El Partido Laborista busca en las elecciones locales las llaves del 10 de Downing Street
El Partido Laborista busca plasmar su recuperación en las elecciones locales que celebran este jueves Inglaterra, Escocia y Gales, marcadas por la crisis en el Partido Conservador, el encarecimiento de la vida y, en el caso escocés, el deseo de un nuevo referéndum de independencia.
En la cita electoral de este jueves están en juego 4.360 puestos de concejal en 146 consistorios ingleses, de un total de 333, mientras que se renuevan todos los 32 de Escocia y los 22 de Gales.
Desde que obtuviese la mayoría absoluta en las generales británicas de 2019, Boris Johnson no se ha sometido al dictamen de los votantes. Y pese a que no lo hace en primera persona, los resultados arrojarán una imagen fidedigna sobre la posición en la que se encuentre el primer ministro británico.
Tomando la isla en su conjunto, las encuestas colocan a los laboristas seis puntos por delante de los conservadores. Históricamente, los gobiernos conservadores han tropezado a mitad de período y se han recuperado con fuerza a medida que se acercaban las próximas elecciones generales.
Por su parte, los laboristas se dirigen a las elecciones locales de esta semana con paso firme. El Ejecutivo británico está estancado, el primer ministro está contaminado por el escándalo y en una tasa alta de impopularidad. De hecho, Keir Starmer ha abierto una importante ventaja sobre Boris Johnson, convirtiéndose en el primer líder laborista en una década en tener tal posición. Dicho esto, se entiende que el Partido Laborista debería progresar en las urnas.
Sin embargo, la mayor parte de los concejos ingleses que se votan este jueves se disputan en terrenos donde el Partido Laborista ya es fuerte, como Londres y otras grandes ciudades, lo que significa más escaños para defender y menos oportunidades para obtener ganancias. A pesar de ello, varios distritos de tradición conservadora podrán dar una idea de la caída del partido de Johnson, si es que se produce. El primero es Wandsworth. Controlado por los conservadores desde 1978, el área se ha ido moviendo políticamente hacia la izquierda en los últimos años. Los tres diputados del distrito ahora son laboristas. Barnet y Westminster pueden ser otros dos distritos a mirar en clave.
Fuera de Londres los laboristas buscarán signos de recuperación en áreas del muro rojo que votaron a favor del Brexit como Kirklees, Derby y Newcastle-under-Lyme, donde el laborismo perdió su liderazgo en las últimas elecciones.
Los liberales-demócratas también tratarán de pescar en la crisis conservadora, sobre todo en el muro azul del sur de Inglaterra.
Cuestiones locales y nacionales
El contexto político es bastante diferente en Gales y Escocia, donde se llevan a cabo elecciones para todos los consejos locales. En Gales, los conservadores tuvieron una actuación mucho más sólida en 2017, cuando se celebraron las últimas elecciones locales, por lo que a los laboristas les resultará más fácil obtener y calcular ganancias.
En Escocia, sin duda, el resultado se leerá en clave constitucional, como una nueva muestra del deseo de la sociedad escocesa para decidir su futuro o el cansancio sobre unas promesas que se vienen repitiendo en exceso y sin avances. Sin embargo, el costo de la vida, el partygate de Boris Johnson y las políticas locales han tenido su peso a lo largo de la campaña y los resultados arrojarán algo de luz, además del apoyo que mantiene el independentismo, sobre una posible recuperación laborista al norte de la isla, clave si quiere recuperar el Ejecutivo de Londres.
Las elecciones en Escocia difieren de las de Inglaterra en dos aspectos. Se disputaron por última vez en 2017 en lugar de 2018 y los escaños se asignan por un sistema proporcional, el voto único transferible, un sistema de representación proporcional que hace muy difícil que un partido obtenga la mayoría.
Por lo tanto, los ayuntamientos generalmente están a cargo de una administración minoritaria, que llega a acuerdos tema por tema. Abundan las alianzas curiosas y los compañeros de cama inusuales, y será interesante ver cómo se desarrolla el regateo una vez que se cuentan los votos. Además, al votarse a un candidato y no a un partido, los candidatos independientes, normalmente activistas locales no vinculados a un partido, suelen desempeñar un papel importante. Sin ir más lejos, en 2017 obtuvieron 168 escaños y constituyeron la mayoría en varios consejos.
Glasgow, Edimburgo o Aberdeen como termómetro
Con el citado sistema electoral y en unas elecciones locales donde los temas de campaña ofrecen un amplio abanico en función del distrito, será complicado que los resultados arrojen una imagen clara sobre el momento político del país. Sin embargo, hay varios puntos que pueden servir como referencia.
Históricamente, Glasgow era una ciudad laborista, pero el SNP llegó a la cima en 2012 y amplió su ventaja en 2017. En las últimas elecciones, la formación de Nicola Sturgeon también fue la más votada en Edimburgo y Aberdeen.
Por ello, para los laboristas un buen resultado sería superar a los conservadores en Escocia en su conjunto y recuperar el primer lugar del SNP en Glasgow.
Otro de los retos a los que se enfrentará cualquier partido que llegue a una administración local será el del cambio climático. El año pasado, Glasgow acogió la conferencia climática COP26 y también habrá que estudiar los puntos que arroje Aberdeen, donde ya en 2017 el SNP fue la fuerza más votada pero la ciudad quedó en manos de una alianza entre laboristas y conservadores. En medio de una crisis energética, la capital petrolífera escocesa también tendrá algo que decir.
Se prevé que el Partido Conservador pierda su segundo lugar ante los laboristas, así como un importante crecimiento de Los Verdes debido al sistema electoral y su acuerdo en el Gobierno escocés con el SNP.
Gales, bastión laborista
En Gales, a pesar de perder más de 100 escaños en la última elección del consejo en 2017, los laboristas mantienen la mayor cantidad de concejales y el control mayoritario de siete autoridades locales. El partido, dirigido por el primer ministro, Mark Drakeford, espera aprovechar su sólido desempeño en las elecciones del Senedd del año pasado.
Por su parte, el Partido Conservador obtuvo unos buenos resultados en los comicios de 2017, pero la crisis de Londres también ha llegado a Cardiff. Y la formación nacionalista Plaid Cymru llega a las elecciones liderando cuatro consejos, habiendo logrado avances modestos en 2017. Sin embargo, se presentó con altas expectativas a las elecciones al Parlamento galés de hace un año, de las que salió decepcionado como tercera fuerza. También en Gales, en 2017, los independientes formaron el segundo grupo más grande de concejales electos.