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La matanza de jesuitas en El Salvador

Estado español. 2022. 107’ Dtor.: Imanol Uribe. Guion: Daniel Cebrián. Prod.: Gerarod Herrero y Mariela Besuievsky/ Tornasol Films. Int.: Juana Acosta, Karra Elejalde, Carmelo Gómez, Rodrigo Villagrán, Eric Francés, Angel Bonanni, Nacho Otaola, Iván Gisbert, Ben Temple.

Juana Acosta es Lucía Barrera y Karra Elejalde el padre Ellacuría. (NAIZ)

Ha sido el proyecto soñado desde hace años por Imanol Uribe, habida cuenta de la implicación personal en los sucesos históricos relatados, al ser un cineasta vasco nacido en El Salvador. La noticia de la matanza de jesuitas le llegó cuando tenía 39 años y ya había dirigido ‘El proceso de Burgos’ (1979), ‘La fuga de Segovia’ (1981), ‘La muerte de Mikel’ (1983), ‘Adiós pequeña’ (1986) y ‘La luna negra’ (1989).

Ha pasado mucho tiempo, pero las heridas no terminan de cerrarse aún, ya que el juicio al coronel Montano está reciente, así como su condena por ser un máximo responsable militar durante la presidencia de Cristiani. El asesinato del padre Ellacuría, junto a otros cinco jesuitas más, su cocinera y la hija de ésta, tuvo lugar la madrugada del 16 de noviembre de 1989 y el gobierno culpó a la guerrilla del FMLN Farabundo Martí.

La película tuvo el título inicial de ‘La mirada de Lucía’, al tener como protagonista de excepción a la única testigo Lucía Barrera. El cambio por ‘Llegaron de noche’ (2022) es menos explicativo y más impactante, por estar entresacado de la premonitoria frase de Ignacio Ellacuría: «Si me matan de día sabrán que ha sido la guerrilla, pero si llegan de noche serán los militares los que me maten».

Y así fue, porque el ejército tenía controlada la UCA (Universidad Centroamericana José Simón Cañas), y espero al momento oportuno para cometer el crimen con nocturnidad, sin contar con que allí había una familia acogida, la de a la postre testigo Lucía.

La crónica esta contada en dos líneas temporales, la que sucede cuando Lucía es secuestrada por la CIA y llevada a Miami para ser interrogada por el FBI, y la que se remonta a las circunstancias vitales de la protagonista, interpretada por Juana Acosta, quien vivía en el barrio de Soiapaco, del que huyó con su marido y su bebé, buscando refugio en el lugar de los hechos.