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Putin afirma que logrará sus objetivos en Ucrania «con calma»

Vladimir Putin aseguró que la ofensiva rusa en Ucrania seguirá «con calma» y logrará sus objetivos «minimizando pérdidas», lo que, unido al punto muerto de la negociación, que reprochó a Kiev, augura un prolongado conflicto.

Un soldado ruso, en una calle de Mariupol, donde el Ejército ruso organizó el reparto de víveres a la población y donde aún se combate en algunas zonas. (Alexander NEMENOV | AFP)

El presidente ruso, Vladimir Putin, explicó ayer que, más de 48 días después de la invasión de Ucrania, los lentos avances e incluso repliegues de las tropas rusas se deben a que la operación sigue «con calma» y «minimizando pérdidas». «Nuestra tarea es cumplir con los objetivos establecidos minimizando las pérdidas, actuaremos con armonía, con calma, de acuerdo con el plan propuesto desde el principio por el Estado Mayor», afirmó durante la visita a un cosmódromo en Vostotchny en el Lejano Oriente ruso, acompañado de su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko.

Putin negó que el Ejército ruso se haya visto frenado por la resistencia ucraniana y haya tenido que renunciar a tomar las grandes ciudades y la capital, Kiev, para centrarse en el Donbass, en el este del país, insistiendo en que las acciones en estas regiones solo estaban destinadas a fijar allí a las fuerzas ucranianas y destruir su infraestructura militar. El presidente ruso también argumentó que si las fuerzas rusas no avanzan más rápido es por evitar grandes pérdidas.El Kremlin admitió la semana pasada que su Ejército había sufrido pérdidas «importantes» sin dar cifras concretas.

Putin rechazó también las acusaciones sobre la matanza de civiles en Bucha, cerca de Kiev, calificándola como una falsedad que comparó con las denuncias que se hicieron contra el Gobierno sirio de Bashar al-Assad sobre el uso de armas químicas. «Es el mismo fake», aseguró, mientras su aliado Lukashenko estimó que se trata de «una operación especial sicológica de los ingleses».

Putin justificó la ofensiva militar rusa insistiendo en que tiene el «noble objetivo» de salvar a los rusos y la población de habla rusa del Donbass de «un genocidio orquestado por los neonazis ucranianos». «No hay duda (de que se cumplirán los objetivos rusos), son absolutamente claras y nobles (...) El objetivo principal es ayudar a la gente de Donbass», insistió.

También ironizó sobre el interés de EEUU en la guerra, afirmando que Washington está listo para luchar contra Rusia «hasta el último ucraniano».

El presidente ruso estima que «lo que ocurre ahora es la quiebra del sistema mundial unipolar que se formó tras la desintegración de la Unión Soviética» y que para Occidente Ucrania no es más que «un medio para lograr sus objetivos.

Rusia ve «incoherencia»

El jefe de Estado ruso también criticó la «falta de coherencia» de los ucranianos en las conversaciones con Moscú, acusándolos de posiciones cambiantes constantemente, que crear dificultades para llegar a un acuerdo en las negociaciones que comenzaron el 28 de febrero y se han estancado tras varias rondas de reuniones presenciales y virtuales.

«La delegación ucraniana ha dado marcha atrás a los acuerdos de Estambul», lamentó Putin en alusión a las conversaciones sostenidas entre los negociadores en la ciudad turca el pasado 29 de marzo.  Putin criticó que los asuntos sobre la mesa sobre los que se había avanzado «han sido modificados y divididos en dos grupos, las garantías de seguridad (para Ucrania) por un lado, y los asuntos relacionados con Crimea, Sebastopol y Donbass, al margen de ello».

Añadió que el lunes le comunicaron que la parte ucraniana «volvió a cambiar algo. Aún desconozco los cambios, pero esa falta de coherencia sobre los puntos fundamentales crea dificultades a la hora de alcanzar acuerdos definitivos», declaró.

Fuentes ucranianas respondieron que las negociaciones continúan, pese a ser «extremadamente difíciles».

La Presidencia ucraniana aseguró que ahora «el aspecto emocional en el proceso pesa mucho», en referencia a los cuerpos hallados en Bucha y otras ciudades en los alrededores de Kiev tras las retirada rusa, mientras siguen apareciendo cuerpos en fosas comunes. En este clima en el que la negociación parece ya en un callejón sin salida, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, anunció la detención del político ucraniano Victor Medvedchuk, y acompañó el mensaje divulgado en Telegram con una foto de Medvedchuk, sentado, esposado y vestido con ropa militar con una insignia con la bandera ucraniana.

Medvedchuk se encontraba en arresto domiciliario, pero huyó el 24 de febrero. Estaba acusado de alta traición por desvelar secretos de Estado, tener negocios en Crimea, trabajar para Rusia y tener «sólidos vínculos» con Putin.

De hecho, visitó en varias ocasiones Moscú para reunirse con Putin, la última vez en julio de 2019. Siempre defendió la concesión al Donbass de un estatuto de autonomía e incluso presentó un plan de paz que fue respaldado por Moscú con altas cotas de autogobierno a las zonas controladas por los separatistas prorrusos y una policía propia, que llevó también al Parlamento Europeo.

Tras Mariupol, Rusia pone en el punto de mira a Jarkov

Las fuerzas rusas mantienen la presión sobre la ciudad portuaria de Mariupol, que están a punto de tomar totalmente después de un asedio de más de 40 días. Según el asesor presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak, «los soldados ucranianos están rodeados y bloqueados» en la ciudad donde han muerto «decenas de miles» de personas y el 90% de las casas han sido destruidas. Las fuerzas prorrusas del Donbass señalaron el lunes que ya habían tomado el puerto y que las fuerzas de Kiev se encontraban rodeadas en dos centros industriales. El Ejército ucraniano, sin embargo, aseguró ayer que «sigue defendiendo Mariupol» y que mantiene el contacto con las unidades en la ciudad.

El Ejército ruso dijo, por su parte, que  había frustrado un intento de un centenar de soldados ucranianos con vehículos blindados que intentaban huir. Volodymyr Zelensky, insistió en pedir a sus aliados que le envíen más armas para resistir a las fuerzas rusas y dijo tomarse «muy en serio» las amenazas de armas químicas en Mariupol que denunció Andriy Biletsky, el fundador del batallón ultraderechista Azov que combate en la ciudad. El alcalde de Mariupol y el Pentágono indicaron que la información no estaba confirmada, aunque  mostraron su preocupación. Según el primer edil, la mitad de los residentes han sido evacuados, aunque calificó como «deportaciones forzadas» las salidas hacia Rusia de más de 20.000 personas.

Además de tomar Mariupol para conectar las regiones de Donbass con la península de Crimea, Kiev señaló que las fuerzas rusas preparan la ofensiva sobre el territorio del Donbass que aún no controlan, atacando desde el aire Jarkov, hacia donde avanza una columna de 12 kilómetros y donde Moscú reagrupa a más de 100.000 efectivos. En uno de los bombardeos murieron al menos ocho personas cerca de Jarkov.