Mélenchon aclara ante la consulta sobre el 24A que «Macron y Le Pen no son equivalentes»
En una carta hecha pública esta mañana, Jean-Luc Mélenchon deja sentado que «Macron y Le Pen no son equivalentes». Una declaración, la del líder de la France Insoumise, que precede a la consulta interna sobre el voto en segunda vuelta.
En una cara hecha pública este miércoles, Jean-Luc Mélenchon deja sentado que «Macron y Le Pen no son equivalentes». Una declaración que se suma al «ni un solo voto para la señora Le Pen» que ya remachó el domingo, cuando supo que no estaría en la liza definitiva del 24 de abril, que se librará entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen.
La declaración precede a la consulta interna en la que los militantes insumisos se pronunciarán sobre el voto en segunda vuelta.
En concreto los 320.000 inscritos que votaron la investidura de Mélenchon como candidato de la «Unión Popular» están invitados a votar entre hoy y hastas las 20.00 horas del sábado 10 de abril a través de la página web para decidir sobre la opción de la segunda vuelta. Tres opciones aparecen sobre la mesa: voto blanco / abstención / voto a Macron.
La decisión se hará pública y servirá para marcar posición, aunque la FI no empleará ese resultado para pedir expresamente a quienes le apoyaron el 10 de abril que avalen la opción que salga más votada el próximo 24 de abril.
Voto blanco.. es decir un no voto
Mélenchon ha aclarado en varias ocasiones, y hoy también, que no tratará a los electors «como si ni fueran capaces de tomar sus propias decisiones». Unas cuantas décadas más joven que el veterano tribuno de la izquierda, Guilhem Carayon, presidente de los Jóvenes Republicanos, ha estimado que la consigna de voto representa «al viejo mundo».
A diferencia del expresidente Nicolas Sarkozy que, acorralado por los casos judiciales, apoyará a Macron, o del voto particular en el mismo sentido anunciado por la vapuleada candidata Valérie Pécresse, Carayon se decantará por el voto blanco.
Hay que saber que, en la legislación francesa el voto blanco no cuenta como voto emitido, aunque en el recuento se separan las papeletas blancas de los votos nulos, en el fondo no tiene efectos, por ejemplo, para invalidar una elección.
Cerrar el pasillo a la ultraderecha
En la carta que sirve de prólogo a esa consulta, Jean-Luc Mélenchon escribe lo siguiente: «Macron y Le Pen, tan a menudo de acuerdo, no son, sin embargo, equivalentes».
Expresa el líder de FI, que se hizo en domingo con 7,7 millones de votos, que «Marine Le Pen añade al proyecto de maltrato social que comparte con Emmanuel Macron un peligroso germen de exclusión étnica y religiosa». Y advierte de que «un pueblo puede verse destruido por ese tipo de división».
Un mensaje dirigido a quienes puedan tener la tentación de golpear a Macron con el bastón de Le Pen. Esa sería una opción, ciertamente minoritaria, pero real entre la heteróclita base popular que eligió el 10 de abril a Mélenchon como el «voto eficaz» en contra del proyecto liberal extremo Macron.
Las prospecciones sociológicas realizadas antes de que el domingo y hoy mismo Mélenchon haya instido en el mensaje de no reforzar la cartera de voto de Lepen estimaban en un 25-30% el porcentaje de electores que votaron por Mélenchob y que estarían dispuestos a llevar hasta las últimas consecuencias su rechazo a Macron basculando en favor de Le Pen.
Las gentes de izquierda
Nunca las gentes de la izquierda han interesado tanto como entre las dos vueltas de esta presidencial. Y Mélenchon lo sabe. También la dirección de La France Insoumise que, poniendo a un lado la liza de 24 de abril ha lanzado hoy directamente una oferta al resto de fuerzas de izquierda y a los ecologistas para trabajar candidaturas cara a las elecciones legislativas de junio.
Dos condiciones: la confluencia se haría sobre el programa que ha defendido Mélenchon en esta presidencial y las investiduras de los 577 candidatos a ocupar otras tantos sillones en la Asamblea Nacional francesa se designarían «de manera proporcional» a los resultados del 10 de abril.
Habida cuenta de los resultados minimalistas logrados por los presidenciables del PCF (Fabien Roussel, 2,28%) y del PS (Anne Hidalgo, 1,75%), y de la delicada posición política y también financiera en que les deja la campaña tanto a ellos dos como al ecologista Yannick Jadot, que tampoco pasó la barrera del 5% –logró un 4,68% de los votos– que permite el reembolso de gastos electorales, los insumisos quieren hacer valer su fuerza ante sus eventuales aliados.
Ponen el foco en la cosecha de votos de la Presidencial, pese a saber que los resultados a escala local, departamental y sobre todo regional en los no tan lejanos comicios de 2020 y 2021 dejaron una fotografía con bastantes más matices.
De hecho, ecologistas y socialistas pesaron lo suyo a la hora de componer las candidaturas unitarias que gobiernan en grandes ayuntamientos de París a Grenoble, de Marsella o Burdeos.
La Presidencial se juega al cara o cruz de un sistema uninominal a doble vuelta. En cuanto se introduce una dosis de proporcionalidad en el escrutinio, el panorama cambia.
Casi tanto como el discurso de Emmanuel Macron que ha arrancado esta campaña a la segunda vuelta con promesas como «no hacer un tótem» de la edad de jubilación a los 65 años que figura en su programa o comprometiéndose con la transición ecológica, cuando su Gobierno ha sido condenado en tribunales por su inacción climática.