La primera brigada popular de bomberos toma forma en Tafalla
En respuesta a los devastadores incendios de junio, unas 70 personas de Tafalla trabajan para convertirse en un grupo de voluntarios contra incendios. Su meta es estar operativos para la próxima temporada. Ahora buscan que las autoridades les formen e integren en el operativo de Protección Civil.
Detrás de todo está la impotencia por no haber podido hacer más este verano, mientras el fuego se comía el monte a su alrededor. «Después de ver todo aquello, muchas personas de la zona teníamos la misma frustración por no haber podido ayudar», comenta Javier Adot, uno de los 70 miembros del grupo de voluntarios.
El detonante llegó en una asamblea de Berdesia, cuando alguien levantó la mano y preguntó: «¿Y la próxima vez que arda, qué?». Berdesia es un foro sencillo de explicar. Varios tafalleses reflexionaron sobre las consecuencias del cambio climático y concluyeron que la mejor forma de proteger su localidad era rodearla de bosques bosque. Se pusieron manos a la obra y, desde hace seis años, cientos de vecinos plantan y cuidan el germen de ese bosque perimetral, además de planificar huertas y recorridos para disfrutarlo.
La respuesta que decidieron dar a aquella pregunta lanzada al aire fue que había que hacer cuanto esté en manos de cada cual: quien se sepa los caminos puede guiar, otros podrán redirigir el tráfico, el que tiene maquinaria es capaz trazar cortafuegos y siempre faltan manos para llevar agua fría y bocadillos. Y, con ese empeño, han decidido organizarse.
Hay que tener en cuenta que Tafalla acumula el trauma de tres catástrofes Además del fuego de este verano que quemó el sureste del término municipal, sufrió otro enorme incendio en 2016 por la zona norte (el mayor en décadas hasta este verano). Y a ello se suman las históricas inundaciones de 2019, al que respondieron con un auzolan igual de histórico.
«Somos el embrión de algo, aún no sabemos de qué», explica Adot. Han buscado referentes y lo más parecido son las unidades de bomberos voluntarios cercanas a la muga, hasta donde la red de parques no llega, por lo que existen grupos que disponen de vehículos y medios de extinción. En Tafalla eso no es tan necesario, pues sí hay parque propio, pero las bases estatutarias del grupo tafallés beberán de esas otras unidades.
Tienen un diálogo constante con el Ayuntamiento y han abierto canales de comunicación con Protección Civil.
Las próximas semanas serán claves para el grupo adopte su forma definitiva. Tienen un diálogo constante con el Ayuntamiento y han abierto canales de comunicación con Protección Civil, para ver de qué modo encuentran el encaje, pues su objetivo pasa siempre por someterse a las órdenes del operativo principal.
Formar a la población
Según fuentes de LAB, el sindicato mayoritario en Bomberos, la propuesta tiene riesgos, pero también un enorme potencial y resulta necesaria. La idea no es, de hecho, nueva. Antes sonaba la campana cuando había fuego llamando al auzolan, pero hace mucho que no toca así. «En este tiempo se ha perdido conocimiento sobre el fuego, pero se puede recuperar con una formación básica», destacan desde el sindicato.
La actuación organizada –asegura LAB– de personas conocedoras de los caminos ha resultado esencial en los últimos incendios, adonde no solo acudieron efectivos de la zona, sino que se movilizaron todos los parques de Nafarroa (en los incendiosde junio, llegaron efectivos de toda Euskal Herria, además de la UME).
En opinión de los bomberos de LAB, que en Tafalla esté germinando una forma popular de combatir al fuego demuestra que la ciudadanía «va por delante de las administraciones». Y sostienen que no se puede desdeñar esta ayuda, pues en el horizonte está la previsible llegada de los incendios llamados de quinta y sexta generación a causa del cambio climático. Se trata de unos fuegos de tal dimensión que, una vez iniciados, no pueden extinguirse con medios humanos.
Prevenir los incendios retirando material combustible del monte antes es una de las tareas que se han fijado.
El grupo de voluntarios de Tafalla también es consciente de que estos incendios inapagables llegarán. De ahí que se hayan ofrecido a trabajar en el invierno para prevenirlos retirando combustible del monte y arando cortafuegos.
La existencia de esta inquietud en la población solo será un avance, si Protección Civil se adapta y aprende a aprovecharlos. Es en este punto donde LAB se muestra pesimista en el corto plazo, pues ve a los responsables actuales del área incapaces de acometer los cambios necesarios para explotar una herramienta que, sí o sí, los vecinos van a poner en marcha.