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Investigadores señalan temperaturas oceánicas de récord y cambios en la salinidad

El cambio climático es una evidencia en el mar, que lo está sufriendo de manera alarmante. Un estudio que ha cruzado los datos recabados por varios centros internacionales constata que la temperatura oceánica alcanzó cifras récord en 2022. Y advierte: se perpetúan las alteraciones en su salinidad.

Los datos recabados constatan el empeoramiento en el estado de los océanos. (Jon URBE | FOKU)

Las temperaturas del océano alcanzarán cifras de récord en 2022 y proseguirán los cambios en los patrones de salinidad del agua, así como el aumento de la estratificación oceánica, o lo que es lo mismo, en la separación del agua en capas.

La previsión se desprende de un estudio que publica este miércoles Advances in Atmosferic Sciences analiza observaciones actualizadas de 16 institutos a nivel mundial, entre ellos el Instituto de Física Atmosférica (IAP) de China y de los Centros Nacionales de Información Medioamiental (NCEI) de la estadounidense Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Tanto los datos del IAP como los del NCEI «muestran un mensaje coherente, según el cual, el contenido de calor oceánico de los 2.000 metros superiores alcanzará un valor récord en 2022», según Tim Boyer, investigador principal del NCEI/NOAA.

Los tres indicadores clave del cambio climático incluyen temperaturas que siguen batiendo récords históricos, niveles sin precedentes de contraste de salinidad oceánica y un aumento de la estratificación oceánica sin signos de ralentización, indica el IAP, en un comunicado.

Recientemente se han publicado los resultados de un nuevo récord de contenido de calor oceánico entre 0 y 2.000 metros registrado en 2022, con una adición de aproximadamente 10 Zetta Joules (ZJ) de calor en el océano con respecto a 2021.

Cabe citar que un Zetta Joule es una unidad para medir «calor» con 21 ceros detrás. Así, 10 ZJ de calor equivalen a unas 100 veces la producción mundial de electricidad en 2021 y con ellos se «pueden hervir 700 millones de teteras de 1,5 litros por segundo en el último año», agrega la nota.

Esa cantidad de calor que va a parar a los océanos tiene «graves consecuencias y, de hecho, llega mucho antes de lo que cabría esperar».

El frágil equilibro entre los océanos y la atmósfera

El aumento de la salinidad y, por tanto, de la estratificación de los océanos puede alterar la forma en que el calor, el carbono y el oxígeno se intercambian entre el océano y la atmósfera que hay sobre él.

Ese es un factor que puede causar la desoxigenación del océano dentro del agua, lo que supone un grave riesgo no solo para la vida y los ecosistemas marinos, sino también para los seres humanos y los ecosistemas terrestres.

El aumento de la temperatura del agua y de la salinidad contribuye directamente a que el agua se estratifique en vez de mezclarse, y «esto es solo una parte de lo que rompe el delicado equilibrio» entre los océanos y la atmósfera, agrega la nota.

En futuros trabajos, el grupo se centrará en comprender los cambios de los principales ciclos de la Tierra y mejorar las proyecciones futuras de los cambios del calor, el agua y el carbono.

Ese seguimiento continuado de los cambios dará a los científicos una idea de lo que puede hacerse preventivamente para prepararse ante el aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos y todas las demás consecuencias que conllevan el calentamiento de los océanos y el impacto del ciclo hidrológico.