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Entrevue
C.B. Yi
Cineasta

«Quería mostrar mi solidaridad con la gente que es explotada»

Nacido en China, siendo un adolescente emigró a Europa, concretamente a Austria, donde prolongó sus estudios. Alumno de la Vienna Film Academy, dirigida por Michael Hanneke y Christian Berger, en 2021 presentó en Cannes su ópera prima como director, ‘Moneboys’, que ahora llega a las salas.

‘Moneboys’ es la ópera prima de C.B. Yi. (J. DANAE)

‘Moneboys’ narra la frustración de un grupo de personas ante esas exigencias que la sociedad de consumo ha impuesto sobre buena parte de la juventud china. La urgencia por ganar dinero y la idea de progreso individual vinculada al poder adquisitivo, definen la experiencia de los protagonistas de la película, mientras buscan espacios para vivir su sexualidad lejos del estigma.

¿Cuál fue el germen de una película como ‘Moneyboys’?

Creo que es una película que surge de la sensación de desarraigo que a menudo tengo por mi condición de emigrante. A los 13 años abandoné mi país y mientras estudiaba cine en Austria sentí que crecía esa cercanía emocional con mi lugar de origen y me convencí de que mi primera película tenía que rodarla allí. Necesitaba que fuera una historia sobre China.

¿Por qué decidió abordar un tema tan polémico como el de la prostitución masculina para su primer largometraje?

No creo que ese sea el tema principal de ‘Moneboys’. Más bien se trata de una película sobre un grupo de jóvenes que buscan darle un sentido a su vida preguntándose cual es su lugar en el mundo. Se trata de jóvenes que proceden de entornos rurales y que han emigrado a la gran ciudad intentando abrirse camino. Es cierto que los protagonistas de mi película se dedican a vender su cuerpo, pero en lugar de a la prostitución podían dedicarse a cualquier otra cosa que el sentido de la película no cambiaría. Para mí lo relevante es que se trata de jóvenes que, dejándose llevar por ese sueño de progresar en la vida, se dejan explotar. Es una situación muy común entre muchos jóvenes chinos. Por otra parte es cierto que en China se han hecho algunas películas que abordan el tema de la prostitución femenina pero no hay ninguna protagonizada por hombres que se prostituyen. Me apetecía visibilizar esa realidad pero, sobre todo, a través de esta película, quería mostrar mi solidaridad con la gente que es explotada.

Pese a que su película muestra la represión a la que se ven sometidos los homosexuales en China y especialmente aquellos que se prostituyen, usted dice que no ha querido hacer una película social ¿por qué?

Lo que no pretendía era hacer una película de denuncia explícita, pero eso no quiere decir que el relato carezca de una dimensión política. Por ejemplo, la escena en la que el protagonista vuelve a su pueblo y su tío quiere agredirle en mitad de la cena familiar diciéndole que su actitud constituye una vergüenza para toda la familia, resulta muy elocuente sobre la presión social a la que se enfrentan los homosexuales en China. Luego hay otra escena en la que la policía detiene al protagonista después de ser pillado in fraganti ejerciendo la prostitución. No vemos lo que sigue a esa detención ni el trato que le dispensa la policía, pero nos lo podemos imaginar. Son solo dos ejemplos de secuencias que para mí determinan el alcance político de una película como ‘Moneboys’. Lo que ocurre es que no me apetecía alentar el voyerismo del espectador y del mismo modo que el filme no tiene escenas de sexo explícito tampoco consideré necesario mostrar esa represión que viven los homosexuales. Me interesaba, en todo caso, sugerirla.

Creo que intentó rodar la película en su país de origen pero las dificultades fueron tantas que optó por hacerlo en Taiwan. ¿Fue así? ¿Cuáles fueron esas dificultades?

Sí, desgraciadamente fue así y las dificultades fueron de todo tipo. Para empezar, a partir de 2018, hubo un incremento de los costes de producción en China. También hubo un aumento de las restricciones a los rodajes extranjeros por parte del Gobierno del país. Cualquier equipo europeo que quiera filmar en China tiene que estar acompañado por una persona que te imponen desde las administraciones y a nosotros no nos interesaba tener a alguien fiscalizando el rodaje, más aun pensando en la temática de la película. No es que en China esté prohibido hacer películas LGTBi, pero hay una suerte de mandato oficial que sugiere a los cineastas evitar ciertas temáticas. De hecho, algunos de mis actores recibieron presiones por parte de sus agentes para que no participaran en la película porque eso podía perjudicarles en sus carreras. Teniendo todo esto en cuenta y conociendo las facilidades que da la Taiwan Film Comission para rodar allí y que se trata de un país con una industria consolidada, al final optamos por rodar la película en Taiwan.

Usted se ha criado en Austria, donde estudió cine con Michel Haneke. ¿No le planteó ningún tipo de conflicto el hecho de proyectar su mirada hacia una realidad que, en cierta medida, puede resultarle ajena después de tanto tiempo alejado de ella?

La verdad es que no sentí esa presión. Es cierto que yo no formo parte de esa realidad que retrato en la película, pero hay muchos directores que han abordado el género de la ciencia ficción sin formar parte del futuro que retratan. Por otro lado, nunca he perdido el contacto con China, tengo muchos amigos allí que me asesoraron mientras preparaba el proyecto. Porque ‘Moneboys’ es una película en la que he trabajado durante ocho años. En ese tiempo, y mientras desarrollaba el guion, estuve hablando con activistas LGTBi y también con chicos que se dedican a la prostitución, con alguno de ellos, incluso, terminé por consolidar un vínculo de amistad. Con esto quiero decir que mi película ofrece un retrato bastante fiel de la realidad china, por mucho que al final la rodáramos en Taiwan. Prueba de ello es que se trata de un largometraje que conecta muy bien con el público. Desde que lo estrenamos he recibido un montón de mensajes de jóvenes dándome las gracias por visibilizar su situación y eso demuestra que se sienten reflejados en lo que cuenta la película. Para mí era muy importante establecer un vínculo de solidaridad con mis personajes.

‘Moneboys’ fue presentada en la sección ‘Un Certain Regard’ del Festival de Cannes. Me imagino que semejante escaparate fue importante, más tratándose de una primera película, ¿no?

Absolutamente. Además desde que empecé a estudiar cine, siempre soñé con acudir a Cannes a presentar una película. Fue algo que me hizo tremendamente feliz y también a mis amigos, a mi familia e incluso a Michael Haneke. Soy el primero de sus alumnos que presenta su ópera prima en Cannes, aunque me consta que en algún momento él llegó a dudar de que, después de ocho años entregado al proyecto, la película viera finalmente la luz. Pero el hecho de haber presentando el filme en Cannes también me parece relevante por la propia historia que cuenta la película, por el hecho de dar visibilidad a unos personajes y a una realidad como la que retratamos en ‘Moneyboys’.