sissoco Embalo y miembros de su gobierno».

Lo mismo ha hecho la Unión Africana, cuyo presidente de la Comisión, Moussa Faki Mahamat, ha dicho seguir «con gran preocupación la situación en Guinea-Bissau, marcada por un intento de golpe de Estado».

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, había pedido anteriormente el cese inmediato de los combates y el pleno respeto a las instituciones democráticas del país, dando también por cierto el intento de golpe.

Desde su independencia de Portugal en 1974 tras una larga guerra de liberación, Guinea-Bissau, un pequeño país de unos dos millones de habitantes, ha vivido cuatro golpes de Estado (el último en 2012), un sinfín de intentos de golpe y un continuo cambio de gobiernos.

Desde 2014 la vuelta al orden constitucional no la ha salvado de reiteradas turbulencias ni de que las fuerzas armadas sigan teniendo un papel relevante en la vida política.

Corrupción, inestabilidad y oleada golpista

El país sufre una corrupción endémica. También se considera un centro para el tráfico de cocaína entre América Latina y Europa.

Desde principios de 2020, Umaro Sissoco Embalo, exgeneral, ocupa la jefatura del Estado, tras unas elecciones presidenciales cuyo resultado aún disputa el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), formación dominante desde la independencia.

Embalo, de 49 años, forzó su designación en febrero de 2020 al ponerse la faja de presidente e instalarse en el palacio presidencial, pese a la persistencia de la disputa.

En los últimos meses ha mantenido desacuerdos con el Primer Ministro y la amenaza de su destitución y la disolución del parlamento pendía constantemente sobre la vida política nacional.

Estos hechos evocan inevitablemente los golpes en serie que han sacudido África Occidental desde 2020: en Malí en agosto de ese año y nuevamente en mayo de 2021, en Guinea en setiembre de 2021 y en Burkina Faso en enero de este año.