Spasic, ahora mozo de almacén, recuerda con cariño su etapa en Osasuna
El que fuese central de Osasuna a principios de los noventa Pedrag Spasic, recuerda con cariño su etapa en la escuadra navarra en una entrevista realizada por el medio digital relevo.com.
Recién cumplidos los 57 años y después de tres décadas de militar en Osasuna, Predag Spasic recuerda con cariño en relevo.com su etapa en la escuadra navarra, mucho menos tumultuosa que su paso por el Real Madrid.
Así, el defensa serbio rememora cómo «estuve muy bien allí y tengo grandísimos recuerdos. Cómo se come, ¿eh?», relata entre risas. «El club y la ciudad me trataron muy bien, me adapté rápidamente y su estilo de juego me favorecía», añade el que fuese central rojillo.
Desde el banquillo, Pedro Mari Zabalza supo sacar lo mejor de él. La mala prensa que arrastraba en los mentideros madrileños no fue obstáculo para que el técnico navarro le otorgase la titularidad prácticamente desde el principio de la 1991-92.
Incluso en su última campaña defendiendo los colores rojillos le marcó un gol a su ex equipo, que no sirvió de mucho pues los blancos vencieron por 1-4 en El Sadar al comienzo de septiembre de 1993.
Iba a ser el anuncio premonitorio de lo que vendría después. Los malos resultados acabaron con la etapa del entrenador más longevo de Osasuna y ni siquiera el estreno como míster de Enrique Martín iba a conseguir salvar al equipo.
Con el descenso a la categoría de plata, Spasic tuvo que hacer las maletas, se marchó a vivir a Marbella y aguardó a alguna oferta de Inglaterra o Alemania, que nunca llegó, como reconoce en la entrevista.
Quiebra mental y económica
Así las cosas, no le quedó otro remedio que regresar al equipo de su tierra, el Radnički Kragujevac, pese a que, como admite, «me arrepiento de haber acabado mi carrera tan pronto. Hubiese podido jugar cuatro temporadas más, pero...».
La vuelta le resultó muy dura, sobre todo en el aspecto mental. «Cuando regresé a mi país sufrí una depresión. Tuve buenos amigos que me ayudaron en los momentos difíciles y, gracias a los psicólogos, he conseguido salir», relata.
Al retroceso deportivo hubo que sumarle una quiebra económica tras invertir muchos de sus ahorros en un proyecto empresarial que se vino abajo como consecuencia del multiconflicto bélico que se vivió en los Balcanes.
Actualmente, trabaja como mozo de almacén «y vivo con 400 euros al mes», indica en la entrevista, donde reconoce que «estoy en una situación difícil, hay que ser muy fuerte para superar todo» e incluso admite que «necesito ayuda, necesitaría un favor».
Spasic evoca con amargura el episodio del autogol que se marcó en el Camp Nou como merengue a mediados de enero de 1991 y la persecución mediática sobre su persona que se produjo a continuación.
«Algunos periódicos dijeron que había marcado el gol en propia puerta a propósito. Todo lo que ocurrió tuvo mucha influencia en mi estado mental», subraya. Aquel fallo le persiguió durante el resto de la temporada, hasta que el entonces presidente del Real Madrid, Ramón Mendoza, le despidió a su conclusión.