‘La consagración de la primavera’: Memorabilia emocional de primero de carrera
Estado español, 2022. 110’. Dirección: Fernando Franco. Guion: Fernando Franco, Begoña Arostegui. Intérpretes: Valèria Sorolla, Telmo Irureta, Emma Suárez.
Tímida, Laura (Valèria Sorolla) mordisquea un vaso, sola, en un rincón de su primera fiesta universitaria. Luego, si como propone la película de Fernando Franco (‘La herida’, ‘Morir’) nos disponemos a mirarla muy de cerca, atisbaremos en su encogimiento también algo de firmeza, curiosidad, indecisión y un poco de miedo. Por encima de todo, desvelaremos giros sorprendentes en un carácter complejo. Laura, criada en familia conservadora y alojada en una residencia estudiantil religiosa, se ofrecerá como asistenta sexual a David (Telmo Irureta), un chico algo mayor que ella y con parálisis cerebral. Aunque lo tentador sería tratar de explicar por qué, la película prefiere acompañarla sin juzgar, deteniéndose en las resistencias que encuentra y las decisiones que toma, por primera vez en su vida.
Laura crecerá escena a escena, sostenida por nuestro propio recuerdo universitario (nos veremos en sus malas y buenas decisiones, inercias, «rayadas» y demás) y por la empatía clarividente de la madre de David (Emma Suárez, espléndida). Fernando Franco, certero desde las formas de un naturalismo algo guionizado, construye para ella un camino luminoso. Aun positivo, tampoco esconde la crueldad (buscada o no) detrás de algunas de sus decisiones para con David y el resto del mundo: Laura hace lo que puede, para la edad que tiene. Sin meterse en mayores problemáticas acerca de las dinámicas de poder del trabajo sexual (¿era el lugar?), la película entiende que todo suma... Lo bonito, y lo no tanto.