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ELA considera que el modelo energético de Hego Euskal Herria es responsable de la crisis actual

En un documento de análisis en el que plantea varias «propuestas para una transición justa», ELA concluye que el modelo energético establecido en Hego Euskal Herria «es el responsable de la actual crisis energética».

Paneles para producir energía fotovoltaica. (Jon URBE | FOKU)

ELA afrma que la actual crisis energética es «estructural» y que esta situación, «cambiante y preocupante», no se ha producido únicamente por la guerra en Europa a raíz de la invasión rusa de Ucrania.

El sindicato abertzale opina que este conflicto bélico «ha visibilizado la dependencia de los recursos naturales de algunos países, pero el problema viene de atrás».

Al analizar la situación de Euskal Herria en concreto, señala que «nuestro modelo energético está basado en la energía fósil que traemos de fuera, por lo que tenemos una doble dependencia». Según los datos que aporta, en la CAV el 90% de la energía consumida procede del exterior y en Nafarroa es el 79%.

«Nuestro modelo, basado en el petróleo y el gas natural, nos ha hecho más vulnerables a la situación geopolítica a nivel mundial», subraya el documento, anexo a este artículo en sus versiones en euskara y castellano.

Entiende que los precios de estas dos fuentes energéticas son los que más están influyendo en la inflación galopante en Hego Euskal Herria y que las medidas adoptadas en los últimos meses para frenarla «no solucionarán el problema».

Una «transición justa» frente a «la propaganda»

«La propaganda del Gobierno Vasco y del Gobierno de Navarra en los últimos años insiste en que hemos avanzado en la transición energética, pero en el informe adjunto se puede observar que tenemos el mismo modelo energético que teníamos hace 10 años, no ha habido avances. No existe un interés real por parte de los gobiernos para impulsar la transición energética justa», sostiene ELA.

En su resumen de prensa, la central recoge cuatro propuestas para avanzar por la senda de la transición energética hacia un modelo sostenible.

Así, aboga por «reducir el consumo energético, desarrollar un sistema basado en energías renovables y fomentar la electrificación». Para ello es conveniente «desarrollar una infraestructura descentralizada y cercana a las megainstalaciones de renovables», al igual que fomentar el autoconsumo.

Donde no sea posible electrificar el transporte de personas y mercancías, plantea también una «reducción»: por un lado, impulsando la economía local y, por otro, el transporte colectivo, público y eléctrico.

En cuanto a la industria, indica que en aquellos sectores que no pueden ser electrificados «será necesaria una transformación más profunda», cambiando el modelo productivo, relocalizando la economía y basándose en la economía circular.

En el cuarto punto plantea que el empleo que se pierda en «sectores industriales en declive» debe compensarse generando puestos de trabajo «en sectores sostenibles: energías renovables, soberanía alimentaria, rehabilitación de edificios...».