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El Congreso de EEUU aprueba las ayudas a la compra de coches eléctricos «made in USA»

El Congreso estadounidense ha aprobado la Ley de Reducción de la Inflación, normativa clave en materia de impuestos, clima y salud, con una dotación de 433.000 millones de dólares, que incluye ayudas de 7.500 dólares a la compra de un coche eléctrico siempre que sea fabricado en una planta de EEUU.

El plan impulsado por el Gobierno de Joe Biden quiere fomentar la compra de vehículos eléctricos. (Spencer PLATT | GETTY-AFP)

La Ley de Reducción de la Inflación (IRA por sus siglas en inglés), que fue aprobada por el Senado el 8 de agosto y por la Cámara de Representantes el día 12, destinará unos 369.000 millones (363.364 millones de euros) a seguridad energética y cambio climático durante los próximos diez años, con el objetivo de disminuir los costes de la energía, aumentar la producción limpia y reducir las emisiones de carbono en un 40% para 2030.

Esta iniciativa contempla ayudas de 7.500 dólares (7.385 euros) por vehículo para la compra de nuevos modelos eléctricos, mientras que los incentivos a la adquisición de eléctricos usados ascienden a 4.000 dólares (3.938 euros).

Pero se incluyen ciertas restricciones para optar a esas ayudas, como que los nuevos vehículos no pueden superar el precio de 55.000 dólares (54.156 euros) en el caso de los turismos y de 80.000 dólares (78.772 euros) en el de furgonetas y todoterrenos.

Además, para poder acogerse a las nuevas subvenciones públicas, los vehículos deben haber sido fabricados en EEUU y, a partir de 2023, los modelos con baterías que tengan componentes chinos no podrían recibir las ayudas.

Críticas de los fabricantes

La Alianza para la Innovación en la Automoción, que representa a las compañías automovilísticas en EEUU, ha criticado que los requisitos de las desgravaciones fiscales para los eléctricos harán que la mayoría de los vehículos no puedan acogerse inmediatamente al incentivo.

Actualmente, hay 72 modelos de vehículos eléctricos disponibles para su compra en EEUU, entre los que se encuentran eléctricos puros, híbridos enchufables y de pila de combustible. El 70% dejaría de ser elegible inmediatamente cuando se apruebe el proyecto de ley y ninguno tendría derecho a la totalidad de las ayudas cuando entren en vigor los requisitos adicionales.

Los fabricantes, en un comunicado, subrayaron que es «una oportunidad perdida» en un momento «crucial» y afirmaron que pondrá en peligro el objetivo de alcanzar hasta un 50% de ventas de vehículos eléctricos en 2030.

No obstante, la Alianza señaló que se trata de una iniciativa de gran envergadura y que el Gobierno tiene «un papel que desempeñar» a la hora de establecer las condiciones adecuadas para el liderazgo y el éxito mundial.

Los créditos fiscales para la fabricación y la financiación de subvenciones ayudarán a acelerar la conversión de la base industrial estadounidense que se está llevando a cabo.

Las acciones de algunos fabricantes, como la firma de eléctricos Tesla, subieron hasta un 5,3% tras la aprobación del proyecto de ley por parte del Senado.

«Para que una transformación como esta tenga éxito, deben existir muchas políticas de apoyo que escapan al control de la industria automovilística: nuevas cadenas de suministro que incorporen aliados de seguridad nacional, incentivos fiscales utilizables para la fabricación y el consumo, agilización de los permisos para la minería de minerales críticos y el procesamiento relacionado, y una infraestructura de carga ubicua en todo el país», explicó la asociación de fabricantes.