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El Parlamento de Gasteiz se compromete en la lucha contra la extrema derecha y el neofascismo

El Parlamento de Gasteiz ha mostrado este jueves su preocupación por el ascenso de la extrema derecha y del neofascismo, al ser «una amenaza contra la libertad, los derechos sociales y la democracia», y se ha comprometido a luchar contra las desigualdades para que fracasen sus políticas de odio.

El parlamentario de EH Bildu Gari Mujika ha llevado la iniciativa al Parlamento. (Raúl BOGAJO | FOKU)

A partir de una iniciativa de EH Bildu, que mira el crecimiento del autoritarismo en todo el mundo e incluso lo ocurrido en el gobierno de Castilla y León donde ve que «se ha superado una línea roja», el Parlamento de Gasteiz ha aprobado este jueves una proposición firmada por este grupo junto a PNV, PSE y Elkarrekin Podemos-IU en contra de la extrema derecha y del neofascismo. PP y Vox han votado en contra.

En la proposición aprobada se expone que «el Parlamento vive con preocupación el ascenso de la extrema derecha y  del neofascismo, porque son una amenaza contra la libertad, los derechos sociales y la democracia». Y, a su vez, «rechaza todas las polarizaciones políticas y militares populistas, totalitarias e imperialistas que se están dando en el mundo».

Junto a ello, la Cámara autonómica «ratifica su vocación de seguir siendo un espacio de libertad y libre intercambio de  ideas, de debate racional y argumentado, cuyo único límite debe ser el respeto a los derechos humanos».

Rechazo de la violencia y la discriminación

En el tercer punto, el «Parlamento rechaza toda expresión de violencia y discriminación contra las personas y colectivos, y muestra su firme voluntad de contraponer la agenda de la democracia, la igualdad y los derechos humanos a la apología del miedo y la discriminación».

Además, «manifiesta su voluntad de seguir luchando contra las desigualdades sociales y mejorar y profundizar en la democracia para que las ideologías y fuerzas de extrema derecha y neofascistas fracasen en su política de rescatar odios y explotar miedos como estrategia xenófoba, descalificadora antieuropea, del sistema democrático y de las políticas de igualdad y de acceso a los derechos sexuales y reproductivos, y generadora de sistemas violentos».

Asimismo, y por último, «apuesta por una Europa que sea referente en la defensa de los derechos humanos, individuales y colectivos».

Combatir en distintos ámbitos

Gari Mujika, parlamentario de EH Bildu, había llevado el punto a la Cámara porque «durante los últimos años, se ha extendido por todo el mundo un autoritarismo extremo, y también uno no tan extremo. El ascenso de los nuevos y no tan nuevos partidos de la ultraderecha ha provocado que actitudes y posiciones de fuerzas políticas que se ubicaban en posiciones más centrales estén adquiriendo un talante cada vez más autoritario. No hay más que mirar a nuestro alrededor».

Y por ello se había fijado también en que «recientemente se ha superado una línea roja, lo que afectará de forma directa también a la sociedad vasca. La cuestión es que por primera vez una fuerza de la extrema derecha va a tener responsabilidades de gobierno», en referencia a Castilla y Leon que tiene su extensión en Trebiñu.

Mujika ha subrayado la necesidad de combatir a la ultraderecha desde el ámbito político, institucional y mediático, y también desde la defensa se una sociedad sin exclusiones ni desigualdades.

Se ha felicitado de que la propuesta llevada a la Cámara por EH Bildu haya posibilitado un acuerdo ampliamente mayoritario y haya demostrado que en la CAV se está por más igualdad, más feminismo y más acogida.

El diablo y sus 21 parlamentarios

«El diablo tiene 21 parlamentarios (los escaños que suma EH Bildu) y ustedes les afilan los cuernos diariamente». La frase de la única parlamentaria de Vox, Amaia Martínez, puede resumir muy bien su intervención. Por una parte, no ha ahorrado ningún calificativo como «asesinos», «sinvergüenzas» y más contra los proponentes de la iniciativa. Ha repasado el Manifiesto Comunista de Marx y Engels de 1848 para atizar a Podemos y ha acusado al PNV de haber estado «en silencio mientras ETA asesinaba». Y ha dejado claro que «cuando Santiago Abascal gobierne España, la ilegalización de Bildu estará en nuestra agenda».

El parlamentario de PP+Cs, Carmelo Barrio, también se ha centrado en EH Bildu, al que ha dicho que «está entre las amenazas y riesgos de este país» y le ha acusado de que «su desvergüenza no tiene límites». También ha incidido en que nada de lo que han presentado, firmado y votado a favor en esta propuesta lo cumplen los propios impulsores de la iniciativa.

Resto de firmantes

El resto de firmantes han defendido la iniciativa, olvidándose de lo dicho por la derecha contra EH Bildu y centrándose en el contenido del debate.

Miren Gorrotxategi, de Elkarrekin Podemos-IU, ha destacado que el discurso de la ultraderecha es peligroso porque supone una reacción contra el feminismo y los derechos de las mujeres, porque es «profundamente racista hasta el punto de poner la visión de la nación cultural por encima de los derechos de ciudadanías, porque niega el cambio climático contra el consenso científico existente y porque lanza mensajes de odio contra menores que se han visto obligados a abandonar sus casas y sus países, al tiempo que pretende mercantilizar los servicios públicos, ilegalizar partidos y llega a mofarse de los torturados».

Por el PSE, Txarli Prieto ha incidido más en que la extrema derecha haya llegado al Gobierno de Castilla y León y que «es una vergüenza que lo haya hecho de la mano del PP, que desoyó a sus propios compañeros del PP europeo». Por eso ha recalcado que el PP ya ha tomado ese camino que seguirá en Andalucía y también allí donde pueda. Por ello ha defendido que frente a eso hay que hacer políticas «progresistas y de izquierdas» como está haciendo su partido, para cerrar el paso a Vox y también a quien está dispuesto a pactar con ellos.

El portavoz del PNV, Joseba Egibar, ha señalado que hubiera preferido que no se diera el debate, puesto que considera que da altavoz a la derecha extrema, y ha recordado que en las negociaciones internas entre los grupos había propuesto que se limitaran a leer los puntos acordados. También ha sostenido que hablar de lo ocurrido en Castilla y León era aceptar un marco español, sin mencionar la incidencia que ello tiene en Trebiñu. Pero Gorrotxategi y Prieto le han respondido que también es necesario no quedarse solo en los principios y entrar también en realidades concretas.

Finalmente, con la votación de 68 votos a favor de la propuesta contra la extrema derecha y 7 en contra de ella, ha quedado constancia de dónde está la mayoría del Parlamento.