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La economía de la eurozona mantiene un débil crecimiento en la primera mitad del año

La economía de la eurozona mantuvo el ritmo de su expansión, muy débil, en la primera mitad del año en medio de las tensiones globales y frente al miedo a una recesión en los próximos meses, alimentada por el impacto de la guerra de Ucrania, el aumento de los precios y la crisis energética.

Una de las sucursales del Deutsche Bank en la ciudad alemana de Frankfurt. (Armando BABANI | AFP)

Entre abril y junio, el Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona creció un 0,6% en comparación con el primer trimestre del año, una décima más que la expansión registrada entre enero y marzo, según los datos difundidos este miércoles por Eurostat.

El comportamiento de los estados que comparten la moneda común fue idéntico al del conjunto de la UE, cuyo PIB también se incrementó un 0,6%.

Estos datos contrastan con los publicados recientemente por otras potencias mundiales, como China, que registró por primera vez desde el estallido de la pandemia una contracción trimestral (-2,6%), debida a los confinamientos de la pasada primavera en varios puntos del país para luchar contra el covid.

Por su parte, Estados Unidos entró en recesión técnica tras encadenar dos trimestres consecutivos con disminuciones de su PIB (-0,2% en el segundo y -0,4% en el primero), un peligro que ahora también amenaza a Gran Bretaña, que se apuntó a la contracción entre abril y junio (-0,1%).

La locomotora europea no avanza

A pesar de la expansión económica de la eurozona y la UE, las miradas se centran ahora en el comportamiento de Alemania, cuya economía quedó estancada, con un 0%, en el segundo trimestre y se enfrenta cada vez a mayores problemas.

El motor económico de Europa, muy dependiente del gas ruso, cuenta con una balanza comercial cada vez más deteriorada por el aumento del valor de sus importaciones energéticas, al tiempo que la sequía en la cuenca del Rin, una de las vías fluviales más importantes del continente, dificulta cada vez más el transporte de materias primas y plantea más problemas para la economía del país.

Según los datos de Eurostat, los otros grandes socios del euro encaran en mejor posición la segunda mitad del año. El Estado francés creció un 0,5% en el segundo trimestre, después de contraerse un 0,2% en el inicio del año, mientras que el Estado español e Italia, las economías más castigadas por la pandemia, crecieron un 1,1% y un 1%, respectivamente.

Países Bajos fue el miembro del bloque con una mayor expansión económica entre abril y junio, con un crecimiento del 2,6%, seguido de Rumanía (2,1%), mientras que Polonia (-2,3%), Letonia (-1,4%), Lituania (-0,4%) y Portugal (-0,2%) fueron los únicos entre los Veintisiete que registraron contracciones.

Con este escenario, el número de personas empleadas en la eurozona y en la UE aumentó un 0,3% en el segundo trimestre de este año, lo que supone una cierta desaceleración después de que el incremento de este dato entre enero y marzo fuera del 0,6% y del 0,5%.

Temor a la estrategia energética del Kremlin

La Comisión Europea ha avisado en los últimos meses de que, una vez superado el verano, las economías comunitarias se enfrentarán a importantes desafíos e incertidumbres que, si se materializan, pueden llevar a la eurozona a territorio negativo por primera vez desde la pandemia de coronavirus.

El principal temor en Bruselas sigue siendo la guerra abierta por Rusia en Ucrania y las decisiones energéticas que tome Moscú, que ya ha cortado total o parcialmente los flujos de gas a una docena de Estados miembros.

De hecho, la UE ha intentado anticiparse a un eventual corte total del gas por parte del Kremlin con el plan de ahorro comunitario que los Estados miembros suscribieron a finales de julio y que apunta a una reducción, en principio voluntaria, del consumo del gas en un 15%, aunque se pactaron numerosas excepciones que permitirán reducir este esfuerzo a cada socio.