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Denuncian que la incineradora de Donostia supone «un riesgo para la salud» y piden su clausura

El Grupo de Estudios Incineración y Salud ha denunciado que la incineradora de Donostia supone «un riesgo para la salud de la población» por la contaminación que genera, a pesar de que «se promocionó como provista de tecnología de vanguardia», y pide su clausura.

Imagen de las instalaciones de la incineradora de Zubieta. (Gorka RUBIO | FOKU)

La incineradora de Donostia supone «un riesgo para la salud de la población» y es necesario que sea clausurada. Así de contundente se ha mostrado el Grupo de Estudios Incineración y Salud en una comparecencia ante los medios en relación a los últimos datos que se han publicado sobre los niveles de emisión de tóxicos de la citada infraestructura.

En la misma, han recordado que «se cumplen tres años desde el inicio de la quema de residuos en la incineradora de Donostia», un tiempo en el que este grupo «ha tenido conocimiento de cinco estudios en relación a la contaminación ambiental generada por la misma».

En concreto, un primer informe fechado en agosto de 2021 «encuentra niveles elevados de dioxinas en muestras de agua subterránea recogidas en las inmediaciones de la incineradora».

Un segundo trabajo, publicado en noviembre de 2021, «pone de relieve el aumento de diversos contaminantes en muestras de suelo adyacente a la incineradora, como hidrocarburos totales del petróleo y fenol».

El tercero, realizado por una fundación holandesa, «se hace eco de un aumento de dioxinas y otros contaminantes orgánicos persistentes en la vegetación colindante a la incineradora y en huevos recogidos en zonas afectadas por los vientos dominantes», han explicado.

El cuarto informe es de julio de 2022 y «revela la aparición de metales pesados como cromo y niquel, ambos conocidos cancerígenos para la especie humana, además de otros contaminantes en una regata cercana a la incineradora».

Y el Programa de Vigilancia Ambiental publicado en 2021 «revela emisiones de COT (carbono orgánico total), monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno a la atmósfera que superan los valores límite de emisión. Estos dos últimos contaminantes, además de intervenir en la formación de ozono troposférico, se relacionan con un aumento de la mortalidad de la población expuesta».

El Grupo de Estudios Incineración y Salud ha recordado que «las dioxinas son unos de los contaminantes más tóxicos conocidos por su persistencia en el medio ambiente, su capacidad para interferir en la regulación hormonal, afectar al desarrollo fetal, ser inmunotóxicos y cancerígenos. Se relacionan con multitud de cánceres, especialmente con los de mama, linforma no Hodgkiniano, esófago, laringe, rinón, mieloma y sarcoma de partes blandas».

A este grupo no le extraña «los altos niveles de dioxinas detectados si tenemos en cuenta las innumerables paradas y arranques sufridos por la incineradora en su primer año de funcionamiento fruto de su gestión deficiente. Conviene recordar que en los procesos de arranque y parada, las incineradoras pueden emitir a la atmósfera más de mil veces la cantidad emitida en condiciones estables».

Por todo ello, en este tercer aniversario del inicio de la quema de residuos en la incineradora de Donostia, el Grupo de Estudios Incineración y Salud quiere «denunciar la contaminación generada por la misma, así como el riesgo que supone para la salud de la población. Se promocionó como provista de tecnología de vanguardia, si bien la realidad ha demostrado, al igual que ha ocurrido en otras incineradoras nuevas en Europa, el riesgo que suponen para la salud de la población».

En el año 2018 solicitaba al Gobierno de Lakua «la paralización de la incineradora de Zabalgarbi ante la elevación de los niveles de arsénico en la vegetación colindante» y esta vez exige al Ejecutivo y a la Diputación «la clausura de la incineradora de Donostia, así como una gestión de los residuos responsable cuyo objetivo prioritario sea tanto la protección de la salud humana como del medio ambiente y el clima».