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Multitudinaria manifestación para exigir que la vuelta a casa de los presos se haga realidad

Después de tres años, una enorme movilización ha vuelto a tomar las calles de Bilbo para exigir el fin de la excepcionalidad jurídica y, en esta nueva etapa, hacer realidad la voluntad de la mayoría de la sociedad vasca de que los presos vuelvan a casa. 

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Bajo el lema «Etxera bidea gertu» y tras dos años de movilizaciones descentralizadas en los pueblos a causa de la pandemia, Sare y Bake Bidea han vuelto a reunir en Bilbo a decenas de miles de personas en defensa de los derechos de los presos y presas vascas. Este año la manifestación ha retomado su esquema tradicional, con salida en la calle Autonomía y final en el Ayuntamiento. Lo ha hecho con una imagen renovada, adecuada a la nueva etapa, con casi todos los presos y presas en cárceles vascas, y renovando la demanda de que se ponga fin a la excepcionalidad jurídica con la que se les castiga.

Han sido decenas de miles las personas que han acudido a la cita, 67.000 según el recuento de NAIZ. El irrintzi de Fermina ha marcado el pistoletazo de salida. Una gran lona, con una dimensión de 30x10 metros y con los lemas «Stop medidas de excepción, Return, Retour, Etxera», ha atravesado el tramo entre La Casilla y Zabalburu simulando una ola y abriéndose paso por encima de las miles de personas que abarrotaban la calle Autonomía. En Zabalburu, entretanto, Amets Arzallus y Maialen Lujanbio amenizaban la espera con sus bertsos, y el grupo Huntza con ‘Txoria txori’.

Con el objetivo cumplido de llenar Autonomía y una vez que ha llegado la gran lona, pasadas las 17.45 la manifestación ha iniciado su recorrido hacia el Ayuntamiento, entre aplausos y consignas de «Euskal presoak etxera». Sujetando la pancarta principal, Joseba Azkarraga, Bego Atxa, Anaiz Funosas, Rosa Rodero, José Luis Elkoro y Fermin Muguruza, entre otros. Detrás de ellos, la representación política, sindical e internacional. Y delante de todos ellos, abriendo la marcha, una lona con el nuevo logo para reclamar la vuelta a casa.

La manifestación ha contado con una amplia representación del ámbito político, sindical y social, tanto de Euskal Herria como de Catalunya, Galiza o Madrid, entre otros lugares. Han acudido integrantes de EH Bildu, Podemos, ERC, Junts, CUP y BNG, así como de ELA, LAB, UGT, Steilas, ESK, EHNE, Etxalde, Hiru, CNT y CGT. Así, han asistido Arnaldo Otegi, Bakartxo Ruiz, Oskar Matute, Maddalen Iriarte, Arkaitz Rodríguez, Mitxel Lakuntza, Garbiñe Aranburu, Joan Tardà, Carme Forcadell, Dolors Bassa...

 

 

Durante el trayecto, Bego Atxa y Joseba Azkarraga han denunciado que aún se apliquen leyes «que posibilitan el cumplimiento de hasta 40 años de prisión efectiva, que es tanto como decir una cadena perpetua encubierta o el no cómputo de penas de prisión cumplidas en cárceles francesas».

Según sus cálculos, si se les aplicara la legislación ordinaria, el 64% de los presos, en concreto 110, podrían estar en semilibertad o incluso en libertad condicional.

Se han mostrado convencidos de que la multitudinaria marcha de este sábado es «la expresión de una parte importante de la sociedad vasca» que pide el fin de la vulneración de los derechos de los presos, y han lamentado que la Justicia «se ha convertido en el arma jurídica de la extrema derecha política».

«Hemos ganado esta etapa»

Con la lluvia y el viento haciendo su aparición varias veces durante el recorrido, la cabeza de la manifestación ha llegado al Ayuntamiento sobre las 18.20, mientras la cola todavía no había llegado a la plaza Zabalburu.

En el comunicado final que han leído ante el Ayuntamiento, Joseba Azkarraga (Sare) y Anaiz Funosas (Bake Bidea) han comenzado agradeciendo a la sociedad vasca por su «generosidad y apuesta» y por «plantar cara democráticamente» a las vulneraciones de derechos que han supuesto el alejamiento y la dispersión durante 34 años, una etapa que «hemos ganado entre todos y todas».

 

No han olvidado el «sufrimiento, el importante daño moral y el fuerte coste económico» que han acarreado la dispersión y el alejamiento, ni a quienes «en la carretera con Mirentxin o en las calles con su apoyo han conseguido mantener la llama de la reivindicación y de la solidaridad durante más de tres décadas».

Tampoco ha faltado el recuerdo a las dieciséis personas que han perdido la vida cuando iban o venían de visitar a familiares o amigos presos, a quienes Funosas ha nombrado una a una.

Construir el futuro «desde aquí»

Evocando la manifestación del 8 de octubre en Donostia, Sare y Bake Bidea han mostrado su «esperanza y satisfacción porque vamos ganando la batalla contra la venganza, el odio y la revancha» y porque «continuamos avanzando, lentamente pero avanzando», y han remarcado que «el futuro es nuestro pero tenemos que seguir construyéndolo y decidiéndolo desde aquí», también en lo que se refiere a la vuelta a casa de los presos y presas.

Han destacado que «todas las víctimas de todas las violencias sufridas en Euskal Herria merecen nuestro respeto en su dolor y un trato igualitario por parte de los gobiernos», y han advertido de que «mientras no busquemos una solución al problema de las víctimas y se les traslade el debido respeto desde la sociedad, y mientras no busquemos una solución a la situación de los presos y presas vascos», no se podrá hablar de convivencia.

Tras recalcar que Sare y Bake Bidea están dispuestas a «asumir el compromiso de ser parte activa en la resolución», han asumido que por delante tienen «muchos e importantes obstáculos» que «tratan de impedir que este país pueda avanzar hacia una verdadera paz y convivencia», en los que tienen un «papel protagonista los juzgados de excepción y la Fiscalía», con sus continuas trabas y recursos a la puesta en libertad de los presos «desde el afán de revancha». Todo ello «obviando las decisiones de quienes en los centros penitenciarios conocen la evolución positiva de estas personas privadas de libertad por largos años de condena».

«Ejercer la soberanía es también poder tomar desde aquí decisiones sobre estas personas», han reivindicado.

Haciendo alusión al lema de este año, han señalado que «Etxera Bidea Gertu» refleja «el sentir que mueve nuestra voluntad de avanzar», y esto «lo tenemos que hacer juntos y juntas, creando espacios de convivencia», con el fin de cerrar el «ciclo de violencias y represión y entrar en el ciclo de la pacificación, la convivencia y la resolución».

Por ello, han mostrado su rechazo al «afán de venganza de quienes continúan retorciendo las leyes para infligir un mayor castigo» a los prisioneros, «mientras observamos cómo no hay nadie en la cárcel por torturar o por crímenes de Estado».

Azkarraga y Funosas han trasladado su «solidaridad y empatía» a las víctimas de todas las violencias y han subrayado su compromiso de seguir trabajando «para poner fin a una situación que por injusta a todos nos duele».

«Hemos demostrado que esta sociedad necesita mirar al futuro, necesita acabar con el sufrimiento, y para ello solo la movilización social y la voluntad de la mayoría política y sindical vasca puede allanar el camino de la libertad», han finalizado.