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El megaparque eólico que construye Iberdrola desata un vendaval en Bretaña

‘Splann!’, la ONG dedicada a la investigación periodística en Bretaña, ha publicado un informe titulado ‘Iberdrola. Cuando la energía 'limpia' tiene las manos sucias’ en el que detalla los «antecedentes en América» de la empresa que construye un parque eólico en Saint-Brieuc.

Molinos de uno de los tres macroparques eólicos instalados por Iberdrola en el Mar Báltico. (@Iberdrola)

El desembarco de Iberdrola en Bretaña no está exento de polémica a juzgar por el exhaustivo informe colgado este 29 de marzo en la red por ‘Splann!’, la primera ONG dedicada a la investigación periodística en ese territorio bajo administración francesa.

El proyecto que desarrolla la eléctrica que tributa en Bizkaia, vía su filial bretona, Ailes Marines, ocupará 75 kilómetros cuadrados a lo largo de la bahía de Saint-Brieuc, en la costa norte de Bretaña.

Se trata de un macroparque que contempla la instalación de 62 molinos de viento, según desgrana la web dedicada a lanzar alertas informativas. De hecho, los trabajos de construcción arrancaron en mayo de 2021.

Iberdrola aspiraría a construir un segundo parque eólico en el sur de Bretaña. Aunque ese proyecto no ha sido todavía adjudicado, esa compañía ha sido preseleccionada por el Estado francés junto a nueve otros candidatos, según recoge el diario ‘Ouest-France’.

Cabe recordar que las cofradías de pescadores de Côtes-d'Armor solicitaron ya una investigación cuestionando el proceso de adjudicación del parque eólico de Saint-Brieuc.

Denuncias de irregularidades en la adjudicación

El Consejo de Estado francés constató, en un pronunciamiento de 2021, que se habían dado ciertas irregularidades.

Desde que se adjudicara el contrato en 2012, ha habido numerosas quejas y de denuncias, en general centradas en sus consecuencias en materia de medioambiente.

El proyecto en Saint-Brieuc es objeto, por lo tanto, de una contestación social importante, que ha llevado ahora los periodistas que nutren las publicaciones de ‘Splann!’ ( ‘Claro’ en bretón,) a escrutar otros proyectos desarrollados con capital de Iberdrola.

«Diez años antes de desembarcar en Bretaña el floreciente operador ibérico ha invertido en América Latina mediante proyectos cuyas cicatrices apenas logran cerrarse», resume ‘Splann!’.

Cinco «precedentes» en continente americano

La web de investigación periodística se detiene en concreto en cinco proyectos impulsados por Iberdrola en el continente americano.

El primero de los proyectos en que se centra el consorcio informativo bretón es el parque eólico de La Ventosa, sito en la costa oeste mexicana, donde «florecen desde hace una veintena de años inmensos parques eólicos impulsados por multinacionales cuyas prácticas son en ocasiones dudosas», asegura.

Añade la publicación que esa proliferación de eólicas «es una materia sensible en la que se entremezclan litigios con agricultores locales, acusaciones de expoliación de tierras y de corrupción, milicias armadas, amenazas contra periodistas y asesinatos de activistas».

Para profundizar en la trastera de ese macroparque eólico cercano al istmo de Tehuantepec la web bretona ofrece un artículo complementario que lleva el título de ‘A los pies de las eólicas, el crimen organizado’.

El segundo proyecto, también en la costa oeste de México, concretamente en el estado de Oaxaca, es el formado por los parques eólicos de La Venta II y III.

Construidos por Iberinco, filial local, o directamente por Iberdola, constan de un total de 219 eólicas y han despertado las quejas de organizaciones de defensa del medioambiente por sus impactos en aves migratorias y murciélagos.

Y es que esas instalaciones se han situado en la ruta de aves migratorias más frecuentada del mundo. «Por el istmo pasan de 690.000 aves de media cada día y solo en un año, según la estadística ofrecida por la Banca Mundial, 9.000 murieron por impacto con las eólicas de La Venta II», se recoge en el informe sobre La Venta II y III.

Otros de los proyectos en que se detiene la web bretona es la presa de Teles Pires en la Amazonia bajo soberanía brasileña.

La central hidroeléctrica desarrollada por Neoenergia, la filial local de Iberdrola, es objeto de denuncias de las poblaciones amerindias y en concreto del pueblo Munduruko cuyos guerreros han llegado a hacer ocupaciones para denunciar la construcción de esa y otras presas en el río Teles Pires. A las quejas por la violacion de tierras ancestrales se suma el impacto en forma de drástica reducción de los recursos de pesca y, en general, de la calidad del agua.

Contactada Neoenergia la empresa ha asegurado a ‘Splann!’ que el proyecto se ubica a más de 50 kilómetros de territorio de pueblos originarios, en concreto de los Kayabi, y hace valer las inversiones de la compañía en proyectos de desarrollo «que han beneficiado a 1.200 indígenas».

Otra presa, la de Belo Monte, situada a 400 kilómetros del puerto de Bélem, en la misma Amazonia, ha sido objeto de denuncias por violaciones de derechos humanos y de una fuerte movilización lo que no ha impedido la construcción de esa infraestructura en la que participa Iberdrola con un 10% del accionariado.

‘Splann!’ reporta «un auténtico etnocidio en medio de la selva amazónica». La compañía Norte Energia SA ha respondido a las preguntas del consorcio de informadors bretones asegurando haber implementado «las mejores prácticas de respecto a los derechos de las poblaciones tradicionales»

También ha sido objeto de litigios en cascada la presa hidroeléctrioca del Bajo Iguazú, en el estado brasileño de Paraná, otro proyecto en el que han unido fuerzas Neoenergia e Iberdrola.

La instalación se sitúa cerca de las cataratas de Iguazú y del parque nacional del mismo nombre, ambos declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco que, sin embargo, no habría sido prevenida sobre la intención de realizar ese macroproyecto.

Neoenergia explica, sin embargo, que ha actuado siguiendo todos los trámites preceptivos y defiende el uso de una tecnología que a diferencias de centrales hidroeléctricas más arcaicas reduce de forma importante los impactos ambientales, en este caso en el curso del Iguazú.