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Entrevue
Xavier Milian Nebot
Historiador

«Quien ha defendido un mayor autogobierno a lo largo de la historia ha sido la izquierda»

El historiador Xavi Milian (Reus, 1984) ha acometido una «tarea titánica» para recopilar en un libro 100 años de textos que vinculan la lucha social con la nacional en los Països Catalans entre 1910 y 2010. El resultado ha sido la obra ‘100 anys de marxisme i qüestió nacional als Països Catalans’.

El historiador catalán Xavi Milian. (NAIZ)

Xavi Milian ha dedicado los dos últimos años a bucear por la historia reciente de los Països Catalans. Más de 400 publicaciones, revistas y periódicos, más otros 400 libros han pasado por sus manos para publicar el libro ‘100 anys de marxisme i qüestió nacional als Països Catalans’ (Tigre de Paper, 2022). Recientemente han iniciado un proyecto de Verkami para materializar la obra. Además, dirige para la misma editorial la colección ‘Fil Roig’ con el objetivo de recuperar los principales autores del catalanismo popular y sobre el mismo tema ha escrito ‘Una nova panoràmica de la història del catalanisme’ (Pagès Editors, 2021).

¿Cómo se inició este proyecto que definen como «investigación faraónica»?

El desencadenante es el libro ‘Marxisme català i qüestió nacional catalana: 1930-1936’, escrito en 1973 por Josep Benet desde el exilio. En el prólogo, Benet explica que «próximamente» saldrá otra publicación referida al período 1936-1939, aunque nunca la llegó a escribir. De aquí tomé yo la idea de continuar su obra inacabada, en mi caso ampliada al conjunto de Països Catalans. En aquel momento, tanto en el País Valencià como en las Illes Balears las formaciones marxistas planteaban el mismo debate que en Catalunya alrededor del autogobierno.

Pero, a diferencia de Benet, cuentan aquí con una dificultad añadida: ampliar la mirada a lo largo de cien años.

Fue una decisión tomada con la editorial, Tigre de Paper. Decidimos comenzar en 1910 porque es cuando el mallorquín Gabriel Alomar hace un llamamiento a construir un partido socialista catalán. Es un idea frustrada, pero precisamente a lo largo de esa década desde el catalanismo, el anarquismo, el socialismo y el republicanismo se intenta relacionar el tema social con la cuestión nacional, aunque no será hasta la dictadura de Primo de Rivera que eso cuajará de diversas formas. Hay precedentes, sí, pero se trata de un socialismo utópico. Hay que tener en cuenta que, a excepción de la Catalunya Nord, el marxismo no empieza a penetrar de una forma real hasta los años 20, sobre todo a raíz de la Revolución Rusa, aunque tomamos 1910 como fecha simbólica con la conferencia de Alomar.

¿Qué se entiende en el libro por «marxismo»? ¿Y por «cuestión nacional»?

Es un debate interesante, porque hay mucha confusión al respecto. Para empezar, el republicanismo queda excluido porque, más allá del rechazo a la monarquía, es un movimiento liberal. Luego, dentro del marxismo, hay un abanico de ideologías que sobre todo se pone de manifiesto a partir de los años 60: desde el PSUC en Catalunya, el PCE en el País Valencià y las Illes Balears, y el PCF en Catalunya Nord que siguen la ortodoxia soviética y que a principios de los años 80 transitan hacia el eurocomunismo, como sector más «moderado», hasta las mil familias de titistas, maoístas, proalbaneses, procubanos... Además del llamado socialismo democrático y del socialismo autogestionado, que abraza el Partido Carlista en todos los Països Catalans durante las décadas de los 60 y los 70.

En cuanto a la cuestión nacional, este no es un libro de marxismo a favor de la independencia; es un libro sobre el posicionamiento del marxismo respecto a la cuestión nacional y por tanto encontramos desde artículos que abogan por la independencia de los Països Catalans a otros que defienden que el nacionalismo es un invento de la burguesía y lo equiparan a teorías nazis. Precisamente, la gracia del libro es ver los argumentos de la izquierda para defender los diferentes posicionamientos respecto a la cuestión nacional.

En ese sentido, ¿qué momentos históricos llaman más la atención?

Cada etapa tiene una serie de debates bastante interesantes respecto a la evolución de las ideas marxistas y la cuestión nacional. Desgraciadamente, en el Régimen del 78, desde la izquierda y la historiografía se ha mitificado la II República y eso ha hecho olvidar lo que pasó antes y después. En este libro merece mucho interés el debate que se genera después de la II Guerra Mundial, o incluso una vez Franco se ha asentado y se plantea la disyuntiva de reivindicar la autodeterminación o la vuelta a la legalidad republicana.

¿Es posible encajar cien años de textos en un solo libro?

La producción era tan grande que he tenido que ir con bisturí, troceando poco a poco los textos. En primer lugar, de entre los miles de textos tenía que escoger los más potentes, los que hacían una nueva aportación, porque muchos otros repetían ideas ya teorizadas anteriormente. En segundo lugar, leer un libro de 300 páginas y resumirlo en tres párrafos que ocupan media página es un trabajo titánico, no solo por las horas de lectura sino también por ver qué se puede recortar.

¿Qué consecuencias tuvo la dictadura española en el discurso marxista de los Països Catalans?

