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Benedicto XVI pide perdón por los abusos sexuales y errores bajo su responsabilidad

Joseph Ratzinger, de 94 años, ha publicado una carta en la que pide disculpas por los delitos cometidos por subordinados suyos en la Iglesia católica, pero niega las acusaciines de que estuviera al corriente de cuatro casos de curas pederastas cuando era arzobispo de Múnich. 

Benedicto XVI, en una imagen de archivo. (Filippo MONTEFORTE/AFP)

El papa emérito Benedicto XVI ha publicado este martes una carta en la que ha pedido perdón por los abusos y errores ocurridos durante sus mandatos en los distintos cargos que ha tenido.

La misiva llega tras la divulgación de un informe sobre abusos sexuales a menores en Alemania, en el que se afirmaba que estuvo al corriente de cuatro casos de curas pederastas cuando era arzobispo de Múnich.

«Una vez más sólo puedo expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón. He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia católica», subraya Benedicto XVI.

Joseph Ratzinger, de 94 años, añade que «en todos mis encuentros, especialmente durante mis numerosos viajes apostólicos con víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, he mirado a los ojos las consecuencias de una culpa muy grande y he aprendido a comprender que nosotros mismos nos vemos arrastrados a esta gran culpa cuando la descuidamos o cuando no lo afrontamos con la necesaria decisión y responsabilidad, como ha ocurrido y ocurre con demasiada frecuencia».

Documento de colaboradores

Al mismo tiempo, colaboradores de Benedicto XVI han divulgado un texto en el que rechazan todas las acusaciones sobre su posible responsabilidad en los casos de encubrimiento de los que se le acusa en el informe publicado el pasado 20 de enero.

En el documento se admite que se produjo un error en la memoria defensiva de cerca 82 páginas enviada a los investigadores y que Joseph Ratzinger sí que participó en el Ordinariato (reunión de obispado de Munich y Freising) del 15 de enero de 1980.

En aquella reunión, según la investigación, se trató el traslado de un sacerdote acusado de abusos a menores, Peter H., quien después volvió a cometer abusos en la archidiócesis de Múnich, lo que llevó a que fuera trasladado de nuevo.

Sin embargo, aseguran que Ratzinger «desconocía que el sacerdote fuese un abusador» y que durante esa reunión se habló de que el joven tenía que ser trasladado a Múnich porque «se tenía que someter a una terapia», pero «no se mencionó el motivo de la terapia» y tampoco «se decidió ninguna labor pastoral» para él.

Respecto a los otros tres casos de sacerdotes pederastas que aparecen en el investigación y de los que Ratzinger habría tenido conocimiento, los colaboradores aseguran que «nada de esto es verdad» y que «la investigación no muestra pruebas al respecto».