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‘Intimidad’: La mirada de los otros

Escenificada en Euskal Herria y en la trastienda política de Bilbo, ‘Intimidad’ es sobre todo el retrato de mujeres colocadas en el disparadero público tras ser violada su privacidad. Una serie de ocho episodios que aporta una mirada reflexiva en torno a la doble moral de una sociedad patriarcal.

Itziar Ituño lidera los títulos de crédito de ‘Intimidad’. (TXINTXUA FILMS)

El polvorín de las redes sociales y la expansión del daño producido por la viralización no permitida de videos privados, sirven como soporte a ‘Intimidad’, una serie de la compañía vasca Txintxua Films para el gigante Netflix que explora las miserias humanas y que incide, en la conducta patriarcal de un modelo social en el que la mujer se coloca en el constante centro de la diana.

En este sentido, se agradece la lectura abierta que realiza la serie cuando advierte que la mujer es la víctima común en situaciones que, como en el caso de esta ficción, entra en juego el contenido sexual y salen a relucir los roles hipócritas que nacen de la falsa moral.

La onda expansiva de ‘Intimidad’ va más allá porque no todo se concreta en la figura de la política emergente que verá tambalear su carrera a la alcaldía de Bilbo por la viralización de un video en el que aparece haciendo el amor con otro hombre que no es su marido, sino que este tipo de episodios también alcanzan a otra mujer, una trabajadora, que sufre el acoso de su jefe y de sus compañeros tras la difusión de sus fotos y videos íntimos.

A Itziar Ituño y a Verónica Echegui les ha correspondido encarnar respectivamente estos roles: dos mujeres diferentes, provenientes de extractos sociales opuestos pero unidas en su posición injusta de ser sometidas a un juicio social implacable.

La serie creada por Laura Sarmiento –‘Matadero’– y Verónica Fernández –‘Caronte’– se mueve con sutileza en los territorios del thriller y el drama, dentro de una trama bien hilvanada y cocida a fuego lento.

Conscientes de que todo el peso recae sobre ellas, las actrices componen un mosaico variado y rico cuando se colocan ante sus respectivos espejos.

Es en estas situaciones cuando la serie alcanza sus mejores momentos, cuando la soledad y el silencio se convierten en la trinchera reflexiva que protege momentánmeamente a las víctimas de un mundo exterior que pretende sitiarlas hasta destruirlas por completo. O, por el contrario, esa trinchera de silencios y soledades se transforma en alimento de sus demonios interiores.

A la excelente labor interpretativa de Ituño y Echegui habría que sumar las realizadas por Emma Suárez, Patricia López Arnaiz y Ana Wagener.

La primera de ellas se emte en la curtida piel de la dirigente del partido y mentora del personaje encarnado por Ituño; una mujer de carácter fuerte y que ha aprendido a sobrevivir en la jungla política.

La segunda da vida a la hermana de la joven trabajadora que en la escena inicial de la serie se adentra en el mar preguntándose si alguna vez hemos confiado demasiado en alguien. Finalmente, la tercera co-protagonista es la agente de policía que se encargó del caso de la aspirante a la alcaldía de Bilbo, una mujer que intentará convencerla de que deje a una lado el miedo a las presiones sociales y de su propio entorno político y denuncie su caso.

Dirigida por Koldo Almandoz, Jorge Torregrossa, Ben Gutteridge y Marta Font Pascual, ‘Intimidad’ goza de un excelente acabado técnico e interpretativo, a veces en su trama topamos ciertos elementos previsibles, pero en su conjunto cumple con su cometido de explorar las interioridades de sus personajes, quizás su principal virtud.

En los ocho episodios que componen ‘Intimidad’ asistimos a un retazo de realidad descrito sin miedos y con situaciones reconocibles que jamás chirrían.