A diferencia de la evolución del marxismo, que es una cuestión internacional, el hecho nacional se ve claramente marcado por la censura y la dificultad de recuperar lo que sucedió antes de la Guerra. Esto provoca que la izquierda catalana al sur de los Pirineos se haya visto reflejada en movimientos de todo el mundo, como los procesos de descolonización de los años 60 o la Guerra del Vietnam, pero a su vez desconoce sus propios antecesores. La dictadura hizo mucho daño, al igual que los 23 años de gobierno de Convergència que han hecho olvidar por completo estos precursores teóricos e intelectuales de la izquierda catalana que encontramos desde el primer tercio del siglo XIX.

¿Existe algún momento histórico que marque un punto de inflexión a nivel general sobre el discurso nacional?

En los Països Catalans existes dos motivos por los que la mayoría de procesos se inician en épocas distintas: el primero es la división en tres estados y, dentro del Estado español, la división en diferentes provincias. El segundo es la realidad material de cada época. Por ejemplo, la Catalunya Sud de 1910 era un territorio industrial que no tenía nada que ver con la Mallorca caciquil o la Catalunya Nord, donde la gente vivía básicamente del campo. Por eso es difícil encontrar un momento clave para el conjunto de los Països Catalans, pero si tenemos que decir uno que afecte a la totalidad del territorio sería el nacimiento de la Esquerra Independentista en 1968. Por primera vez un espacio político defenderá por igual un proceso de revolución socialista y un proceso de construcción nacional independentista.

¿Han podido constatar una diferencia de discurso entre los partidos marxistas catalanes y los de ámbito estatal español y francés?

En el libro hablo solo de partidos con presencia en los Països Catalans, pero algunos de ellos son autóctonos y otros son sucursalistas, es decir, federaciones de ámbito estatal español o francés. Un ejemplo claro es el caso de Catalunya Nord, donde los partidos marxistas autóctonos defienden la catalanidad y los Països Catalans como eje imprescindible para poder llevar a cabo un proceso revolucionario en el ámbito social, y las sucursales norcatalanas de la Liga Comunista Trotskista o el PCF oficial que, en algunos casos, solo amparan el uso de la lengua y cultura propias. Lo mismo ocurre en la Franja de Ponent, que mientras la Esquerra Independentista apoya que la gente del territorio tiene derecho a decidir su futuro, los partidos aragoneses y de ámbito estatal español abogan, como mucho, por que el catalán sea usado como lengua normal. Por tanto sí, existen unas diferencias bestiales.

También es sintomático ver las contradicciones del PCE en los diferentes territorios de los Països Catalans: desde el PSUC, que se define como un partido nacional y de clase, hasta un Partido Comunista que no adopta el nombre de País Valencià e Illes Baleares hasta la muerte de Franco, y que hasta el momento eran secciones provinciales del PCE. Es interesante observar esas contradicciones y ver cómo se argumentan.

¿Cuántos de esos debates analizados siguen presentes hoy en día?

Podríamos hablar de cientos de casos a lo largo de los Països Catalans en que gente supuestamente de izquierdas, socialista o comunista, después de 100 años de debate, continúa diciendo que la cuestión nacional no interesa a la clase trabajadora y que es un invento de la burguesía para tener más poder en su territorio. Solo hay que ver el discurso que hacen determinados políticos de los comuns o el propio Salvador Illa. Otros debates existentes son la cuestión de la unidad estratégica de la izquierda para hacer frente a la derecha o cómo afrontar los procesos de liberación nacional desde la izquierda teniendo en cuenta el papel de otros partidos.

Pero, desgraciadamente, si esto sucede es porque todavía no hemos sido capaces de resolver las problemáticas sobre las que estamos hablando. Hemos encontrado textos de hace 125 años que son de completa actualidad. Por eso, cuando escribimos el libro, no lo hacemos con «carácter arqueológico», sino que lo hacemos porque son debates que todavía existen hoy en día.

¿Cuál es la principal conclusión después de escribir este libro?

La estructura del libro sigue la obra iniciada por Benet y por tanto su objetivo es ofrecer una selección de fragmentos de distintos dirigentes y partidos para que el lector pueda interpretarlos. Pero, si hay una cuestión clara, que es la que planteo tanto en este libro como en los otros que he venido publicando, es que quien ha defendido a lo largo de la historia un mayor autogobierno para Catalunya, el País Valencià, las Illes Balears o el conjunto de los Països Catalans siempre ha sido la izquierda. Y por tanto esos teóricos que socialmente han tenido ideas más avanzadas también han mostrado un mayor compromiso con la cuestión nacional.

En el período analizado, ¿cómo era la relación entre Euskal Herria y los Països Catalans?

En todos los capítulos, ordenados por orden cronológico, hay un subcapítulo sobre la visión que tiene la izquierda marxista catalana respecto a los conflictos nacionales que hay en el mundo. A principios de siglo, Irlanda se lleva toda la atención, es un espejo para el independentismo catalán. Pero a partir de los años 50, con el inicio de la lucha armada y el crecimiento de la izquierda abertzale, Euskal Herria tiene un lugar preponderante. Hay muchas referencias a Euskal Herria e incluso artículos de autores catalanes en ‘Egin’ en los que se habla de la cuestión nacional en los Països Catalans. La lucha en Euskal Herria se convierte en un referente, aunque existen otros fragmentos polémicos, como ocurre tras el atentado en Hipercor en Barcelona y el debate que hay en la Esquerra Independentista sobre la acción de ETA en los Països Catalans.