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La industria tecnológica pide paciencia ante la escasez de chips

La escasez de chips, derivada del auge de la demanda mundial de productos electrónicos y las dificultades en el suministro generadas por la pandemia, sacude a toda la economía mundial. La industria tecnológica también acusa el golpe con fuerza, tal y como quedó de manifiesto en el MWC de Barcelona.

Una joven utiliza un teléfono inteligente en el MWC de Barcelona. (Josep LAGO | AFP)

¿Cuándo acabará la escasez de chips para los productos de alta tecnología? Fabricantes y especialistas pedían paciencia en el recientemente clausurado Congreso Mundial de Telefonía (MWC, por sus siglas en inglés) de Barcelona, que mejoró previsiones al superar los 60.000 visitantes.

Problemas logísticos, agotamiento de stocks, fábricas saturadas... «La situación sigue siendo muy complicada para el sector, se necesitará paciencia», avisa Ariane Bucaille, especialista del mercado de los semiconductores en el gabinete Deloitte.

La escasez de chips afecta de lleno a la industria del automóvil –esta semana Mercedes solo trabajará tres días en sus planta de Gasteiz– y al sector informático, muy dependientes de estos componentes electrónicos, pero también al mercado de los teléfonos inteligentes, aunque este último resiste mejor que otros sectores.

Según el gabinete de análisis IDC, las ventas de teléfonos móviles retrocedieron un 3,2% en el cuarto trimestre, hasta los 363,1 millones de unidades. En China, por ejemplo, se desplomaron un 11% en el mismo periodo, según Counterpoint research.

Esto no ha impedido que gigantes como Apple y Samsung consiguieran beneficios récord en 2021. La escasez, sin embargo, ha generado grandes atrasos en el lanzamiento de productos, lastrando perspectivas.

Guerra en Ucrania

¿Cuál será el efecto de la guerra en Ucrania sobre un mercado ya alterado? Para Marina Koytcheva, analista en CCS, es «poco probable» que el sector de los teléfonos inteligentes «no se vea afectado por el impacto de la crisis en Ucrania, teniendo en cuenta la importancia económica y geográfica de Rusia y Ucrania».

Rusia es un importante proveedor de paladio, un metal raro omnipresente en la electrónica. Ucrania, por su parte, dispone de grandes reservas de neón, un gas indispensable para los láseres usados en la fabricación de semi-conductores.

«Ucrania suministra hoy en día el 70% de la demanda mundial de neón», recuerda la oficina de estudios taiwanesa TrendForce. «Si se corta la provisión de estos materiales, habrá un impacto en la industria», que se traducirá en «un alza de los costes de producción».

Los fabricantes de chips lanzan, sin embargo, mensajes tranquilizadores. «No anticipamos ningún impacto en nuestra cadena de aprovisionamiento», indicó el fabricante estadounidense Intel, que aseguró disponer de «fuentes diversificadas».

«Usamos solo una pequeña cantidad de neón», explica a AFP un portavoz del proveedor holandés ASML, que también explicó que examinan fuentes alternativas de suministro.
Un mensaje similar al que traslada la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA). «La industria tiene un abanico de proveedores de materiales y gases clave, así que no creemos que haya riesgo inmediato de una interrupción de suministros», aseguró.

Sea cual sea el impacto de la crisis ucraniana sobre este mercado, es poco probable que se vuelva rápidamente a la normalidad. «Las necesidades de semiconductores son muy elevadas (...) El mercado sigue desequilibrado», insiste Bucaille.

Según el banco estadounidense JP Morgan, la escasez se extenderá durante todo 2022, mientras que para Deloitte, la situación no mejorará hasta 2024, pese a los esfuerzos para aumentar las capacidades de producción. Los gigantes del sector anuncian miles de millones de inversiones en nuevas fábricas, como el taiwanés TSMC o el coreano Samsung Electronics, que inyectará 15.000 millones de euros en una cadena de producción en Texas.

Pero las  inversiones «no darán frutos hasta dentro de dos o tres años», al tratarse de «tecnologías complejas» que implican «mano de obra muy cualificada», destaca Bucaille.