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El Gobierno navarro reconoce la trayectoria de Pedro Salaberri con el Premio Príncipe de Viana

Pedro Salaberri ha recibido, de manos de la lehendakari navarra María Chivite, el Premio Príncipe de Viana por su trayectoria profesional y el impulso a nuevos talentos. Según Chivite, esta labor se alinea con el valor de la cultura como «un elemento positivo catalizador y de acción política».

Pedro Salaberri recibe, de manos de la Presidenta Chivite, el Premio Príncipe de Viana de la Cultura. (GOBIERNO DE NAFARROA)

El Gobierno de Nafarroa ha reconocido la trayectoria profesional del pintor Pedro Salaberri (Iruñea, 1947) con la entrega este sábado al mediodía del Premio Príncipe de Viana de la Cultura por su trayectoria, así como por su apoyo e impulso a nuevos talentos. La lehendakari María Chivite ha señalado que esta labor del galardonado se alinea con la concepción de la cultura como «un valor positivo, un elemento catalizador y de acción política».

Ha remarcado que Salaberri, el «pintor del paisaje», es uno de los artistas contemporáneos «más reconocibles». En su opinión, reúne «la tradición del siglo XX y nos devuelve un legado que se adentra en el XXI para, así, ser maestro de los nuevos artistas».

«La cueva o el palacio de las maravillas»

Pedro Salaberri ha recibido el galardón de manos de la presidenta, agradeciendo tanto al Gobierno de Nafarroa como al Consejo Navarro de la Cultura y Las Artes un reconocimiento que le emociona y que le ha hecho reflexionar y volver la vista atrás para recordar cómo se ha ido tejiendo su trayectoria creativa.

Salaberri ha explicado su comienzo, a los 14 años, trabajando en un estudio de arquitectura en donde aprendió a hacer las cosas con el orden y la lógica imprescindible, algo que siempre le ha parecido necesario. «Fue un tiempo en el que bullían mis emociones y encontré en la pintura el soporte para expresarme». Después entró en la Escuela de Artes y Oficios, la que define como «la cueva o el palacio de las maravillas» en donde encontró compañeros como Mariano Royo, Pello Azketa, Luis Garrido y quien es su pareja, Mari Carmen Pueyo.

Tal y como ha expresado, las excursiones montañeras con sus hermanos le inspiraron para comenzar a pintar los primeros paisajes y la naturaleza. «Allí donde no había tensiones interesadas y aceptábamos todo sin reproches», ha relatado. «Esas vivencias tan intensas quise contarlas en mis cuadros para animar a otras personas a que disfrutaran de aquello que amábamos, aunque no lo mitificábamos. Aspiraba a que en los cuadros que pintaba se plasmara mi convicción de que el arte y la vida puedan ser la misma historia», ha añadido.