Aparecen pintadas en los restaurantes de los empresarios detenidos por explotación
Los dos restaurantes de los tres empresarios detenidos este lunes en Donostia bajo la acusación de defraudar más de 80.000 euros a la Seguridad Social y explotar a 21 trabajadores han aparecido llenos de pintadas.
Tras la noticia ayer de la detención de tres empresarios de la hostelería acusados de defraudar más de 80.000 euros a la Seguridad Social y explotar a 21 trabajadores en dos restaurantes de Donostia, los dos establecimientos han aparecido este martes llenos de pintadas con pintura roja contra lo ocurrido. Las pintadas hacen referencia a las condiciones laborales que imponían los arrestados: «Esplotatzailea», «12 ordu, 7 egun, 1.000 euro», «Prekarietatea STOP».
Según informó el Ministerio de Interior, los trabajadores eran obligados a trabajar doce horas diarias, de lunes a domingo, y percibían 1.068 euros mensuales. Además, a partir del verano pasado, debían firmar contratos de formación cada mes, al tiempo que eran aleccionados para dar otra filiación si la Inspección de Trabajo u otra persona preguntaba por ellos. Los tres investigados por su responsabilidad en estos hechos fueron detenidos el pasado 12 de enero y se encuentran ahora a la espera de juicio.
Este mismo martes, el alcalde de Donostia, Eneko Goia, ha calificado de «preocupante y grave» las detenciones: «Desde luego, ha existido intervención y ahora tiene que haber una respuesta contundente a este tipo de acontecimientos que están de sobra», ha manifestado mientras reivindicaba «el conocimiento de los derechos laborales de las personas trabajadoras».
LAB: El sector de la hostelería, «de los más precarizados
Por su parte, el sindicato LAB ha denunciado el aumento de abusos laborales en el sector hostelero y ha defendido la necesidad de asegurar derechos para todas las personas que trabajan en él.
«El sector de hostelería es uno de los más precarizados, con altas proporciones de economía sumergida y empleo temporal. Detrás de esa Donostia de postal reconocida por su gastronomía y hostelería subyacen unas condiciones laborales sangrantes para las trabajadoras que sostienen con sus cuerpos ese modelo de explotación. Racismo, clasismo, explotación y abusos son la otra cara de una moneda cada vez más violenta y excluyente. Ya está bien de una patronal especuladora que se lucra abusando y realizando todo tipo de chantajes y falsas promesas», ha señalado.
Por ello, ha exigido que las administraciones y gobiernos «regularicen la situación de estas trabajadoras y las protejan, garantizando el ejercicio efectivo de sus derechos fundamentales en este territorio».