‘Ellas’ da voz a las custodias de la memoria obrera e inmigrante de Bilbo
«¿Qué ocurre cuando las mujeres abren sus álbumes para contarlos?». Esta pregunta es el punto de arranque de ‘Ellas’, el fotolibro en el que la fotógrafa Ainhoa Resano recupera la voz y la memoria de las mujeres de las Cortes y San Francisco, los llamados barrios altos de la capital vizcaina.
‘Ellas’ (La balsa editorial) es un fotolibro pero, por su factura, podría parecer un cuaderno de viaje, un álbum de fotos o, incluso, una carpeta archivadora. «Es una mezcla entre libro de artista y libro artesano», reconoce su autora, Ainhoa Resano (Iruñea, 1974).
En la portada, un detalle de una de las fotografías que se pueden ver en el interior, en donde aparecen varias mujeres cogidas del brazo. Abrazo, solidaridad, unión. Dentro, los recuerdos en forma de fotografías familiares, a modo de fichas de diferentes tamaños engarzadas en unas anillas, y los testimonios –accesibles a través de un código QR– de las mujeres que han participado en el proyecto de esta fotógrafa, artista y gestora cultural. Todo a través de sus álbumes familiares, porque para crear un futuro hay que aprender del pasado, sobre todo del que oculta la memoria oficial.
Activar la memoria del barrio
«Más que un proyecto cerrado de trabajo, esto una activación de la memoria de un barrio y es poner en valor y en común a sus mujeres. Es un encuentro con una generación de mujeres que custodian albúmes familiares, porque en este paradigma fotográfico en el que el álbum familiar ya no existe, ese contenedor de memoria que ha sido el referente de la biografía de las familias ha dejado de existir y ya no sabemos qué va a pasar con la memoria alojada en los ordenadores», explica Ainhoa Resano.
«Es un acto de resistencia entre el legado y el olvido, y en un barrio como este, que también está ahora al borde de la especulación, en un momento de transformación y de gentrificación, pienso que es importante, porque sobre todo las mujeres necesitamos raíces y referentes. Todo lo que venga nuevo se tiene que asentar en el respeto y en el saber de dónde venimos y qué estrategias de supervivencia han tenido estas mujeres. Es una generación de mujeres que ha vivido mucho y ha contado poco, y ha estado relegada al ámbito doméstico. Aparte, en este barrio operan todos los estigmas y cada una tiene los suyos: las prostitutas el suyo, las monjas, hay niñas de la guerra, hay inmigrantes que vinieron y se quedaron aquí, madres solteras, mujeres que eran camiseras, peluqueras, sastras, camareras», añade la fotógrafa.
El punto de partida es simple: un encuentro alrededor de los álbumes de fotos familiares. A partir de ahí, van surgiendo las historia y los recuerdos. Seleccionando entre los testimonios de una cincuentena de mujeres, la fotógrafa navarra afincada en Bilbo ha plasmado un necesario y sorprendente retrato, en forma de libro, que tiene «una clara intención política, feminista y artística. Históricamente este es un barrio de acogida. Tiene estas características de barrio marginal que está en el centro de Bilbao y en el que operan todos los estigmas de raza, género y clase. Es un barrio muy interesante para algo que persigue este trabajo, que es subvertir esos estigmas y poner voz a las personas de las que tanto se habló y poco se supo».
Puertas abiertas
El proyecto se remonta a hace cinco años. En los tres primeros, con la antropóloga Savina Lafita, se asentaron los ejes teóricos; después ha ido creciendo con testimonios, un salto a la calle –se expusieron las imágenes en paredes– y, ahora, el formato en papel. Editado por Federico Paladino, de la Balsa editora –editorial de fotografía de Buenos Aires radicada en Bilbo–, se ha hecho una tirada corta de 250 ejemplares.
Se vende a 65 euros, de momento solo ha salido en castellano y ha sido «producido en kilómetro cero, en locales del barrio e imprentas cercanas», explicaba Resano mientras terminaba de ultimar ejemplares para la presentación la tarde del pasado lunes en la galería Aldame Fabre.
Aquí todo tiene ramificaciones, tiene eso tan de barrio que se está perdiendo en las grandes ciudades. Por ejemplo, el lugar que acoge durante esta semana a este proyecto. Ubicada en la Plaza de los Tres Pilares, la galería Aldama Fabre es «un escaparate, un espacio colectivo y una puerta que ha abierto Eugenia [Eugenia Griffero Fabre, su fundadora y directora], como la puerta que nos ha abierto las mujeres de este barrio en sus casas. Este es un barrio de acogida, que acogió a estas mujeres, me acogió a mí y acogerá a todas las que vengan después», agrega Resano.
«Hay formas de vivir con la puerta abierta. Tanto a Federico Paladino como a mí, que soy argentina, aquí nos han recibido muy bien», añade la galerista.
Ahora ‘Ellas”’prepara su viaje, para recoger testimonios, en otro barrio bilbaino: Uretamendi.