Se recrudece la batalla por el control del mercado de petróleo
La decisión de la OPEP+ de recortar el bombeo de petróleo en 2 millones de barriles ha soliviantado a Occidente que ve que su influencia sobre los países petroleros decae. La OPEP+ justifica su decisión por la incertidumbre económica. La historia de las crisis y las previsiones ratifican su posición
El miércoles, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, con Rusia a la cabeza (OPEP+) decidieron reducir la oferta de petróleo en 2 millones de barriles diarios a partir de noviembre. Justificaron la decisión por la «incertidumbre en las perspectivas económicas». Apuntaron que la decisión se tomó en línea con «el exitoso enfoque de ser proactivo y preventivo» que han adoptado los países de la OPEP+. En la rueda de prensa posterior, las explicaciones no fueron tomadas en consideración por un periodista de Reuters al que, finalmente, el ministro de Energía saudí pidió respeto. Una disputa poco habitual que refleja la tensión existente.
De hecho, EEUU estuvo presionando a los países de la OPEP para que no recortaran la extracción de petróleo. Una reducción que posiblemente mantenga o eleve los precios y Washington está interesado en mantenerlos bajos por dos razones. Por un lado, para privar a Rusia de mayores ingresos por la venta de crudo; y, por otro, porque un descenso en el precio de los carburantes le permitiría a Joe Biden apuntarse el tanto de cara a las elecciones de medio mandato que afrontará en noviembre.
El enfado occidental
El columnista de Bloomberg Javier Blas acusó a la OPEP de «desairar a los gobiernos occidentales», al tiempo que advertía que por primera vez en muchos años EEUU y sus aliados no tienen a ni un solo partidario en el grupo OPEP+. A su juicio, Occidente tiene que repensar sus políticas energéticas. Nada como un enfado para confesar que en realidad la prosperidad occidental se ha construido sobre energía barata. No se ha tenido en cuenta ninguna otra consideración: ni el medio ambiente, ni el desarrollo de los países extractores, ni nada.
También apuntaba que no existen razones objetivas para semejante recorte, para a continuación señalar que el ciclo económico ha cambiado y que, por ejemplo, la producción de plástico está cayendo rápidamente. Asimismo, recordaba que en anteriores episodios de crisis, en 1997, 2008 y 2020, la caída de la demanda fue bastante abrupta. En su artículo carga contra la decisión de la OPEP+ para acabar justificándola. ¡Vaya arrebato!
Sanciones a Rusia
Al día siguiente la Unión Europea aprobó el octavo paquete de sanciones contra Rusia que contiene, entre otras, el tope al precio del petróleo. Intentar poner un límite al precio de venta en la práctica es como tratar de organizar un cártel de compradores para fijar precios. Una decisión que posiblemente haya desasosegado a los países que extraen petróleo ya que, de tener éxito, nada impide que se pueda aplicar a otros países o grupos de países en el futuro. Difícil saber hasta qué punto esta maniobra ha condicionado su decisión de recortar el bombeo.
Mientras tanto, adelantándose a las nuevas sanciones, Rusia, por primera vez desde 2016, habría vuelto a transportar petróleo por ferrocarril hacia el puerto de Kozmino en el Pacífico, según informa el diario ‘Kommersant’. Si bien tiene un sistema de oleoductos en funcionamiento no será suficiente para exportar todo el petróleo que salía por Europa. En todo caso, el factor limitante no es el puerto de Kozmino sino el sistema de transporte.
Los precios se mueven
Al principio lentamente, pero ayer con más fuerza, los precios del petróleo subieron. El anuncio de EEUU de que aumentaría su producción en 500.000 barriles diarios y liberaría otros 10 millones de barriles de la Reserva Estratégica de Petróleo no parecen haber sido suficientes. Este año ya ha liberado alrededor de 170 millones de barriles.
En cualquier caso, los precios del crudo no se trasladan directamente a los combustibles. Estos últimos dependen mucho del refino. El verano suele ser una época de alta demanda que baja en otoño, periodo que utilizan para realizar el mantenimiento, lo que puede derivar en un déficit temporal, especialmente ahora que las existencias de gasolina en EEUU están en mínimos de ocho años.
La tensión es máxima y puede que algún eslabón termine colapsando.