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‘Euskal noir’, un subgénero de la novela negra en el ‘top’ de ventas

Paisajes lluviosos, oscuros y repletos de secretos. Mitos que hacen revivir el pasado con una pátina de misterio. Detectives a la búsqueda de la pista que les lleve al asesino o la asesina. ‘Hijo’ de la novela negra escandinava, el ‘euskal noir’ arrasa en las listas de ventas. ¿Pero existe?

El escritor vigués Pedro Feijoo, el arrasatearra John Andueza y la catalana Laia Vilaseca, en la conferencia inaugural de Pamplona Negra. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Lista semanal de los libros más vendidos en las tiendas Elkar: en ficción en castellano, encabeza el ‘top 10’ Ibon Martin (‘El ladrón de rostros’, Planeta y Janés) seguido por Dolores Redondo (‘Esperando al diluvio’, Destino). Ambos son thrillers que pueden considerarse novela negra o policiaca –ahí habría discusiones–, ambos están escritos en castellano y se desarrollan en Euskal Herria, uno, en la zona de Oñati y Arantzazu; el otro, en el Bilbo de los 80, y ambos autores han nacido en Donostia, aunque su trayectoria geográfica y vital es, evidentemente, diferente.

Ibon Martin y Dolores Redondo, junto a otros superventas como Mikel Santiago o Eva García Sáenz de Urturi, podrían ser considerados como los mayores representantes de ese boom editorial y multiventas que se ha venido a llamar ‘euskal noir’ y que bebe, sin duda, de la novela negra nórdica. Ha surgido así un subgénero al que se le han añadido elementos muy de aquí: el paisaje, el clima, la mitología...

En euskara, por cierto, la influencia del más puro ‘noir nórdico’ viene también de lejos, con autores entre los destaca el prolífico Jon Arretxe, cuya saga sobre Touré, el detective africano sin papeles, se puede leer en euskara y castellano, y pronto dará el salto con una serie televisiva.

Desde Iruñea

Leyendo las aventuras de las ertzainas Ane Centeno –la dura y tatuada policía creada por Ibon Martin–, Nerea Arruti –la mujer llena de fantasmas interiores de Mikel Santiago– o el inspector Kraken –el protagonista de las novelas de la alavesa Eva García Sáenz de Urturi–, nos preguntamos, ¿pero, entonces, existe realmente el ‘euskal noir’? ¿Y cuáles son sus características?

«Sí, ya tiene la consistencia de un subgénero», responde con rotundidad Susana Rodríguez Lezaun, directora de Pamplona Negra, el festival dedicado al género negro que arrancó el lunes y se prolongará hasta este sábado en la capital navarra. «Igual que hablamos de novela negra nórdica o de novela negra mediterránea, el ‘euskal noir’ tiene sus propios códigos. Uno de ellos, y el principal, es el uso del paisaje y del clima –añade Rodríguez Lezaun–. Luego también están los nombres: antes tendíamos a utilizar nombres castellanos por mayor comodidad del lector; ahora no, ahora se utilizan nombres y apellidos en euskara con total normalidad y las historias se desarrollan en localizaciones con nombres euskaldunes, sean inventadas o no, porque Mikel Santiago, por ejemplo, se ha inventado Illumbe [Mundaka en la vida real]. Es muy interesante, porque es un subgénero que tiene unos códigos que se han ido dando de forma natural y es un subgénero que tiene montones de lectores en todos los sitios, en todas las comunidades y en toda Europa, donde también nos los lee».

Desde 2018 directora de Pamplona Negra, Susana Rodríguez Lezaun lo sabe de primera mano porque a ella misma, además, se la podría incluir en esta categoría del ‘thriller vasco’ con novelas como “Bajo la piel’ (Harper Collins).

Uxue Razquin, editora de Erein, prefiere hablar de «etiquetas que facilitan la labor a los lectores» cuando se le pregunta por el ‘euskal noir’. Sí que encuentra elementos o conexiones con la novela negra nórdica, la influencia es evidente, a los que se les ha dado un cierto aire ‘made in basque’, al dotarles de elementos misteriosos gracias a la inclusión como parte de la trama de la mitología, el paisaje o el clima vasco. La editorial guipuzcoana Erein tiene una línea específica (Cosecha Roja en castellano; Uzta Gorria, en euskara), centrada en un género que en las últimas décadas ha arrasado, sobre todo, a raíz del boom nórdico. De ser novelas populares, con ninguna consideración de ‘novela culta’, han pasado a ser superventas. Hay incluso lectores que no leen más que novela negra.

