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Entrevue
Iñaki Setién
Presidente de Inquilinos Azora desahuciado el 16 de marzo

«Si han conseguido el primer desahucio, no hay duda de que va a haber más»

Iñaki Setién es el presidente de Inquilinos Azora, una asociación que lucha para que las viviendas de los vecinos y vecinas del barrio Ategorrieta de Donostia no dependan del interés especulativo del fondo buitre. Setién y su mujer, Rosa Mari Arratibel, fueron desahuciados la pasada semana.

Momento en el que Iñaki Setién fue desahuciado de su vivienda en Ategorrieta. (Andoni Canellada | FOKU)

Llevaban tres años advirtiéndolo y al fin ocurrió: el primer desalojo de Donostia, ciudad libre de desahucio desde 2015. ¿Cómo lo vivió?

Lo más sorprendente ha sido que es el primer desahucio que no se ha parado. Casi todos los casos hasta ahora habían llegado hasta el último momento, pero al final se han suspendido. En este caso, no sé si por ensañamiento o por cochineo, se ha ejecutado de la manera más brutal, porque aquello era indigno. Nos desalojaron a pesar de haber pagado hasta el último euro. Llevábamos 100 años allí, en 1923, el primer alquiler era de una tía de mi mujer, y nosotros llevábamos allí desde hace 20 años. Hoy es el día en que todavía estamos llamando para que nos dejen sacar las cosas. Entonces, fatal. No podía haber sido peor.

En su caso, ¿cómo fue el proceso desde que entró Azora hasta que finalmente le desahuciaron a usted y a su pareja?

Ironías de la vida, los inquilinos estábamos preocupados porque resultaba que el propietario no nos pasaba los recibos. Empezamos a oír en la calle varias historias, que si los chinos compraron el bloque, unas cosas muy raras. Convoqué a todos los vecinos y fuimos a hablar con la inmobiliaria para ver qué pasaba. Nos dijeron que nada, que no nos preocupáramos, que, sencillamente, una empresa de Madrid había comprado todas las acciones, pero que ellos iban a seguir llevando la administración. A los dos días salió el tema en ‘El Diario Vasco’: la inmobiliaria Azora compra el 100% de las acciones de Inmobiliaria Vascongada. Empezamos a mirar quiénes eran Azora. Fernando Gumucio con Concha Osácar, eran unos grandes accionistas que venían del mundo bursátil y tenían cadenas hoteleras. Iban por la pura y dura especulación y se habían metido en el mundo de la vivienda. Saltaron todas las alarmas, contactamos con Stop Desahucios y empezamos a realizar concentraciones. Eneko Goia salió ante los medios un día para decir que no pasaba nada, que había hablado con Inmobiliaria Vascongada y que le habían dicho que todo iba a seguir igual, lo mismo que nos dijeron a nosotros.

Empezaron a pasar burofaxes que decían que los contratos que se terminaban ya no se iban a renovar. Después de varias protestas empezaron a pasar burofaxes que decían que se renovarían los contratos, pero con una subida del 33%. Era abusivo. Entonces nosotros estábamos pagando 750 euros mensuales, más IBI, más gastos de comunidad. Con la subida del 33% nos hablaban de 995 euros, más IBI, más gastos. Era insoportable y dijimos que no renovaríamos el contrato si no teníamos unas condiciones más lógicas.

Cuando vieron que estábamos haciendo piña y que teníamos repercusión mediática, nos mandaron la orden de desahucio. Acudimos al Ayuntamiento y [el concejal] Iñaki Gurrutxaga estuvo negociando hasta el último momento. La historia era que habíamos hablado con todos los grupos políticos y habíamos llegado al consenso de que no tenía sentido el desahucio y que había que pararlo. Pero no hicieron caso, chulearon al Gobierno del Ayuntamiento y a todo el mundo.

«Lo sangrante de esto es que si lo han hecho una vez, lo pueden repetir. Esto se va a poner a la orden del día»

¿Se esperaba el despliegue policial, con carga incluida contra la ciudadanía que se acercó para apoyarles, el día del desahucio?

A las ocho de la mañana me levanté y llegaron seis furgonetas de la Ertzaintza. Empezaron a precintar la zona y se pusieron como si fueran la Guardia Pretoriana custodiando el portal. En un principio pensé que como abajo había una ocupación, venían a por ellos. Pero, sorprendentemente, venían a por mí. Desde las ocho hasta las diez y media bloquearon toda la zona.

Cuando la comisión judicial y los representantes de Azora ingresaron en su casa, ¿qué le dijeron?

Nos dijeron que eran de la comisión judicial y que venían a efectuar el desahucio. Vinieron dos chicas y el abogado de la parte contraria, Julio Valiente, con seis ertzainas como armarios. Me pidieron el carné de identidad, entraron, revisaron todo el domicilio y al final tuve que firmar y a la calle.

A la calle, con la perra y casi con lo puesto.

Sí, la mujer me dijo que cogiera el pienso de la perra y alguna muda, no pude coger más cosas.

Enseguida acudieron al Ayuntamiento y, además de lograr que les entregaran las llaves para recoger sus cosas de la vivienda, allí les ofrecieron una alternativa habitacional en Marrutxipi.

Sí, luego negociamos a través del Ayuntamiento que nos dejaran a partir de las cinco de la tarde ir a recoger algo más; había salido con lo puesto y no teníamos dónde dormir. Entonces nos ofrecieron una vivienda de emergencia, que es donde estamos ahora.

¿Por cuánto tiempo podrán permanecer allí?

Un par de meses, tres como mucho. Tenemos una posibilidad, porque tenemos un familiar que tiene un piso en alquiler y termina ahora con el contrato. Es posible que nos lo alquile a nosotros.

«Creo que en Donostia falta la sensibilidad de la vivienda digna y es una vergüenza lo que se está haciendo con ella»

¿Teme que este desahucio pueda sentar un precedente?

Lo sangrante de esto es que si lo han hecho una vez, lo pueden repetir. Esto se va a poner a la orden del día. Yo lo comenté en una de las concentraciones que hicimos: es el primer fondo buitre que aterriza con fuerza a nivel particular, porque está Blackstone, por ejemplo, de VPO, pero estos han venido a comprar Inmobiliaria Vascongada. Y si han conseguido el primer desahucio, no dudes de que va a haber más. No solamente de este fondo buitre, vendrán más.

De hecho, en Ategorrieta, hay diez familias más en peligro.

Sí, ahora mismo hay diez familias en una situación comprometida, porque les han dado seis meses de prórroga extraordinaria. Pero en seis meses les dijeron que tenían que desalojar. Concretamente el día 31 de este mes vence la prórroga extraordinaria de Virginia, una de las vecinas, y el 30 de abril hay otro vencimiento.

Rosa García, de Stop Desahucios, denunció en el momento del desalojo que con su desahucio Azora quería «descabezar» a la plataforma Inquilinos Azora. ¿Qué opina sobre esto?

El hecho de que en el primer desahucio que no se ha parado hayan venido a por mí significa que venían con ensañamiento y mala baba, venían a por mí. No me importa, porque yo voy a seguir. Si lo que pensaban era que quitándome a mí de en medio se iban a ir de rositas, lo llevan claro. Te puedo asegurar que voy a estar siempre detrás de ellos y a por ellos. Porque creo que en Donostia falta la sensibilidad de la vivienda digna y es una vergüenza lo que se está haciendo con ella. La vivienda es un derecho, no un negocio y tendría que ser considerada en función de los ingresos de las personas.