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Ezkerraldea Gara, el proceso de escucha de EH Bildu para revitalizar la comarca

Mediante un proceso de escucha con los agentes sociales, EH Bildu quiere elaborar un plan estratégico para Ezkerraldea que aborde de forma integral los problemas que generó la desindustrialización y que plantee líneas de resolución de las mismas a corto, medio y largo plazo.

El parlamentario de EH Bildu Iker Casanova y la portavoz en Barakaldo María Solar. (EH Bildu)

El parlamentario de EH Bildu Iker Casanova y la portavoz en Barakaldo María Solar presentaron el 4 de mayo el proceso de escucha y diálogo con agentes y ciudadanía de Ezkerraldea que la formación soberanista ha puesto en marcha: Ezkerraldea Gara. A través de esta iniciativa, pretenda elaborar un plan integral para hacer frente a los problemas socioeconómicos que dejó la desindustrialización y ofertar una respuesta ante una serie de retos globales transcendentales que se están dando a nivel mundial.

Ezkerraldea, modelada en base a la industria

Tal y como ha explicado Casanova a NAIZ, Ezkerraldea es una comarca que se modeló en función de las necesidades de la gran industria, primero a finales del siglo XIX y después en los años 50 y 60 del siglo XX: «Tanto el diseño urbanístico, como el componente humano y, por supuesto, la estructura económica, se modularon en base a las necesidades de la gran industria siderúrgica y naval».

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«La presión sobre el medio ambiente era total, pero eso venía recompensado económicamente y con unas condiciones de vida materiales buenas en comparación con otros puntos de Euskal Herria y del Estado. Sin embargo, todo esto entra en crisis a partir de los años 70 y 80, y se va desmantelando todo el complejo industrial. Tras ello, nos quedamos con todo lo malo (contaminación, hiperdensidad demográfica, baja calidad urbanística…) y sin nada de lo bueno que había justificado todo eso.

A partir de ahí, Casanova considera que hubo un «fracaso político» a la hora de sustituir el modelo industrial tradicional por un modelo modernizado. «Ezkerraldea pasó de ser la locomotora económica de Euskal Herria a ser el furgón de cola no solo económicamente, sino también en términos de renta per cápita, tasas de pobreza, calidad medioambiental, calidad urbanística...», sentencia.

Desencanto con los planes de regeneración

Dos décadas después, a raíz de la crisis de 2008, EH Bildu trató de poner en la agenda política «la necesidad de articular políticas de desarrollo específicas por zonas o comarcas». En ese contexto, en 2015 llevó al Parlamento de Gasteiz la idea de hacer para Ezkerraldea una ponencia en la que se hiciera un estudio de la situación y se propusieran una serie de recomendaciones. «La idea era que esa ponencia diese como resultado un plan de choque a corto plazo, y un plan estratégico».

Tras debates parlamentarios entre las diferentes fuerzas políticas, ambos planes acabaron elaborándose. Sin embargo, EH Bildu no quedó satisfecho: «Las instituciones se han quedado más con la idea que con el contenido».

«El plan de choque, básicamente, planteaba medidas que ya estaban en marcha, algunas de ellas de dudoso interés como la Variante Sur Ferroviaria. El plan estratégico es todavía menos satisfactorio porque propone una serie de medidas que, aunque puede que estén bien, no buscan la resolución de los problemas estructurales de la zona con políticas a medio y largo plazo. No hay una propuesta ambiciosa para darle la vuelta a la situación. Además, a diferencia de lo que solicitamos, se realizó con una nula participación ciudadana», explica Casanova.

Ezkerraldea Gara

Del desencanto con estos planes nace el proceso Ezkerraldea Gara. «Viendo que en el Plan Estratégico elaborado por las instituciones existían importantes carencias, empezamos a plantarnos que no nos podíamos quedar simplemente en la crítica, sino que teníamos que ir más allá. Si queremos construir alternativas, esas tienen que ser lo más elaboradas posibles. Entonces vimos la necesidad de hacer un plan estratégico propio que subsane de alguna forma las carencias que hemos reprochado a ese plan institucional».

Será un ejercicio de «debate abierto y sincero», con el propósito de elaborar un diagnóstico compartido para después «proyectar un futuro para la comarca». El proceso tendrá dos etapas: En la primera, de mayo a julio, la coalición soberanista se reunirá con 200 colectivos (50 son comarcales y 150 locales) que trabajan en diferentes ámbitos sociales, económicos, urbanístico o cultural, entre otros, para recibir diferentes análisis y propuestas.

«Queremos que estos no sean encuentros simbólicos, queremos que sean encuentros de trabajo. No solo nos reuniremos con movimientos sociales, sino también con grupos más institucionalizados. Hemos querido salir de nuestro espacio de confort».

En la segunda parte, que se desarrollará a partir de setiembre, EH Bildu se reunirá con personas individuales y con su propia comunidad. Se sintetizarán todas las aportaciones recogidas en la primera fase y las convertirán en un plan estratégico, tanto global como sectorial.

Proceso histórico en la izquierda soberanista

Casanova subraya que se trata de un proceso «distinto y ambicioso». Será el proceso de diálogo «más grande» que la izquierda soberanista ha emprendido en toda su historia en Ezkerraldea.

«Este proceso de reflexión debe contribuir a fortalecer una alternativa soberanista y de izquierdas en Ezkerraldea que aporte la masa crítica suficiente para cambiar la correlación de fuerzas en el conjunto de Euskal Herria, porque como país tenemos retos muy importantes que solo con una izquierda soberanista fuerte se van a poder responder en términos de eficiencia, resiliencia y justicia social», concluye.