¿De qué estamos hablando?

La primera traducción al euskara de Henning Mankell en Erein es de 2009; el primer libro de la saga de Jon Arretxe se publicó el mismo año. ¿Pero qué es novela negra, en realidad, y de qué estamos hablando: novela negra, novela de suspense, novela policiaca..? Uxue Razquin contesta: «Es una etiqueta que sirve para catalogar y facilitarle la elección a los lectores. A veces se mezclan los términos y los géneros, aunque yo creo que la mayor diferencia entre la novela negra y la policiaca es que, en la policiaca, lo que interesa es resolver el caso y saber quién es el autor del asesinato; en la novela negra, sin embargo, no interesa tanto el caso criminal o la violencia, aunque la haya, como ofrecer un retrato social y mostrar las injusticias y la violencia latentes. En este caso, yo sí que creo que Jon Arretxe es el caso más claro existente en nuestra literatura de novela negra como tal».

Sí que hay títulos en euskara y también público, como lo demuestra el festival (H)ilbeltza (23 al 29 de este mes), encuentro que se celebra desde hace nueve años en las cinco localidades de Baztan... ¿O no? El escritor John Andueza, en la mesa redonda con la que el pasado lunes se inauguró Pamplona Negra, apuntaba que «tal vez el euskara es un idioma en el que novela negra no fluye. La literatura vasca no ha destacado en novela negra, aunque hay autores que merecen un club de fans y, curiosamente, todos son navarros: Jon Alonso, Aingeru Epalza y Alberto Ladrón son de los pocos que se dedican a escribir la gran novela negra».

En Catalunya y Galicia

Bajo el título de ‘Los idiomas del crimen’, el festival reunió ese día a Andueza, a la escritora catalana Laia Vilaseca y al gallego Pedro Feijoo, en un encuentro que sirvió para comprobar que el auge del género negro es general. En Catalunya hay editoriales de ‘noir’ en catalán y festivales específicos, explicó Laia Vilaseca, escritora y periodista cuya novela ‘La chica del vestido azul’ llegó a las librerías en 2021 después de haberse convertido en un éxito de ventas durante los tres años que estuvo autopublicada en Amazon, convirtiéndola en la autora revelación de la novela negra en catalán. ‘Cuando llega el deshielo’ es su último trabajo. «Vendo lo mismo Catalunya que en el Estado. Empecé escribiendo en catalán porque me apetecía, luego seguí haciéndolo por conciencia conmigo misma y porque no quiero que se pierda el catalán», confesó.

El vigués Pedro Feijoo, por su parte, se ha convertido en un fenómeno literario en Galicia, con títulos como ‘Los hijos del mar’ o ‘Sen piedade’, su último trabajo. En Iruñea reivindicó al fallecido Domingo Villar, el ‘padre’ del inspector Leo Caldas, un auténtico superventas en castellano y gallego en novela negra, y un autor que abrió a la literatura gallega, apuntó, a lectores que de otra manera se hubieran perdido. Y dos nombres de ‘noir’ gallego que citó Feijoo a tener en cuenta: Diego Ameixeiras y la donostiarra Arantza Portabales.

Volvamos a la lista de las tiendas Elkar. Ibon Martin tiene dos títulos entre los diez más vendidos: ‘El ladrón de rostros’, la tercera entrega de la serie protagoniza por Ane Centeno, y su anterior ‘La danza de los tulipanes’. En pocos años, el escritor donostiarra ha pasado de ser una de las referencias en la edición de guías de viaje a convertirse en un autor de best sellers de novela negra.

Más: Planeta acaba de anunciar que ‘El ángel de la ciudad’, la novena novela de la alavesa Eva García Sánez de Urtubi, será lanzada esta primavera como su principal novedad en el mercado estatal y latinoamericano. La próxima aventura del inspector Kraken llegará a las librerías el 29 de marzo. Éxito de ventas desde su publicación, la saga cuenta con más de 100 ediciones, se ha publicado en más de veinte países y tiene una adaptación cinematográfica dirigida por Daniel Calparoso.