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Entrevue
Ruairi Kelly
Concejal del SNP en Glasgow

«El Reino Unido por el que la gente votó en el referéndum de 2014 ya no existe»

El SNP acaba de reeditar su triunfo electoral de 2017 en Glasgow, que fue uno de los hitos que demuestra el cambio político que ha dado Escocia en la última década. Ruari Kelly, concejal del partido independentista, espera pasos hacia un nuevo referéndum «en las próximas dos semanas».

Ruairi Kelly, concejal del SNP en Glasgow, durante su visita a Iruñea. (Jon URBE | FOKU)

Ruairi Kelly es concejal del Partido Nacional Escocés (SNP) en Glasgow, representando al distrito 21, en el noreste de la ciudad. Es parte de la amplia comunidad irlandesa que habita en este extremo de una localidad difícil de definir, a la que llegó hace ahora 12 años. El pasado fin de semana, invitado por EH Bildu a sus conferencias municipales, visitó Iruñea, donde debatió con NAIZ sobre los cambios en una localidad industrial como la escocesa y el futuro constitucional del país.

¿Qué experiencia trajo a la conferencia?

Hablé sobre desarrollo local y la importancia de hacerlo con la comunidad. El empoderamiento de la comunidad, hacer a la gente parte de las decisiones locales, que influya en cómo gastar los recursos, cómo se deciden los aspectos que afectan al vecindario y, en definitiva, la importancia de hacerlo junto a la gente.

Hace apenas tres semanas el SNP ganó las elecciones locales en Glasgow, repitiendo el resultado de hace cinco años. ¿Qué ha cambiado en este tiempo?

El mayor cambio, yo creo, es el propio hecho de que en 2017, por primera vez en más de 40 años, el Partido Laborista dejó de estar en el cargo. Por primera vez el SNP se hizo con el poder, con oportunidad de afrontar grandes retos. Por ejemplo, uno de los primeros fue llevar a cabo la reivindicación histórica y batalla judicial por la igualdad salarial, después de muchos años de inacción del Partido Laborista en cuanto a la diferencia de pago en trabajos mayoritariamente realizados por hombres y trabajos mayoritariamente realizados por mujeres. Nos presentamos a las elecciones con la promesa de terminar con ello, comenzamos a negociar con los sindicatos y se hizo un pago de 500 millones de libras a las mujeres que habían sido discriminadas.

Glasgow fue una de las principales ciudades británicas, pero después llegaron décadas de declive.

El declive llegó, probablemente en esa época del siglo XX, con Margareth Thatcher, con conflictos en gran parte de la industria de la ciudad. Sin embargo, el problema ya venía de un tiempo atrás. Es algo que, por ejemplo, también hemos podido ver en Bilbo u otras muchas ciudades industriales de Occidente. Y el verdadero cambió llegó más de aspectos como la cultura que de la industria. Arte, música… Ahora también tenemos una amplia industria de diferentes sectores, mucha nueva tecnología, inversión, trabajo con las universidades que tienen un gran talento que a su vez alimentan a estas industrias. Todo ello con vistas a construir una ciudad con una economía mucho más sostenible y en ello hay mucho trabajo pre-covid, durante el covid y, también, post-covid de cara a construir la ciudad que queremos ver en el futuro.

Hablando de futuro. Hace unos meses Glasgow acogió la cumbre climática COP26. ¿Qué balance hace?

Hay varios aspectos diferentes sobre la conferencia. Líderes mundiales vinieron a Glasgow y tuvo mucho eco internacional durante una semana. Pero se hicieron muchas cosas alrededor de esta cumbre que no fueron tan solo cosa de esa semana, que luego desaparecen y que no deja un legado en la ciudad. Se trabajó mucho en el empoderamiento femenino, en el papel de las mujeres en los espacios de decisión, con delegaciones de todo el mundo que vinieron a hablar de políticas feministas para aprender unos de otros. Además, tuvimos muchísimas organizaciones comunitarias que se juntaron para discutir sobre economías respetuosas con el medioambiente. Por ejemplo, en el noreste de Glasgow, la zona a la que representó, se incidió mucho en reducir el tráfico en el área. Cuando hablamos de política local hablamos de este tipo de cosas.

No es la ciudad a la que representa, pero acabamos de conocer el acuerdo entre laboristas y conservadores para echar al SNP del Ayuntamiento de Edimburgo.

Ellos dicen que no es una coalición, pero todo el mundo lo puede ver. Es triste ver como un partido al que acostumbramos a definir como de izquierdas se une a los Conservadores solo para echar al SNP, pudiendo trabajar tanto con nosotros como con Los Verdes en políticas progresistas. Pero han decidido hacerlo con los tories.

¿Ese acuerdo tiene un trasfondo unionista?

Sin duda. Lo han hecho por ello cuando, realmente, los ayuntamientos no tienen mucho que ver con el debate constitucional. Hablamos de políticas a nivel local, servicios o problemas que influyen en el día a día de las personas. Hay otros lugares en los que se han dado coaliciones entre el SNP y laboristas, sin problemas, por lo que no entiendo porque lo que se puede hacer en el sur de Escocia no se puede hacer aquí. Por eso digo que está 100% relacionado con el debate sobre el futuro del país, no hay otra razón posible. Los manifiestos de los laboristas, SNP o Los Verdes, en líneas generales, están alineados en muchas políticas locales, son progresistas, ecologistas. Los conservadores y los liberal-demócratas tienen otros proyectos para los presupuestos.

El análisis en Irlanda, de donde soy, o en Escocia, en algunos aspectos, es muy parecido. La gente está gobernada por alguien a quien no ha votado

Se esperan nuevos pasos hacia ese segundo referéndum en las próximas semanas.

Tenemos que seguir trabajando por ese nuevo referéndum a través de nuestras políticas. Esperamos pasos en las próximas dos semanas y también en octubre tenemos la conferencia del partido, donde se debatirá sobre el manifiesto o el libro blanco de la independencia.

El Sinn Fein ganando en el norte de Irlanda y SNP con sus mejores resultados jamás logrados en unas elecciones locales.

El Reino Unido es un país totalmente diferente al de 2014. El Brexit, el covid, el Gobierno de Boris Johnson, con mentiras, escándalos o pruebas de que se salta las reglas. El Reino Unido por el que la gente votó en aquel referéndum ya no existe y la gente debería tener el derecho de decidir si quiere ser parte de este nuevo Reino Unido o si quieren ser independientes y reingresar en la UE.

El análisis en Irlanda, de donde soy, o en Escocia, en algunos aspectos, es muy parecido. La gente está gobernada por alguien a quien no ha votado y las decisiones se toman en otro lugar con beneficios para otro lugar.