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El tirón de Marcelino pierde fuelle

De ser alabado por llegar a la final de la Supercopa y eliminar a Barça y Madrid a principios de año, la idoneidad de su renovación ha quedado en entredicho tras caer en las semifinales de Copa y la distancia en Liga con los equipos que ocupan los puestos europeos.

Marcelino protesta al árbitro en el partido ante el Celta. (Monika DEL VALLE | FOKU)

El Athletic es octavo en la clasificación de Liga a falta de seis jornadas. Y en este mismo curso ha llegado hasta las semifinales de Copa y alcanzó la final de la Supercopa. Pueden ser considerados como resultados aceptables, aunque han quedado bastante deslucidos por la forma en la que se han producido algunas de las derrotas.

El conjunto rojiblanco está completando una campaña irregular, marcada por los altibajos y la incapacidad de dar un paso al frente para subirse a la ola cuando se le presentan las oportunidades.

La temporada pasada ocurrió algo similar en las finales de Copa perdidas y el apático cierre de campeonato posterior. El equipo logró ganar una Supercopa contra todo pronóstico, meterse en otra final de Copa con partidos agónicos y terminó derrumbándose en los momentos clave en el final de temporada. Es una situación que se ha repetido con asiduidad en las últimas campañas.

El presente curso arrancó ofreciendo una imagen de sobriedad en labores defensivas, pero con problemas para hacer goles. Después de encadenar dos victorias y tres empates, con cuatro porterías a cero, pegó el primer petardazo cayendo en el descuento contra el Rayo de Iraola en San Mamés.

Marcelino realizó rotaciones y se habló de accidente, pero el Athletic volvería a tropezar con la misma piedra. Empató fuera de casa ante Valencia, Espanyol y Real y se impuso en San Mamés a Alavés y Villarreal. El Cádiz llegaba en puestos de descenso y se llevó el triunfo en Bilbo gracias a un tempranero gol de Salvi.

El conjunto rojiblanco también encajó en los primeros minutos frente al Rayo y le ha ocurrido lo mismo en San Mamés ante Real Madrid, Espanyol, Getafe y Celta.

Tras la derrota contra el Cádiz, al Athletic le costó una racha de cinco partidos volver a ganar. Los empates contra rivales de la parte baja de la tabla como Granada y Getafe se sucedieron con derrotas por la falta de acierto ante la portería contraria frente a equipos como Sevilla y Real Madrid.

La remontada ante el Betis, un rival que demostró su poderío ofensivo en San Mamés, sirvió para recuperar la autoestima. A principio de 2022, el conjunto rojiblanco ofreció el mejor rendimiento del curso accediendo a la final de la Supercopa tras ganar al Atlético, eliminar en Copa a Barcelona y Real Madrid, e imponerse fuera de casa a Osasuna y un Rayo, que no había perdido ningún partido en su feudo.

Aparcar la renovación hasta el final de temporada

El Athletic llevaba varios meses sugiriendo la posibilidad de dejar atada la continuidad de Marcelino antes de que la directiva de Aitor Elizegi acabara el mandato. Sin embargo, fue el propio técnico asturiano el que declinó la proposición y prefirió abordar su futuro a final de temporada. Según explicó, hubiera firmado la renovación si la actual Junta continuara en Ibaigane.

En esos primeros meses del año el nombre de Marcelino circulaba en los medios como posible candidato al banquillo del Atlético de Madrid para la próxima temporada y al de la selección española tras el Mundial de Qatar. Ricardo Barkala, el único candidato que se ha postulado para la presidencia, también decía que le gustaba la labor que estaba realizando.

Sin embargo, los resultados deportivos empezaron a flaquear en el mes de febrero, a pesar de sacar adelante partidos contra el Espanyol y golear a la Real en San Mamés. Derrota dolorosa ante un Mallorca en horas bajas, varapalo en el Camp Nou y la imposibilidad de superar al Valencia en el partido de ida de las semifinales.

El paradigma cambió por completo cuando el Athletic volvió a fallar en una cita importante y caía eliminado a principios de marzo en las semifinales de Copa en Mestalla. Las posibilidades de pelear por los puestos europeos también quedaron seriamente tocadas al perder en la visita al Betis. Las derrotas del Villarreal propiciaron que el Athletic se mantuviera cerca de esas posiciones, pero el equipo ha vuelto a resbalar cuando ha dispuesto de la ocasión para presentar su candidatura a la lucha por los puestos europeos.

Imagen dañada ante el Celta

La derrota ante el Celta en la última jornada ha dejado dañada la imagen del equipo y también la figura de Marcelino, que ha ido perdiendo fuerza como reclamo electoral para cualquier candidatura.

El Athletic se encuentra a cuatro puntos de distancia con respecto a la séptima plaza del Villarreal y a diez del sexto puesto de la Real. Quedan seis partidos y el mismo técnico declinó valorar las posibilidades del equipo al comentar que «se pueden reir de mí» y añadir que sería un «iluso».

En sus explicaciones sobre lo acontecido ante el Celta, aludió a no haber sido capaz de inculcar una «mentalidad ganadora» a los jugadores y a la falta de «intensidad» al perder casi todos los duelos. El planteamiento del entrenador también fue superado con claridad y no encontró soluciones con los cambios introducidos en el segundo tiempo.

Por primera vez en la temporada, el equipo recibió una pitada al despedirse al acabar el partido y también se escucharon al descanso.