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El festival de los colores regresa con fuerza en India tras dos años de pandemia

El festival hindú más alocado de la India –denominado ‘Holi’–, en el que mayores y pequeños se lanzan polvos de colores para celebrar la llegada de la primavera, regresó este viernes con fuerza tras dos años de continuas restricciones por la pandemia de covid.

Mujeres pintándose con polvo de colores para celebrar el festival de la primavera en Mumbai. (Indranil MUKHERJEE | AFP)

La bajada abrupta de las infecciones de coronavirus hasta mínimos del inicio de la pandemia en India, con apenas 2.528 casos en las últimas 24 horas –cuando en enero se registraban unos 350.000 diarios– y la retirada de la mayoría de las restricciones ha desencadenado una explosión de júbilo a lo ancho y largo del país –y en otros puntos del mundo– como si de una olla a presión se tratase.

«El festival ha regresado. Los colores de Holi parecían sombríos en los últimos dos años, pero hoy jugamos como solíamos hacerlo antes del coronavirus», comenta a Efe Gaurav Gupta, un consultor financiero de 35 años, bañado en colores.

Gupta se muestra entusiasmado: «Nos divertimos muchísimo. De hecho, recuerdo que Holi fue el primer festival en 2020 en estar restringido y se ha convertido en el primero sin restricciones después de dos años de pandemia. Espero que lo peor haya pasado y recuperemos la vida de antes».

A diferencia de otras ocasiones, algunos vecindarios como este en la ciudad de Noida, próxima a la capital, u otros en la misma Nueva Delhi, decidieron celebrar Holi en comunidad, organizando banquetes con atronadora música punjabi y del cine de Bollywood, además de tambores. Y es que muchos participantes, sin mascarillas a la vista y moviéndose entre gulal (los polvos de colores), están seguros de que lo peor de la pandemia ha quedado atrás.

La segunda y mortífera ola, en 2021

India, como tantos otros países, ha sufrido mucho durante esta pandemia, con un duro confinamiento entre finales de marzo y junio de 2020 que paralizó por completo la economía, a lo que se sumó en abril y mayo de 2021 una segunda ola con más de 400.000 casos y 4.000 muertes diarias en el pico de la crisis sanitaria.

Nadie olvida esa segunda ola, en la que los hospitales colapsaron por falta de camas y oxígeno médico, mientras en los crematorios la llegada de cadáveres era incesante, sin espacio ni leña suficiente para despedir a los muertos, que se iban amontonando.

«No me puedo creer que finalmente hayamos tenido la oportunidad de jugar a Holi en un ambiente de alegría. Espero que esto marque un nuevo comienzo (...). Dos años son mucho tiempo. Sentía como si no quisiéramos que la fiesta terminara. Ha sido una espera de más de dos años», resalta el ingeniero Avatar Gill.