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Entrevue
Yngvild Sve Flikke
Cineasta

«Si hago películas es para cuestionar las reglas, para retar al espectador»

Nacida en Trondheim (Noruega) en 1974, atesora una larga experiencia como directora en TV. Debutó en el largometraje en 2015. ‘Ninjababy’, que el año pasado recibió el Premio de la Academia del Cine Europeo a la mejor comedia, es su segundo filme. En él reivindica la maternidad como una elección.

Yngvild Sve Flikke. (ElaMedia Estudios)

​‘Ninjababy’ narra la historia de una joven dibujante a la que le sobreviene la noticia de un embarazo no deseado. Fuera de plazo para abortar, debe decidir que hacer con un hijo al que no quiere criar.

​De un tiempo a esta parte son muchas las obras que han comenzado a cuestionar el concepto de «maternidad» ¿A qué atribuye este hecho?

Yo creo que responde a una mezcla de factores. De un lado, cuestionar la maternidad representa la culminación del proceso de liberación de las mujeres en la medida en que ya se nos permite hacernos preguntas sobre un tema que hasta no hace mucho constituía un tabú. Al mismo tiempo, algo tiene que ver también el hecho de que las religiones hayan comenzado a perder parte de su poder. Y luego también es un reflejo de lo que ocurre en el mundo, un mundo superpoblado donde escasean los recursos. En ese contexto una comienza a preguntarse ¿tiene sentido traer más niños a este mundo? ¿es una necesidad o un gesto de vanidad?

¿Cree que la maternidad, tal cual se asume, representa una presión extra para la mujer?

Lo que está claro es que hay que rebajar las expectativas sobre la maternidad, porque no puedes tener una brillante carrera profesional y, a la vez, ser una madre perfecta. Las mujeres no podemos seguir asumiendo esa función de cuidadoras a tiempo completo y, al mismo tiempo, rendir a pleno rendimiento en una jornada laboral de ocho horas. Tampoco creo que sea positivo para los niños, ellos necesitan su espacio y no tener a alguien siempre encima.

Usted cuestiona la maternidad como construcción social desde mediante personajes imperfectos ¿por qué este enfoque?

La novela gráfica de Inga Sætre en la que nos inspiramos está protagonizada por personajes que se esfuerzan por tomar las riendas de su vida sin conseguirlo plenamente, y eso me interesó mucho. En Noruega, y eso es algo que veo mucho hablando con chavales de los institutos, desde muy jóvenes nos inculcan un sentido de la responsabilidad y un ideal de perfección que nos hace vivir bajo presión. Y yo creo que hay que saber afrontar los errores que cometemos, estar preparados para caer una y otra vez y para levantarnos.

No sé si fue también esa influencia de cómic la que le hizo introducir esas secuencias de animación que refuerzan el carácter transgresor del filme.

Desde que leí la novela de Inga supe que, si algún día la adaptaba, sería en una película donde combinase secuencias reales y de animación. El cómic original tiene un componente muy transgresor, pero a la vez atesora mucha ternura, mucha emoción y me interesaba conservar ese tono para la película por lo que recurrí a Inga para que dibujase la parte de animación, donde se condensa la parte más irreverente de la historia. El desafío fue integrar esas secuencias en el relato sin que parecieran un añadido.

Ese cuestionar los límites de la representación también da lugar a un cuestionamiento de los roles de género.

Si hago películas es justamente por eso, para cuestionar las reglas, para retar al espectador. A través de la comedia se pueden contar asuntos serios y trascender el cliché hasta conseguir que el espectador abra su mente. Es absurdo incidir en la idea de que los hombres son así y las mujeres asá, no podemos seguir acudiendo una y otra vez a los mismos arquetipos. Como cineasta no busco dar respuestas pero sí que me gusta generar preguntas y romper esquemas.

La protagonista de la película, Rakel, está bastante alejada del perfil habitual de heroína de comedia romántica ¿Le interesaba ampliar el espectro de representación de lo femenino?

Sí, claro porque si te fijas, por ejemplo, en un arquetipo como Bridget Jones parece como si la única preocupación de las mujeres a partir de una cierta edad fuera la de cazar a un hombre para casarnos. Frente a eso, a través de Rakel, yo reivindico a la mujer como sujeto deseante que es algo que la comedia romántica al uso tiende a ignorar, como si el deseo sexual fuese algo que solo define a los hombres. Por esa misma razón también me apetecía construir un personaje como Mos cuya masculinidad está en las antípodas del macho alfa.

‘Ninjababy’ ganó el Premio del Cine Europeo a la Mejor Comedia ¿Qué valor le da a este premio?

Me parece acertado que haya una categoría que visibilice a la comedia y que premie películas como la nuestra que, en el fondo, hablan de emociones profundas y de asuntos serios. En este sentido, ‘Ninjababy’ es un filme político, no es una comedia con un humor de sitcom. Podría haber abordado estos temas desde una óptica dramática y puede que así la película hubiera ido a Cannes, pero desde el primer momento quise rodar una comedia que, dicho sea de paso, me parece mucho más difícil que hacer un drama.